La tradicional misa en honor del santo con la posterior
procesión por las inmediaciones de la ermita y el reparto de
panecillos para acabar con la clásica paella, no siempre fue
a través de los tiempos bajo esta fórmula, ya que en otra
época, en el libro de la Cofradía de San Antonio nada se
decía de romería aunque hay que suponer que, traída la
imagen del santo en sus vísperas a la catedral, la vuelta se
hiciera con grandes festejos. Siempre ha contado con el
clásico boato esta ceebración de orígen portugués: la misa
era cantada y acompañada por la Capilla de Música, con
especial mención al arpista que cobraba por su actuación 25
maravedíes, según recoge Alejandro Sevilla Segovia en su
libro sobre esta celebración.
Para la celebración religiosa se elegía un piadoso y
elucente predicador que casi siemp`re lo era un fraile
trinitario. Se compraban libras de bizcochos, de tostadas,
de dulce cándido, de panales, de chocolate y varias arrobas
de vino. La ermita “se componía” de manera especial,
trayendo todo lo necesario de la catedral. La fiesta duraba
varios días y noches, llegando a bailar y jugar dentro de la
propia ermita, lo que motivó duras críticas y prohibiciones
por parte del obispo.
La procesión se hacía desde la catedral a su ermita y
recorría los aledaños de la misma: Sin embargo, en tiempos
modernos se redujo a una corta procesión. Se pretendía que
el pueblo de Ceuta participaraen la romería religiosa en
honor del santo, per nunca obtuvieron los resultados
deseados. La actual Junta de la Cofradía trabaja cada año
por el esplendor religioso de la fiesta y desea su
reconocimiento como una de las cofradías más antiguas de
nuestra diócesis de Ceuta.
En la tradición de San Antonio, se dice que para encontrar
novio, las chicas han de pasar tres veces su trasero sobre
las losetas que hay en el suelo, es decir, hay un escalón de
mármol de acceso a la ermita, que con tanta original
sentada, se ve sensiblemente rebajado. Lo que no deja de ser
curioso es que una encuesta que en 1.985 realizó el
instituto “Siete Colinas” entre un centenar de alumnos de 2º
y 3º de BUP, con edades entre 15 y 16 años, casi la mitad de
las alumnas reconocía haber arrastrado su trasero sobre las
losetas de la mencionada ermita de San Antonio.
|