Al iniciar este análisis tengo en
la memoria la imagen de la senadora Luz Elena Sanín el día
de las elecciones generales, parando su campaña y visitas
para ir a rezar junto a un bebé marroquí, Reda Oufassi, en
la UVI Móvil que iba a ser trasladado a Cádiz para una
operación cardiaca. Y meses después el reencuentro de la
senadora con los padres y el pequeño Reda al que amadrina
desde entonces. ¿Que sabrán los calamelones que se aupan al
carro del oportunismo para calificar de xenófoba a Luz Elena
Sanín?
Pero eso me da igual, por mí podría ser más mala que la
tiña, siempre que diga la verdad y expreso esta convicción
en la acobardada España donde nos han cortado los huevos a
fuerza de censura encubierta, sibilina e hipócrita hasta el
punto de que todos hemos oído decir una y mil veces con
admiración y respeto: “¡Fulano dice lo que piensa!”.
Muy reprimidos hay que estar para considerar una proeza
admirable el hablar desde la sinceridad y diciendo la
verdad. ¿Adonde fue a parar aquella Nación que fuera cuna de
héroes, santos y poetas? Les digo yo que a día de hoy Colón
no se atrevería a descubrir América, ni Hernán Cortés a
trazar con su espada el otoño azteca y mucho menos mi
bitatatarabuelo Bernal Díaz del Castillo, tatatarabuelo de
mi bisabuelo el escritor Jesús Iniesta y Díaz del Castillo,
a relatar con humor negro las escabechinas de la conquista.
¿Se podría llamar a Cristobal Colón intolerante y xenófobo?
¿Dirán los futuros libros de Historia que tanto los
conquistadores cómo los Tercios de Flandes eran una pechá de
“políticamente incorrectos? ¿Alguna vez viviremos la
experiencia apasionante de que un político se encarame a un
escenario, atrinque un micrófono y grite ¡Despierta España!?
Seguro que sí.
Y señalo con el dedo (con el de señalar) a quienes tras la
polémica fictivia desencadenada a raíz de las
manifestaciones de nuestra senadora expresando lo que todos
los españoles sabemos, que es que no podemos costear ni
sufragar la sanidad a extranjeros no residentes, no se han
lanzado al ruedo del coraje y apoyado sin fisuras, cómo
hacen quienes se visten por los pies cada mañana, a la mujer
que ha denunciado los abusos y la dilapidación del dinero
que está impregnado del sudor y del sacrificio de los
contribuyentes españoles. ¿O es que piensan que en los
ministerios, por las noches, los ministros se lían a darle a
la manivela de la máquina de fabricar los billetes para
luego gastarlos? No. Cada euro que se gasta lleva una gota
del sudor de un ciudadano y cada euro Feder que se gasta
lleva la huella del sudor de un tendero de Amsterdam o de un
carnicero que vende salchichas en Frankfurt. Son dineros muy
currados y muy sentidos.
Lo que debería hacer la Delegación de Gobierno que dirige
Paco Antonio que de tonto no tiene un pelo es ordenar una
exhaustiva investigación en lo relativo al fraude de la
inscripción en el registro civil de extranjeros hijos de
extranjeros no residentes. Es decir, de extranjeras no
residentes desplazadas a Ceuta de mano de mafias organizadas
para dar a luz y más tarde realizar una inscripción. Coraje
y claridad.
¿Qué pasa en el registro civil? ¿Cómo es posible que
existen, por ejemplo, veinte hijos de extranjeras no
residentes paridos en el hospital que aparecen inscritos y
cincuenta hijos de extranjeras no residentes inscritos pero
que no aparecen registrados en el hospital? ¿Dónde está el
truco del baile de cifras? ¿Andarán por ahí despistados
certificados de nacimiento que se materializan en el
registro civil¿ ¿Quién o quienes llevan los temas de las
inscripciones fuera de plazo de extranjeros no residentes?
Vamos a empezar por ahí y apoyando a Sanín.
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