A mis años que son los de muchos
de ustedes, el anhelo por “quedar bien” es algo que tengo
ampliamente superado, lo que supone que cuando, desde las
perspectiva del análisis, observo oscuridad en los temas,
sencillamente lo digo ya que como creyente no puedo
permitirme ni mentir ni ser hipócrita. Y añadiría una
tercera que es caer en esa “tibieza” pamplinera que hizo que
Jesucristo maldijera a los tibios, “los escupiré de mi
boca”.
Con una amplia y cómoda mayoría absoluta el Gobierno de Juan
Vivas puede y debe gobernar siguiendo el dictado de los
compromisos asumidos para con la ciudadanía. Cierto es que
fuimos los primeros, desde Ceuta y aún sin haber aprobado
los Presupuestos Generales del Estado, de anunciar “el
imperio de la tijera” y adoptar el compromiso de recortar y
escatimar en todo lo que no sea estrictamente necesario. Un
ejercicio de responsabilidad del Gobierno de Vivas que hay
que aplaudir.
Así las políticas de ahorro han llevado a prescindir de diez
asesores, que todos suponemos que serían necesarios al
desempeñar funciones determinadas para el buen
funcionamiento del “todo” que es la gestión de la ciudad. Si
son necesarios y se ha renunciado a sus servicios en nombre
del ahorro y con la consiguiente sobrecarga de trabajo para
otros, me parece bien, no imprescindible, pero bien como
“gesto” en plan ejemplarizante que es la mejor forma de
enseñar y de aprender ya que “se predica con el ejemplo”.
Ahora bien, si esos asesores eran “prescindibles” e
“innecesarios” colocados en virtud de la generosidad de la
dedocracia entonces constituye una tomadura de pelo a la
ciudadanía y una poca verguenza. Yo prefiero creer que sí
eran necesarios y sí desempeñaban un role importante, pero
había que ahorrar 300.000 euros porque existen necesidades
más acuciantes.
Y aquí es donde la aplicación de la coherencia es más
necesaria que nunca, porque necesidades acuciantes no son
precisamente subvencionar con 120.000 euros a la Unión de
Comunidades Islámicas para “llevar a cabo actividades
relacionadas con la cultura musulmana y su difusión”, porque
si se trata de difundir la cultura islámica que es una
cuestión religiosa para eso están los imanes de las
mezquitas que se encuentran espiritualmente e
intelectualmente preparados para profundizar en temas de
cultura islámica.
Al menos, si ese puñado de millones de pesetas o esos
120.000 euros procedentes del sudor de la frente de los
españoles, sin abandonar la cultura y en un lugar que como
Ceuta sufre un importante fracaso escolar, se destinaran a
contratar instructores del método Kumón y del Ábaco para
impartir por grupos a los alumnos el aprendizaje de unos
métodos que les van a abrir un mundo de posibilidades
futuras incidiendo en el razonamiento, capacidad de
concentración, memorización y rapidez mental, sería
coherente. Los alumnos lo necesitan y estos métodos existen.
Ahora bien, si el Gobierno de mayoría absoluta basa sus
decisiones en lo “políticamente correcto” y en “el quedar
muy bien” con la gestualidad de dar un puñado de millones de
pesetas a los de una asociación para dar conferencias
mientras echa al paro a diez personas, no parece coherente
sino majadero.
¡Y no digamos los dos millones de euros para conservar la
manzana del Revellín! ¿A quienes van a contratar? ¿A
restauradores de catedrales góticas? Quito aquí, me gasto
allí, el que es pamplinero, lo es.
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