Como avanzamabos el pasado domingo, expertos económicos en
valorar la actual coyuntura y sus repercusiones en nuestra
ciudad, coinciden en opinar que las especificidades de
Ceuta, como tantas veces ha dicho el presidente de la Ciudad
en cuantos foros han querido escucharle, serían
fundamentales en el ámbito de régimen económico-fiscal.
Aquí radica la clave de un impulso para nuestra economía:
atraer inversión de empresas que buscaran su implantación en
Ceuta para aliviar sus costes de estructura. De manera que
su ubicación geográfica en nuestra ciudad no sería un
obstáculo para la prestación de servicios.
Con el sombrío panorama económico en el que nos vemos
envueltos, una ciudad como Ceuta, donde el sector servicios
marca la dinámica de su funcionamiento interno, requiere de
iniciativas de esta naturaleza, impulsadas por una fuerte
campaña promocional, ya que los expertos consultados por
este periódico, coinciden en opinar que el Gobierno de la
Ciudad no ha sabido o no ha logrado promover este
conocimiento de nuestras ventajas fiscales de manera idónea,
hasta el punto que no se conoce lo suficiente.
El “hecho diferencial” al que tantas veces ha aludido Juan
Vivas, tanto a nivel de personalidades políticas, tanto en
España como en la Unión Europea, en el Congreso de los
Diputados e, incluso, en el Consejo de Política Fiscal y
Financiera, ante el propio Mariano Rajoy, o los minitros de
Hacienda, Cristóbal Montoro o de Economía y Competitividad,
Luis de Guindos (la estrella de este pasado fin de semana
con el préstamo del Eurogrupo a la banca) que son perfectos
conocedores de la casuística de Ceuta.
Las bonificaciones a las cuotas de la Seguridad Social es un
factor impulsor para nuestras empresas que, unido al ya
mencionado régimen fiscal, contribuye a facilitar la
implantación de empresas en nuestra ciudad.
No se puede olvidar tampoco la incidencia positiva que tiene
para Ceuta el mercado proveniente de Marruecos, desde donde
economías medias-altas, se desplazan a nuestra ciudad
atraídos por nuestros comercios, tanto en el sector de la
alimentación como de otro signo, por lo que siempre se ha
dicho que el “hecho diferencial” en este sentido había de
provenir de la calidad de nuestros comercios con las
numerodas franquicias aquí existentes. Es obvio que la
apertura comercial los sábados por la tarde, contribuye a
estimular el consumo y la actividad económica del comercio.
Ceuta ha de ofrecer su imagen de ocio y compras con el
factor diferenciador a un Marruecos cercano y, en este caso,
cómplice de nuestras ventajas en este sector: una ciudad
europea en el norte de Africa, término tantas veces aludido
para definir nuestras condiciones específicas.
Otro aspecto a tener muy en cuenta en Ceuta es el trasiego
de mercancias que un día sí y otro también, se despliega en
la multitud de naves ubicadas en el polígono del Tarajal,
hasta donde fluyen y confluyen todo un inmenso contingente
de “porteadores” dispuestos a participar en este comercio
denominado transfronterizo y que tanto dinero mueve con esas
ventas al por mayor con el “hormigueo” de tránsito a un lado
y otro de la frontera con el vecino país de Marruecos.
De manera que tres son los frentes a los que Ceuta se ve
abocada: su régimen fiscal especial, la importación de renta
externa proveniente de Marruecos y el tránsito continúo de
ventas mayoristas en los Pológonos del Tarajal. Tres
factores determinantes para estimular nuestra balanza
comercial y cuyos mecanismos de apoyo han de estar
sustentado por una muy buena campaña que favorezca este
estimulante impulso a nuestra economía. Hay que mover ficha
dicen los expertos y atraer empresas.
Hay que “vender” las potencialidades de Ceuta y, en
definitiva, hay que moverse desde las instituciones.
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