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economía - JUEVES, 21 DE JUNIO DE 2012


personal de fisioceu. Reduan.

empresa
 

Fisioceu: un espacio zen de salud y bienestar

Las instalaciones de este reducto de salud
tienen una apariencia hospitalaria que se fragmenta con detalles muy sutiles cómo son velas, aromas, ikebanas y grandes fotos de decoración zen
 

CEUTA
Nuria De Madariaga

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Es cierto que cuando los traumatólogos remiten a los pacientes a una clínica de fisioterapia, en lo último que piensan es si en las instalaciones existe una determinada atmósfera que resulta grata para los sentidos. Pero el concepto que parece haber seguido el centro Fisioceu es el de la moderna medicina holística, es decir una conjunción de sanación de cuerpo y mente por igual, según el modelo impuesto por los lujosos centros Wellness que abren sus puertas en todas las ciudades importantes (detalle, la jequesa de Qatar y su extraordinaria belleza y forma física son cortesía de un abolengoso Wellness Resort de Alicante).

Esto quiere decir que si alguien necesita los servicios profesionales de un fisioterapeuta en la clínica Fisioceu va a encontrar a profesionales altamente cualificados y la amplitud de nada menos que siete cabinas perfectamente acondicionadas, pero también va a toparse con un “infinitamente más” que hay que saber apreciar y que está dirigido a un público selecto que conoce y celebra las nuevas tendencias. En primer lugar el centro no huele a desagradables productos químicos ni a hospital, por más que su apariencia sea extraordinariamente aséptica y tanta máquina y tanto aparato de última generación impresionen bastante, lo cierto es que practican los beneficios de la aromaterapia para equilibrar cuerpo y mente y el olor es de velas perfumadas y de esencias naturales y exquisitas.

¿Y por qué no un guiño a la cromoterapia? Equilibrar con las gamas cromáticas predominando los tonos malva y el personal sanitario femenino con unos increíbles pijamas clínicos en color fucsia buganvilla con los zuecos en lila haciendo juego. Francamente ideal. Todo. Y antes que nada los trucos para quebrar el deprimente ambiente que suele reinar en los centros de salud. No es lo mismo recibir masajes y tratamientos en una camilla y con el aposento apestando a desinfectante que hacerlo con olores florales, velas por los rincones, una sección dedicada a la dermoestética junto a grandes ánforas con cañas de junco y unos productos profesionales de belleza de los que tan sólo pueden administrarse en centros y por personal capacitado porque no son fáciles de manipular aunque los beneficios para la piel sean más que formidables. Pero a la postre son productos médicos y no son para ponérselos en casa.

¿Avances? Lo tienen todo, desde la microdermoabrasión con láser punta de diamante para quitar de la piel diez años con unas cuantas pasadas al fotorejuvenecimiento facial, de la fotodepilación que ya se sabe que da resultado a la depilación con cera y no tengo que aclarar que es más civilizado caso de hacerse la ingle brasileña o en el caso de los hombres que se hacen todo el cuerpo cómo los deportistas profesionales y los nadadores, meterse en el gasto de la fotodepilación que es definitiva antes que andar dando crueles tirones con la cera. ¿Quienes son los valientes que se hacen la ingle brasileña con cera? Eso debe ser toda una experiencia.

Pero el concepto holístico de salud y bienestar cuerpo y mente tiene su versión en la osteopatía, la punción seca y el drenaje linfático porque acumular grasa en zonas predeterminadas: catucheras, muslos, abdomen, vientre, gluteos, no es necesario cuando las técnicas estéticas más avanzadas poseen aparatos bastantes cómo para hacer de la celulitis un mal y antiestético recuerdo. A no ser que falle la salud por patologías determinadas, tener un muslamen celulítico no es una desgracia, sino una opción, porque existen métodos para eliminar esos depósitos grasientos, desde las modernas técnicas con aparatología del Fisioceu a los masajes drenantes y los remedios nutricionales. Amen de uno de los mejores inventos que nos ha brindado el siglo XXI y que viene, cómo es normal de EEUU ¡La Power Plate! Confieso que ese sí es mi terreno ya que la utilicé en el 2008 cuando una medicación me hizo subir de la talla 38 y al tiempo sufría problemas de espalda. Nada que no corrijan las vibraciones de esa máquina que es cómo la lámpara de Aladino y que tras un cuarto de hora de meneos y vibración el organismo ha hecho el equivalente a un par de horas de ejercicio aeróbico.

Yo perdí cómodamente y comiendo helados a lo largo de mes y medio los cuatro kilos que me sobraban para poder entrar en mi fondo de armario de la talla 38 y noté una mejora en los abdominales, ya saben, la com´ùn obsesión occidental de tener abdominales de “tableta de chocolate” hombres y mujeres ¿O es que la barrigota favorece a alguien? ¿O es que estar fláccido-a resulta sexy y atractivo? No fabulen por favor, la Power Plate es a mi entender un avance similar al de los ejercicios de Pilates y el yoga todo revuelto. Aunque no te da fondo, forma sí, pero el fondo lo dan las clases de Pilates que imparten en una sala adaptada y a las que asiste gente inteligente que desea estar estupenda. La Power quema y endurece, pero Pilates te enseña a respirar y te dota de una agilidad y una soltura de movimientos que hasta ahora tan sólo se alcanzaba con los duros entrenamientos del ballet clásico ¡Estirar, estirar, estirar!

Para mí que he practicado las dos disciplinas el Pilates es un tipo de yoga Iyengar modernizado y utilizando una serie de aparatos cómo grandes pelotas, cintas e instrumentos que facilitan esos estiramientos que logran hacer de un cuerpo en forma de alcayata y con el culo colgante, lo más similar a un ser bastante grácil y con fondo ¿Que qué es para mí el fondo? No sé... Tal vez subir varias veces al día hasta un cuarto piso por las escaleras y encima canturreando salmos y no perder el aliento. ¿Y por qué no se pierde el aliento? Porque se sabe respirar aunque en el yoga se aspira y se expira por la nariz porque si se echa el aire por la boca pensamos que se escapa el prana que es la energía mientras que en Pilates se aspira por la nariz y se expira por la boca porque piensan que el aire es gratis y no se debe escatimar. Bien, Power Plate, masajitos, Pilates en suelo, rejuvenecimiento facial y la innovación elitista de los mimados peces turcos del Garrafura Biosystem que en Marbella son la locura porque los usuarios no buscan tan solo que los diminutos pececillos eliminen las durezas y hagan pedicuras que hasta ahora eran de uso exclusivo de las princesas saudíes, sino que piensan que proporciona un enorme relax además de resultar muy higiénico porque los peces cumplen más requisitos sanitarios que si fueran astronautas y tienen que estar muy cuidados, la experiencia es deliciosa.

¿Tanto cómo curar cualquier dolencia o molestia con la acupuntura? Es diferente, quienes apostamos por la medicina tradicional y su sabiduría milenaria más los avances de la moderna medicina occidental no podemos discernir con claridad si para una contractura o un daño es mejor un masaje profesional o un acupuntor profesional que vaya despertando son sus agujas los puntos energéticos y obligando al cuerpo y a los chakras a despabilarse y llegar a la curación. Con acupuntura y reiki he sido testigo directo de las sanaciones más asombrosas y no hay problema de espalda que pueda resistirse a las agujas mágicas. ¿Existe en esta ciudad oferta más completa que el Fisioceu? De entrada creo que es el único punto de Power Plate que no se trata de darle a un botón y comenzar a vibrar porque te puedes lesionar y hay que hacer los ejercicios con monitor, precisamente para no acabar en una de las agradables cabinas bajo las manos del fisioterapeuta.

Lo bueno de este centro tan Wellness es la profesionalidad del fisioterapeuta, del de la acupuntura, de los de los láseres, del monitor de Pilates. Al trabajar con el cuerpo toda precaución es poca y de nada serviría el delicado ambiente zen si luego sales con una lesión por un ejercicio mal hecho o por un mal masaje. Aunque ya está muy avanzada la “operación Bikini” nunca es tarde para un “retoquito” ni para perder unos kilos superfluos, ni para depilarse ese “pecho-lobo” que hacía gracia en las películas de Landa. De hecho nunca es tarde para estar bien.
 

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