Los creyentes nunca podemos olvidar que “el cuerpo es el
templo del espíritu” y que por lo tanto debemos conservar lo
más dignamente posible aquello que nos fue dado por Dios a
través de la genética. Es cierto que existen medios y
remedios en las grandes clínicas y a base de mesoterapia,
pinchazo por aquí, pinchazo por allí, aquí te relleno el
pómulo, allá te reestructuro el óvalo, que son una
maravilla. Pero para ponerse en manos de un buen dermatólogo
y experto en estética hay que tener tiempo, dinero para
viajar y dinero para los tratamientos milagrosos. Y no
siempre es el caso, rectifico, muy pocas veces es el caso.
Por ello hay que utilizar otros recursos menos eficaces y
que requieren la adopción de unos hábitos y de una rutina
que no puede saltarse jamás.
Partiendo de la base de que la vejez es una opción ya que
poseemos en el siglo XXI mil y un medios para regenerarnos
cómo si fuéramos colas de lagartija (le cortas la cola y le
sale otra nueva, pero hay que tener mucha mala leche para
hacerle daño a un ser vivo) la postura vital es enfrentarnos
al deterioro que viene en forma de arrugas, flaccidez, surco
nasogeniano remarcado con el clásico rictus de amargura y el
“todo” descolgándose. ¿Y que nos ofrece la estética? Eso
depende, si se opta por gastar se va una a las cremas de La
Mer que son maravillosas ¿Pero es ético gastarse 100 euros o
más en una crema? ¿Es que no nos gustaría a todos-todas
optar por la magia de Genifique de Lâncome o por los grandes
avances de Dior, Shisheido o de Clinique (estas no son
excesivamente caras pero se pasan de presupuesto) ¿Y los
productos americanos de la cadena Sephora con sus marcas? En
estos tiempos de austeridad creo que hasta quienes pueden
permitirse una crema en condiciones prefieren renunciar a
ella por una especie de pudor hacia quienes lo están pasando
tan mal. ¿Y cual es a mi entender la opción más inteligente?
Pues alargarse a la botica, cómo yo lo hago a la farmacia
Arcos en calle Jáudenes donde Loli la boticaria me va
aconsejando productos estéticos de laboratorios
farmacéuticos. Porque eso de que publiciten algún producto
diciendo “es tan bueno cómo el que vale 100 euros” me suena
a publicidad engañosa y a mensaje subliminal de que nos
toman por jilipollas ¿Cómo te van a dar por menos de 20
euros un producto que vale más de 100?. Prefiero irme a lo
seguro de la farmacia y apostar por la Roche Posay que son
productos que recomiendan los cirujanos estéticos y dentro
de la marca, para las manchas o los léntigos el Mela-D, cómo
hidratante suave y eficaz el Hydreane y para pielas
madurescentes, es decir de mujeres maduras con espíritu
adolescente la Nutritic que es fabulosa contra las arrugas.
Y desmaquillar siempre con algodón y agua miscelar, la hay
de la Roche Posay que es muy buena y también son buenas las
de Eucerin y la de Vichy. ¿Y para bolsas, ojeras y párpados
caídos, es decir para la mirada que dice “confieso que he
vivido”? Yo ahí me voy por Belcils que tiene una buena crema
descongestionante y otra regeneradora de pestañas, sin hacer
de menos a la Eye Detox de Talika ni a la mascarilla Eye
dream de la misma marca. En laboratorios Isdin tienen un gel
crema de ojos con urea, Q10 y vitamina E que no está mal.
Aunque el elixir de juventud que es la coenzima Q10 hay que
encargarla de los laboratorios Pharma Nord y de la gama Gold,
no sé si son 70 euros, más o menos, pero ahí no se puede
escatimar, aunque haya que quitárselo de comer o de tabaco.
A mí me la traen periódicamente en la farmacia Arcos y a
otras colegas también, porque es salud y no mamonéo. Para
descongestionar los ojos también funcionan las cápsulas de
arándano de Arkocápsulas y la luteína y dale que te pego con
el betacaroteno. Todo muy saludable.
La belleza se conserva por dentro y por fuera y no hablo de
cualidades morales, sino de que hay que ingerir
antioxidantes por un tubo y muchas omegas 3,6 y 9 y
resveratrol en forma de Revidox o Resveradox y dale que te
pego con la vitamina C en redoxón efervescente. La
longevidad y la regeneración ni tocan en una rifa, ni se las
van a llevar a ustedes a sus casas cómo si fuera un pedido
del Supersol. ¡Hay que currárselas! Y con respecto a la
crema de farmacia XHEKPON que salió al mercado con el bulo
de que una señora había visto cómo Isabel Preysler tiraba un
tubo vacío de la crema en una papelera, les diré que es una
patraña porque la Preysler usa las cremas de Massumeh que
son unas iraníes (a mí no me gustan) y usa infinitos más
recursos estéticos de los que las simples mortales nos
podemos permitir. Pero esa crema en concreto lleva colágeno
y aloe y es buena pero son superiores las excelentes cremas
y serums de Vichy, hay un Lifactiv que es superior, la
Novadiol nunca defrauda y la gama Lifactiv e Idealia están
muy bien, lo bueno de los laboratorios Vichy es que abarcan
todas las edades, desde la adolescencia a la pura
madurescencia. Aunque tampoco hay que desdeñar los
excelentes productos de Roc ni de Avene. En cuanto a
innovación siempre voy a apostar por Roc porque funciona
siguiendo muy de cerca los descubrimientos de los
laboratorios que fabrican carísimos productos para las
marcas de perfumería. Dentro de la botica lo más avanzado es
Roc. Aunque cada piel requiere su propia solución porque el
laboratorio Martiderm fabrica unas ampollas fortísimas de
Proteoglicanos FPS con vitamina C pura que son famosas entre
las madrileñas, al igual que la crema gen Kelatinol y el
Cytokin gel. En Marbella existió la fiebre del laboratorio
alemán Bayer con su Bepanthol y ahora las treintañeras andan
locas con las inglesas Boots, yo la compré en Arcos pero me
parecen ideales para el arco 20-40 años, al igual que la
célebre Be+. ¿Quien no usa en la costa las cremas Be+? Dicen
que esas y las Boots van a comprarlas a Gibraltar porque
salen más baratas, pero eso depende de a cómo esté la libra
en el cambio. ¿Y para una buena cara-exprés? ¿Alguien habla
mal de las ampollas Germinal que dicen que son la locura de
la Lomana y de las celebrities? Serán la locura pero te
dejan la cara congelada, cómo si te hubieran puesto superglú
para fijarte los rasgos, ahora exprés resultan. Aunque hay
trucos y trucos. Las alemanas de la Costa tienen el truco de
adobar los productos con unas gotas de aceites antiestrías
de los que se ponen las futuras mamás “Mummy to be kit” y
similares de Suavinex por la nutrición que aportan. Pero no
olviden que la vejez es oxidación y hay que antioxidarse por
dentro y embadurnarse por fuera...
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