Con este encuentro en Madrid los
Presidentes de las dos Ciudades Autónomas han querido
mostrar un frente común con respecto a las prioridades que
resultan fundamentales para el desarrollo de Ceuta y de
Melilla, prioridades que son de carácter económico pero
distintas a las que se requieren en otras Autonomías, ya que
presentamos así mismo características diversas y unas
especificidades que resultan bastante ventajosas a la hora
de reivindicar y que nos atiendan. Sucede en esto cómo en
los litigios: lo importante no es tener razón y ser capaz de
demostrarlo, sino que te la quieran dar.
Se plantearan por parte de ambos mandatarios y ante la Mesa
de Economía los incentivos que son necesarios para hacer de
las ciudades lugares de interés para inversores y empresas.
Aunque el incentivo genérico que se deriva de esta reunión
en la cumbre es una vaharada de oxígeno para la ciudadanía
que se encuentra agobiada ante la continua perorata de
ahorro-austeridad-recortes y anhelante de escuchar una y
otra vez ahorro & crecimiento, austeridad & crecimiento y
recortes & crecimiento. Porque tanta noticia críptica a
todos los niveles y tantas advertencias terminan por
deprimir aún más ya que pintan un horizonte de lo más
sombrío en plan “cumbres borrascosas” más o menos. La clave
que deberían manejar los asesores de los Presidentes (si es
que queda alguno) es dosificar y utilizar la alternancia Yin
Yang, caliente/frío, espíritu materia, cuerpo mente.
Tijeras y cazo. Las noticias un poco desestabilizadoras han
sido las diversas medidas que se han venido desarrollando
para la contención del gasto, las buenas noticias es que
paralela y alternativamente surgen proyectos para potenciar
el crecimiento y la prosperidad futura de las dos ciudades.
Haciendo de ellas un destino en el que las empresas
encuentren condiciones ventajosas.
Vivas e Imbroda son quienes mejor conocen la realidad de lo
que se requiere para evolucionar en positivo, de ahí el
interés por potenciar la capacidad normativa y reglamentaria
de las dos ciudades lo que viene a significar en román
paladino, en el cual suele el pueblo “fablar” a su vecino”,
el coger la sartén por el mango y aumentar la posibilidad de
ir un paso adelante a la hora de la gestión. Y para exponer
esta astuta iniciativa, el ceutí y el melillense aprovechan
el anuncio de la reforma a nivel gubernamental de la Ley
Básica del Régimen Local, buena manera de arrimar el ascua a
sus sardinas y sacar rédito de esta reforma bajo el conocido
axioma de “quien no llora no mama”.
Lo evidente es que hemos sido esperanzados oyentes en
multitud de ocasiones de las ideas-fetiche para potenciar el
aterrizaje de las empresas y de los inversores capaces de
ser las centrales nucleares de la creación de empleo. Los
proyectos estaban y eran compartidos por los dos
Presidentes, las propuestas se encontraban perfectamente
argumentadas y fundamentadas, lo único que se requería era
encontrar el foro adecuado y el momento exacto en el que
plantearlas con garantías de resultados.
Ese momento parece haber llegado aprovechando la estela de
una reforma que es imprescindible para toda España y en la
que Vivas e Imbroda “colarán” nuestras aspiraciones,
rectifico, los puntos necesarios para que las ciudades sean
más competitivas y antes que nada operativas.
Oportuna la aspiración de potenciar nuestra capacidad
reglamentaria y un paso más dentro del desarrollo de un
concepto de Ciudad Autónoma, de Ciudades Autónomas que, sin
tener transferidas como otros, todas las competencias, no
hace más que encontrarse dentro del modelo que preconiza
Esperanza Aguirre de lo que ha de ser una Autonomía, modelo
que, menos los nacionalistas que viven de ello, compartimos
todos los españoles. Claras, concisas y explicativas las
pretensiones de los Presis.
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