El edificio que se ha construido en el Recinto Sur como
nueva biblioteca pública ha sido proyectado por los
arquitectos Ángela García de Paredes e Ignacio García
Pedrosa, quienes ganaron un concurso de ideas convocado por
el Ministerio de Cultura. Entre sus peculiaridades destaca
el hecho de haberse proyectado sobre una importante
pendiente, de hasta el 18%, de la parcela en la que se
levanta, situada junto a otros dos edificios públicos, el
polideportivo Guillermo Molina y la sede del Instituto
Nacional de la Seguridad Social.
El inmueble, con una superficie útil de 5.000 metros
cuadrados, tiene de este modo ocho plantas en la parte más
alta, la que da al Recinto Sur, y cuatro en la inferior,
donde se sitúa su acceso principal, en ‘Manuel Olivencia
Amor’.
El espacio interior es muy diáfano, pues casi dos de sus
plantas, las inferiores, se dedican a mostrar los restos
arqueológicos de Huerta Rufino, un conjunto de viviendas de
época meriní. Para ello se ha dotado al edificio de un
amplio espacio entre pilares, obtenido mediante la
construcción de una gran losa de hormigón de 600 metros
cuadrados que permite la eliminación de algunos apoyos que
hubieran coincidido con el yacimiento.
Otras de las características del proyecto son los grandes
ventanales de la fachada principal o sus celosías metálicas,
así como las 12 ‘bocinas’ o salientes de hormigón del
edificio y el hecho de que todas y cada una de sus ventanas
son distintas.
|