Habemus pacto” que no “habemus
Papa” fumata blanca en el Palacio de la Asamblea. ¡Y por fín!
En algo están de acuerdo todos los grupos. De hecho dos no
se pelean si uno no quiere y en este caso ha primado el
interés común por la ciudad de Ceuta sobre rencillas
personales, enfrentamientos cainitas, enconos seculares y
jodiendas por el estilo. Mea culpa en mi nombre y en el de
aquellos que no dábamos un duro por los resultados del
cónclave porque nos parecía “imposible” el que la
conflictiva Coalición Caballas fuera capaz de sobreponerse a
sus rencores milenarios arduamente demostrados, para apostar
por aquello que resulta beneficioso para el futuro, el
crecimiento y la prosperidad de esta ciudad. Mérito añadido
el acceder a lo positivo “lo proponga quien lo proponga”
porque lo importante es la factibilidad de los proyectos y
lo fructífero del desarrollo de las buenas ideas de cara al
mañana, independientemente del sujeto que formule los
postulados. En la Mesa de la Economía cuyo resultado ha sido
una agradable sorpresa para todos, el fondo ha trascendido a
la forma y el mensaje ha sido más importante que la persona
del mensajero. Una realidad que demuestra que, cuando
quieren, prima la cohesión, se alcanza el consenso y todos
son capaces de renuncias subliminales para apoyar al
proyecto esencial.
Lección de buena salud política y que de que “cuando se
quiere, se puede” iban todos en plan dialogante y no a armar
las habituales y vacuas algarabías de los Plenos y en una
reunión “inter pares” se ha llegado a acuerdos y antes que
nada se ha ofrecido a la ciudadanía una excelente imagen.
¿No podrían seguir todos en esta línea unos años más?
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