Un grupo de unos 60 inmigrantes de origen subsahariano
intentó nuevamente entrar a la fuerza a Melilla durante la
madrugada de pasado sábado, de los que sólo uno lo ha
conseguido después de ser repelidos por la Guardia Civil.
Según han informado fuentes policiales, la valla que separa
Melilla de Marruecos ha sufrido de esta manera, y por
segundo día consecutivo, un nuevo intento de entrada ‘en
tromba’ después de que el viernes lo pretendieran hacer
otras 50 personas.
En ambos casos, según han apuntado las citadas fuentes, los
sucesos se produjeron por la zona de la frontera de Barrio
Chino, donde los indocumentados han encontrado un lugar del
perímetro fronterizo que abarca nueve kilómetros, la zona
por la que pueden superar dos vallas de seis metros de
altura y una sirga tridimensional (conjunto de cables
entrelazados) situado entre los dos “muros” de alambres.
A diferencia de lo ocurrido el viernes, en el que resultaron
heridos tres agentes de la Guardia Civil al hacer frente a
la entrada de estas personas, este sábado no hubo que
lamentar daños personales entre los agentes de las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado. Se desconoce si ha podido
ocurrir lo mismo con los inmigrantes que fueron rechazados
al país magrebí.
Lo ocurrido estos dos últimos días, han apuntado las citadas
fuentes, podría ser la tónica predominante del verano por la
importante ‘bolsa’ de inmigrantes de origen subsahariano que
está en las zonas marroquíes limítrofes esperando una
oportunidad de pasar a suelo español. Esta cifra, según
señalan, rondaría el millar de personas.
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