Aunque no persigue en exclusiva este delito, el Grupo
Operativo Administrativo (GOA) de la Policía Local, creado
hace tres años, es el que, de forma específica, se dedica a
la inspección de obras. Sus responsables afirman que desde
hace unos meses han observado “un cambio radical” en el
comportamiento de los infractores, que tratan de
“esconderse”.
Una veintena de obras sin licencia denunciadas, en concreto,
21 son el resultado del trabajo de la Policía Local en los
últimos tres meses en este ámbito. Además, y según los datos
facilitados por el superintendente, Ángel Gómez, se han
realizado más de 60 inspecciones.
La cifra se antoja exigua en una ciudad donde la
proliferación de ocupaciones de parcelas públicas, así como
de la vía pública y los “recrecimientos” de viviendas están
a la vista de cualquiera en zonas como el Príncipe o el
Recinto Sur, por citar solo algunas de las más afectadas.
Sin embargo, los responsables del Grupo Operativo
Administrativo (GOA) de la Policía Local, -que si bien no se
dedica sólo a la persecución de estas infracciones sí tiene
este entre sus cometidos diarios-, afirman que en los
últimos dos meses han observado un cambio de tendencia
“radical”, ya que los infractores ahora procuran “esconder”
algo más su actividad. Esto es así, afirma el jefe del
grupo, Manuel Meléndez, desde que la Ciudad intensificó el
trabajo en materia de disciplina urbanística, hace un par de
meses. “Desde que iniciamos la campaña todo es por la vía de
urgencia y nos llaman y nos preguntan más”, señala en
relación con los servicios de la Consejería de Fomento y su
coordinación con el GOA.
Quizá el refuerzo del GOA. que en la actualidad cuenta con
cuatro agentes y se espera alcance en breve la decena con un
concurso de movilidad interna a punto de convocarse, sirva
para que esta vigilancia surta aún mayores efectos. Y es que
Meléndez reconoce que el trabajo de este grupo vale más por
su carácter disuasorio que por los efectos prácticos. “Ni un
sólo día en los tres años que lleva funcionando hemos
dejado, por ejemplo, de requisar productos de venta
ambulante”, afirma, para agregar que si no hicieran sus
rondas diarias, las calles de zonas como Hadú estarían
llenas de este tipo de tenderetes clandestinos. A día de
hoy, los vendedores, la inmensa mayoría mujeres marroquíes,
apenas portan una bolsa de fruta verdura que retiran de la
calle en el momento que observan presencia policial.
El hecho de que los agentes de esta unidad lleven a cabo su
trabajo de paisano y en coches camuflados facilita no
obstante la detección de este tipo de infracciones en el
momento en el que se cometen. Meléndez destaca asimismo la
posibilidad de mantener más variedad de horarios como algo
que, una vez cuente el grupo con más agentes, les dará la
posibilidad de aumentar la eficacia de su labor.
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