Decía un delegado del Gobierno de Ceuta, Pedro Miguel
González Márquez que su puesto tenía una caducidad semanal:
“Yo estoy de viernes a viernes”, decía. Nauralmente, un
período de tiempo que marca la reunión del Consejo de
Ministros, donde se adoptan decisiones de ceses y
nombramientos a todos los niveles. Pues bien, el Consejo de
Gobierno de la Ciudad Autónoma de Ceuta, se ha convertido,
por mor de los ceses anunciados (recuerden que ya hablamos
hace algunas semanas del “Cambio 16” porque este era el
número de prescindibles en el organigrama de personal de
confianza) en un cónclave de tortura, en el verdadero
cadalso, de quienes pegan la oreja, afinan el oído y pululan
acá, allá y acullá, para conocer su incierto futuro.
“¿Se ha dicho algo en la rueda de prensa del Consejo de
Gobierno?”, preguntaba uno de los “señalados” con cierta
zozobra personal. Y es que, como si estuviéramos en otra
época, circulan “listas negras” con identidades. Son las
víctimas de la crisis a las que el Gobierno local,
presionado desde el Gobierno Central y acuciado por las
críticas de oposición y sindicatos sobre la dimensión del
número de cargos de confianza, trata de cercenar el futuro
laboral.
Se habla ahora, en una nueva remesa de seis ceses.
Subdirectores, asesores, secretarios, técnicos de
comunicación ... etc. Siempre se duda mucho de estos ceses,
porque hay un sentimiento de “recolocaciones” subsiguiente.
La pregunta es si estos últimos lo podrán tan fácil como los
diez anteriores o saldrá algún díscolo que pueda sacar los
pies del tiesto.
De manera que de confirmarse los nuevos seis ceses unidos a
los diez que hace una semana se produjeron, completarían el
listado de 16 que se vaticinaba en un principio para aliviar
económicamente el capítulo 1 de personal de confianza. Como
diría un castizo, “lo que sea, sonará” y además, más pronto
que tarde.
Una consecuencia de los reajustes, cuya punta del icebeg se
dejó descubrir recientemente. Ahora sólo toca esperar...
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