La actualidad judicial en Ceuta,
sin ser tan movida cómo en otros lugares siempre aporta
noticias novedosas, las más recientes son, por una parte, la
sentencia del Tribunal Contencioso Administrativo favorable
a un ciudadano que se lesionó al resbalar y tropezar en una
acera, resolución que obliga al Ayuntamiento a pagar una
indemnización y que abre las puertas a más reclamaciones ya
que si alguien sufre un incidente-accidente en la vía
publica que sea imputable a quienes tienen encomendado el
deber de mantenerla en condiciones y sin que suponga un
peligro para las personas, la Administración debe responder,
léase por una acera en mal estado, por un charco de aceite
en una carretera o porque se caiga una farola. Lo único
espinoso es la de vueltas y vericuetos que toma la
Administración para tratar de no pagar y habrá que comprobar
el dictamen del arquitecto que señaló que la acera no
presentaba problemas cuando una sentencia firme opina lo
contrario…
Y del Contencioso Administrativo a un supuesto que parece
venir repitiéndose que es el del ventajismo de algunas
mujeres desaprensivas que ofenden gravemente a las
auténticas víctimas de violencia doméstica interponiendo
falsas denuncias de malos tratos a sus cónyuges con fines
totalmente espúreos. Y las denuncias falsas cómo instrumento
de venganza, represalia o para dañar al cónyuge han venido
creciendo de manera alarmante hasta el punto de que ya están
apareciendo las primeras sentencias condenatorias contra las
falsas víctimas de malos tratos.
En el caso del ceutí que se encuentra enzarzado en un
divorcio con una marroquí que está dando todos los pasos
para obtener los ansiados “papeles” caiga quien caiga,
oponiéndose al divorcio, lo que es un absurdo e intentando
subirse al carro de la violencia doméstica para obtener una
situación legal de manera fraudulenta y previo paso del
esposo por los calabozos, este tipo de casos son los que
reafirman la necesidad de una urgente reforma legal que
endurezca el delito de denuncia falsa y que señale cómo
agravante el que el delito denunciado sea el de malos
tratos, por la falta de respeto que supone para las
auténticas víctimas y por la gravedad de las consecuencias
para el hombre.
Sentencias ejemplares con privación de libertad para las
falsas maltratadas y en el supuesto del pobre hombre que se
ve imposibilitado para divorciarse de la marroquí y que
parece encontrarse fuertemente amenazado y coaccionado, al
no tener ningún derecho la mujer ya que no han estado
casados el tiempo necesario y ante la evidencia de que
existe denuncia falsa, un castigo ejemplar que lleve
aparejada la expulsión definitiva del territorio nacional.
No es este el lugar para dar señales de alerta ante la
proliferación de uniones donde el interés de una de las
partes es tan sólo obtener la nacionalidad y los beneficios
que conlleva el ser español, empezando por el
asistencialismo de “las ayudas”, un churreteo que las
medidas anti-crisis tendrá que erradicar porque no se pueden
estar regalando sueldos que salen del sudor de la frente de
los españoles a unos, mientras que otros andan tirados por
las carreteras matándose en las campañas agrícolas y
emigrando para trabajar, ayudarse a ellos mismos y no tener
que vivir de la sangre y el esfuerzo de sus compatriotas.
Las famosas “ayudas” no se fabrican por las noches dándole a
la manivela de la máquina de los billetes sino que cada euro
dado lleva mucho sudor aprovechado y no hay derecho, no es
justo, es inhumano y es una grave ofensa para quienes llegan
a tener que abandonar su tierra en busca de trabajo
precisamente porque se niegan a vivir de chupar ayudas. ¿Es
este un tema judicial? Lo será cuando el pueblo se subleve y
lo judicialice, porque en las noticias de Tribunales siempre
hay novedades.
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