No va a terminar tan vistoso, como
se proponían que terminara, el programa de Canal Sur TV, “Se
llama copla”.
Y no va a resultar tan vistoso, en su final, porque en los
instantes finales, ante un reto, de acuerdo con la forma del
programa, una mocita de Sanlucar de Barrameda, una
“Carlotita”, no parece muy dispuesta a retarse con un
“gitanito” de La Línea de la Concepción, que se presenta
como uno de los llamados a estar en primer o segundo lugar
al final de concurso.
Desde hace un par de ediciones, cuando participó en ese
concurso una jovencita de Ceuta, Nazaré Compaz, he seguido
casi regularmente el concurso, en cuestión, y ya en alguna
ocasión he escrito sobre ciertas irregularidades que se iban
produciendo, si no por discrepancias del jurado, por otras
situaciones que se iban dando.
Todo, sin embargo, era pasable, hasta la noche del pasado
sábado, cuando la “carlotita” en cuestión decía que ella no
volvía el próximo sábado, que es la final.
El desarrollo final, yo creo, se les ha escapado de la mano,
por una serie de improvisaciones, muy de última hora que han
permitido, siempre, dentro de las normas impuestas del
programa, que se colara para la gran final otra jovencita de
Jaén a la que no han podido echar fuera, por ninguno de los
caminos rectos del programa.
Tanto la “Carlotita” de Sanlúcar de Barrameda, como el
“gitanito” de La Línea de la Concepción, se veían dentro de
la gran final, pero mira por donde, la decisión del que
logró el primer puesto el sábado dejaba sin posibilidades de
llegar a la gran final a uno de estos dos, puesto que ambos
se tenían que retar entre sí.
¿Hasta donde llegará la cuestión?. No cabe duda de que el
concurso terminará, ganará, es de suponer, el mejor, pero
esta quinta edición terminará con lío y podría hacer que la
sexta edición no llegue, al menos de la forma que han
llegado las anteriores.
Y es que parece mentira que, a estas alturas, cuando ya han
transcurrido cinco ediciones, hayan dejado sin atar todo, de
forma que la presentadora, a la que faltan muchas tablas, se
viera entre la espada y la pared, cuando se le presentó la
situación de que alguien pudiera negarse a asistir el último
día, en el caso de que ella fuera elegida para estar en la
gran final.
Mal, muy mal, la organización. Mal el no haber fijado todas
las claves hasta el instante final, y lo peor de todo es que
un programa que debe costarle un riñón a la televisión
andaluza, termine hecho añicos en el último suspiro del
programa.
El sábado es la final y ante esa final una verdadera
incógnita por ver si el gitanito de La Línea llega por
méritos propios a disputar el primer puesto o si, siendo uno
de los dos mejores, se queda como mero espectador, porque se
le ha colado de rondón alguien con quien no contaba casi
nadie.
Con todo, dejando de lado las improvisaciones del último
instante, la “Carlotita” de Sanlúcar de Barrameda no tenía
razón alguna y es que ella, como todos los demás tiene que
exponerse a las decisiones del jurado y a las decisiones del
público, que buen dinero se dejan, en sus llamadas, para
apoyar a aquellos a los que cada uno quiere apoyar. Un
problema, un fracaso de última hora es lo que puede tener
“Se llama copla” de la quinta edición. No hay por donde
buscar mejor solución, de otra forma.
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