Hasta seis juicios por delitos contra la salud pública se
cerraron ayer por conformidad en el Juzgado de lo Penal
número 1, significando penas de más de tres años de cárcel
para cada uno de los acusados. Especialmente emotivo el
momento en el que una joven se abrazaba llorando a su padre
en el momento en el que este era condenado a una pena de
tres años y un día de prisión. El padre, contagiado por la
pena de su hija, también salió muy afectado de la sala donde
se celebró el juicio.
Seis hombres ingresaron ayer en el centro penitenciario Los
Rosales para cumplir penas de prisión de más de tres años en
todos los casos por distintos delitos contra la salud
pública. Los hechos fueron juzgados durante la mañana en el
Juzgado de lo Penal numero 1 de Ceuta.
La última de las vistas resultó ser la más emotiva. Se
juzgaba a Abdellah B., un hombre de mediana edad, después de
que fuera hallado en el puerto el día 5 de junio conduciendo
un vehículo Volkswagen en el que llevaba ocultos 2.551
gramos de hachís, con un alto índice tetrahidrocannabinol
(18,93%). La droga fue valorada en 3.546 euros.
Como se alcanzó conformidad entre el Ministerio Fiscal y la
defensa, con la anuencia del propio acusado, se procedió a
dictar sentencia condenatoria: tres años y un día de cárcel
y multa de 3.456 euros.
En el sala de vistas se encontraba presente su hija,
acompañada de otro familiar. Una vez que el padre se
marchaba escoltado por un policía, la joven se le abrazó
desecha en lágrimas, al igual que le ocurrió a su padre ante
tal gesto de pena. Ambos salieron llorando amargamente de la
sala de vistas.
Otros tres de los enjuiciados ayer contaron con la
representación letrada de defensa de oficio a cargo de la
propia decana del Ilustre Colegio de Abogados de Ceuta,
Isabel Valriberas Acevedo. Todos ellos se conformaron con
las penas que se les pedían.
Así, Abdelkader B.B. fue condenado a tres años y dos meses
de prisión y multa de 15.809 euros después de que fuera
interceptado también en el puerto con 11.374 gramos de
hachís de baja pureza en un vehículo que no era suyo. El
vehículo no fue decomisado y se advertirá a su propietario
para que lo recoja.
El segundo de los defendidos por la decana fue Benigno
Daniel R.C., un joven que también trataba de ganar la
península con el vehículo de un amigo en el que había
alijado 14.280 gramos de hachís. Se da la circunstancia de
que el joven tenía antecedentes, ya que el 4 de octubre de
2011 fue condenado a 1 año y 7 meses de cárcel por el
Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla. Dadas las
circunstancias, la pena con la que se conformó el acusado
fue de tres años y nueve meses y una multa de 49.625 euros,
que de no poder pagar podrá conmutar por tres días más de
privación de libertad. El tercero fue Bouchaib T., quien se
conformó con cumplir tres años y un día después de ser
sorprendido en un vehículo de una tercera persona
transportando 5,7 kilos de hachís de alto grado de pureza.
Quien más droga llevaba en el momento de ser detenido, entre
los juzgados ayer, fue Mohamed L., quien fue detenido en el
puerto cuando transportaba en un vehículo 32.377 gramos de
hachís de alta pureza, que fue valorado en 45.004 euros.
El hombre, debidamente asesorado por su letrado, iba a
prestar declaración de conformidad, aunque a la hora de
decir que sí, que se conformaba con la sentencia, comenzó a
dudar: “yo sólo iba a hacer un pase. La droga no era mía”,
manifestó, señalando además que tenía que cuidar de su madre
enferma y de sus niños pequeños. Finalmente, se avino a
cumplir tres años y seis meses de prisión en vez de ir a un
juicio que podría haberle costado más pena de cárcel.
El último de los sentenciados fue Mustafa M.M., quien tendrá
que cumplir tres años y dos meses, con multa de 16.771
euros, pues fue hallado en posesión de 12.066 gramos de
hachís, ocultos en su vehículo.
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