La titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Ceuta condenó
ayer a seis meses de prisión a Rachid M.E., por un robo con
fuerza perpetrado en una vivienda de la barriada Príncipe
Alfonso. Se le apreció el atenuante de drogodependencia, si
bien también hubo un agravante de reincidencia. La condena,
de seis meses, podría quedar en suspenso si el delincuente
se somete a una cura de rehabilitación.
Rachid M.E. fue condenado ayer a seis meses de prisión, que
podrían quedar en suspenso si se somete a un tratamiento de
rehabilitación de drogodependencia, por un delito de robo
con fuerza en casa habitada, en grado de tentativa, que
perpetró en la barriada Príncipe Alfonso.
Los hechos ocurrían el 23 de julio de 2009, en el domicilio
de Yasmina A.M., en la barriada de Príncipe Alfonso. El
hombre, según consta en la descripción de los hechos que
consta en poder del Ministerio Fiscal, entró en el domicilio
de la mujer, que dormía, y fue sorprendido por ésta, que
despertó, cuando rebuscaba en el cajón de la mesilla de
noche. Al verse descubierto, huyó sin robar nada.
Rachid ya había sido condenado por robo con fuerza a siete
meses de prisión, según sentencia dictada el 30 de
septiembre de 2008 por el Juzgado de lo Penal número 2 de
Pamploma. El acusado, que es adicto a la heroína, se declaró
culpable. La juez de lo Penal número 1 de Ceuta apreció un
agravante de reincidencia, y al tiempo un atenuante de
drogadicción. Además de la pena de prisión, con accesorias
legales, fue condenado al pago de las costas del juicio. Se
le indicó que a petición de la defensa la pena de prisión
quedaría en suspensión si se somete a tratamiento de
rehabilitación contra la drogadicción. Así, ha quedado
pendiente de una cita que se le comunicará por carta para
entrevistarse con un médico forense.
En el caso de que incumpla este requisito o abandone el
tratamiento, irá a prisión.
La mujer que había sufrido el intento de robo, y que se
encontraba fuera de la sala, no había siquiera llegado a
testificar, ya que había conformidad entre el Ministerio
Fiscal y la defensa del acusado para aceptar la pena. No
estaba de acuerdo con lo que había ocurrido, ya que al
parecer, según comentaba, el autor del delito ya había
entrado en ocasiones anteriores en su domicilio y le había
llegado a robar algunas pertenencias.
Por ello, pidió entrar en la sala, terminado ya el juicio,
para hablar con la juez. Se le concedió la petición por
parte de la magistrada.
Nerviosa, la mujer dijo que el condenado había entrado en su
casa a robar varias veces y que incluso en una de ellas la
sorprendió en ropas menores.
La mujer le habría conminado a marcharse pacíficamente y así
lo hizo. La policía, según comentó, le indicó que había
actuado correctamente, evitando males mayores que si se
hubiera comportado con agresividad ante el asaltante de su
vivienda.
La juez le puso de relieve que sólo se estaban juzgando los
hechos concretos que había denunciado y le explicó que el
delincuente había sido condenado.
Tras pensarlo un momento y recapacitar, la víctima dio las
gracias a la titular del juzgado y se marchó.
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