Las CC. AA se crearon para
descentralizar una serie de documentos que no tenía razón de
ser que, cada una de ellos, se tuviesen que solucionar en la
capital del Reino. Hasta aquí todo perfecto, si los que las
crearon hubiesen tenido en cuenta la “voracidad” de todos
los partidos independentistas pidiendo, cada día, más y más
competencias. Hasta el punto de que esa “voracidad” les
llevaría a querer ser países? independientes.
La acumulación de competencias, cada día más y más, a la que
hay que añadir el enorme “despilfarro” que han cometido
algunas CC. AA. ha llevado, sin duda alguna, a la quiebra de
la fantasía de esos “17 estados en miniatura”, término éste
empleado por Aznar para referirse las CC .AA.
Resulta, pues evidente, que para cualquier persona con
sentido común, sea cual sea su opción ideológica, que esta
faraónica estructura es imposible financiar para un país con
47 millones de habitantes. Ha llegado el momento de
despertar de ese sueño de fantasía que ha sido la creación
de esas CC. AA y afrontar la realidad.
La única manera de hacerlo es acometer una gran reforma del
modelo de Estado con el acuerdo de las dos fuerzas políticas
más importantes del país, Partido Popular y PSOE. Poro sin
poner parches porque eso sería, como diría la sabia de mí
abuela “pan para hoy, hambre para mañana”. Sin más dilación
los dos grandes partidos tienen que llevar a cabo una
profunda revisión de la Constitución, acabando con muchos de
los abusos que se han cometido en las tres últimas décadas.
El debacle de estos “17 estados en miniaturas” hace mucho
tiempo se veía venir y el momento en estos instantes de
crisis ha llegado. El Estado, en este mes de junio tendrá
que acudir al rescate de las CC. AA. cuya situación
financiera es para desesperar al más pintado, pues en
conjunto la deuda autonómica supera los 140.000 millones de
euros.
La suma de la deuda que tienen Cataluña y Valencia, si el
Estado no acude en su ayuda, si se tratará de una empresa
privada se tendría que declarar en suspensión de pago.
Y es curioso, en el caso de Cataluña, que sin tener para
pagar los salarios de los funcionarios, mantenga todas sus
embajadas en el exterior, no ha hecho recorte alguno en su
política identitaria y se gaste cientos de millones de euros
en mantener la televisión catalana. Claro que no sólo es
Cataluña tenemos, del mismo modo, el ejemplo de Andalucía,
con el mayor número de coches oficiales más alto del mundo
occidental. ¡Toma del frasco, Carrasco!.
Y es curioso, que en la situación económica en la que se
encuentra Cataluña me salga el “Sindic”, representado por el
señor Ribó que dice que los 156.000 euros que se ha gasto en
desplazamientos sirve “al país con la señyera” ¿Qué país,
señor Ribo?. Cataluña, por muchas vueltas que personajillos
como usted le quieran dar, jamás fue ni será un país, sólo
un condado. Y punto.
Lo que si es posible es que, todas estas CC. AA, puedan
desaparecer porque económicamente un país con 47 millones de
habitantes, no pude soportar esa carga que supone la
fantasía de mantener “17 estados en miniatura”. Y no me voy
a equivocar, señor Ribo.
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