En este contencioso no puedo dudar en dar la razón a los
transportistas, que son quienes están sufriendo unas multas
que hace un par de fechas eran por supuesta infracción de
una Ordenanza que exigía realizar la carga-descarga en zonas
habilitadas a propósito. Y ante el hecho evidente de que
esas zonas no existen, ahora resulta que son multas “de
tráfico” por no respetar los horarios impuestos. Confuso,
opaco e infumable, bien se dice que “lo que mal comienza mal
acaba” y la Ordenanza comenzó, no con lagunas jurídicas,
sino con la misma laguna Estigia con quien la redactó en
plan barquero Caronte y en el papel de almas desdichadas los
del gremio del transporte.
Realmente, para este viaje no se necesitaban alforjas... Y
lo que sorprende y llena de estupefacción es que los
responsables de la Ciudad Autónoma, tan dados a la que nunca
fue lo suficientemente bien llorada, “mesa de negociación”
con los besuguillos liberados de los sindicatos, no sean
capaces de convocar a los transportistas y aclarar un
problema que , si va a más, puede paralizar el Tarajal. Y
con una huelga “mala” y bastante dañina no tan solo para los
comerciantes de las naves, sino para las criaturas que se
ganan la vida “que voy que vengo” por esa inhóspita
frontera, aquella que vivió un día glorioso cuando la visita
del ministro en la que fue durante horas un remanso de paz y
de orden.
Nada de huelga de “pacotilla” porque estando la frontera por
medio una paralización del transporte en Ceuta es de
telediario de sobremesa y da una pésima imagen en lo
relativo, no a las capacidades, sino a las “incapacidades”
negociadoras del Gobierno. Además de manera infundada ya que
si algo ha caracterizado la trayectoria de Juan Vivas y de
su gente es el talante siempre abierto al diálogo y al
acuerdo, las posturas conciliadoras y el evitar la
crispación, a eso se le llama equilibrio y buen tono
político. Algo que puede verse innecesariamente salpicado
con una huelga de camiones, un paro, la policía por medio
para que el tráfico no se vea afectado, los comerciantes
lanzando imprecaciones en arameo, los sindicatos (siempre
oportunistas) tratando de subirse al carro y capitalizar la
protesta.
Mal rollo porque provocará fricciones, se pregonará lo de la
Ordenanza y sus zonas habilitadas que se encuentran sin
habilitar y el redactor de la Ordenanza quedará cómo un memo
y quienes tratan de hacerla cumplir cuando no puede
cumplirse por imposibilidad manifiesta cómo los integrantes
de un parque temático de la memez humana.
Ángel Gómez cuenta no haberse reunido con los del transporte
cuando estos últimos dicen que sí se han reunido y echa mano
de las multas por incumplir el horario restringido cuando
los de los camiones tienen multas impuestas en horario de
tarde
¿Quien miente en este litigio? Porque alguien miente ya que
por mucho que pensemos que todo es relativo con excepción de
la moral, los principios y las buenas costumbres, en este
caso “todos” no pueden decir la verdad. Lo que hay que
evitar es una huelga con las morbosas cámaras de televisión
gravando el conflicto, el disgusto de quienes vienen a
comprar, el patatús de los comerciantes y el caos
circulatorio. Eso da mala imagen y además de mala y
negativa, una imagen que es evitable y que por lógica se
debe tratar de evitar, por sensatez y porque van a ser
muchos los perjudicados por la huelga.
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