Hace pocas semanas comentábamos la
insensatez de una serie de seguidores del Atletic y del
Barcelona, por la pitada tan descomunal que habían hecho al
Himno Nacional, en la final de la Copa de Su Majestad el
Rey.
En ese mismo encuentro vimos cientos, miles, de ikurriñas y
de senyeras, pero, sin embargo, no se vio ni una sola
bandera de España, y ya es duro tener que decir esto.
Cataluña y Euskadi no parecían muy por la labor de asumir
los principales emblemas de todos los españoles. Así fue y
así se lo dijimos, en su momento.
Ahora, sin embargo, las cosas van a cambiar y aunque más de
uno de aquellos que pitaban, mientras sonaba nuestro himno,
hoy, a bien seguro, cuando vuelva a sonar el Himno de
España, si es que no aplaude, cuando menos serán unos más de
los que deseen que lo que venga tras ese himno nos
favorezca, a los de Ávila o a los de Donostia o Gerona.
Con las banderas pasará otro tanto de lo mismo, ya ha habido
algún medio de comunicación que con el periódico del viernes
traía una bandera de España y, además, a un precio muy
asequible.
Una vez hechas estas consideraciones, uno debe pensar en qué
tipo se van a pensar los extremistas “anti” y qué bandera
van a usar, primero esta tarde y luego al final del
campeonato, si España fuera la campeona.
Llegados a esto, lo que tenemos que destacar es que ciertas
posturas, como las de los catalanes y vascos, en la final de
la Copa del Rey son “poses”, sin ningún otro sentido más que
molestar a todos los demás, a todos los seguidores de otros
equipos o a todos los que propugnan o propugnamos un orden
establecido.
No soy fanático de la Selección, soy seguidor, siempre
respetuoso y me alegra grandemente cuando gana. Acepto, sin
embargo, de buen grado si empata o si pierde, porque el
contrario sea igual o mejor, pero de lo que sí soy un
acérrimo seguidor es de nuestro himno y de nuestra bandera,
con lo que no descarto lucirla en el coche o en la terraza
de mi casa, por considerarla algo de todos los que, de hecho
y de derecho, somos españoles.
Llega el primero de los choques de España, el más difícil, a
priori, ante Italia. No sé como quedaremos, pero lo que sí
sé es que hoy cuando suenen los himnos, especialmente el de
España, tanto en Getxo, como en Villacastín, en Gerona o en
Almería se oirá con respeto y no habrá ningún gamberro que
lo pite.
Hemos llegado, pues, a lo que quería y a lo que he dicho
antes, hay mucha pose en ser distinto o ser anti himno,
cuando juegan el Atletic o el Barça.
Las casas de publicidad y muy especialmente de todos esos
conjuntos que se venden estos días, van a hacer su agosto,
en junio, con la venta de camisetas, gorras y banderas,
durante todos estos días, especialmente si España sigue
adelante, y nada nos debe extrañar si alguna, o alguna
docena de banderas se exhiben en Euskadi o en Cataluña.
A mí, si eso sucede, no me va a escandalizar, porque siempre
he sostenido y voy a seguir sosteniendo que tanto es parte
de España San Sebastián, como lo es Badajoz y lo mismo es
España Calella de Mar, que mi pueblo, Piedrahita, aunque,
eso sí, en mi pueblo juegue o no la Selección, siempre se
respeta la bandera de España.
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