El Gobierno de Vivas no puede, ni quiere o quiere pero no
puede, satisfacer las aspiraciones de la AD Ceuta y que la
ciudad siga contando con un equipo en condiciones. Así
quienes desde un primer momento y movidos por inquinas
personales han venido atacando al club pueden considerarse
de enhorabuena, mientras que para otros será una grave
decepción esta negativa de la Ciudad a cumplir unos
compromisos económicos que ilusionaron a los aficionados y a
quienes consideran que Ceuta “merece” contar con un equipo
de categoría.
Pero no se trata de criticar la postura adoptada por el
Gobierno ceutí que tendrá cómo es lógico, sus cuentas y sus
prioridades, sino que si algo resulta reprochable es la
falta de claridad que ha existido desde un primer momento y
al no hablar claro, esa falta de transparencia es la
susceptible de defraudar las expectativas de los ceutíes.
Y hasta ayer las respuestas no fueron contundentes sino que
se han ido sucediendo a lo largo del tiempo todo tipo de
versiones contradictorias, que si la televisión sí, para más
tarde alegar que la televisión no, que si el plan de
saneamiento, que si esta opción hoy es factible y mañana
deja de serlo.
Comenzó la Consejera de Deportes, Susana Román, afirmando
que todos los compromisos con el club estaban cumplidos.
Después fue el propio Presidente Vivas quien dio un pasito
más y dijo que surgió la posiblidad de realizar un convenio
con la televisión pública .... Y hoy ha sido por fin el
Portavoz del Gobierno quien reconoció que han existido
compromisos no escritos que no se han podido cumplir.
Y tantas contradicciones no han logrado más que generar
incertidumbre y malestar en dirigentes, socios, aficionados
y seguidores de la AD Ceuta. No es cuestión de dramatizar
pero para los seguidores de la AD Ceuta y para quienes
“sienten” los colores de la camiseta que han venido
experimentando en primera persona todas las vicisitudes por
las que se ha visto obligado a pasar su equipo durante la
última temporada, el rosario de “dimes y diretes”, los
compromisos verbales que luego parece ser que no se pueden
llevar a cabo y los cambios de rumbo del Gobierno, han
supuesto un auténtico desgaste psicológico.
Por una parte los agoreros dirigiendo sus fulminaciones
contra el club y las críticas estériles que por cierto han
sido bastante infundadas y en absoluto motivadas. Y por otra
quienes han defendido el proyecto contra viento y marea, sin
arredrarse ante las dificultades y siempre en la profunda
convicción de que no se puede dejar a esta ciudad sin “su”
equipo. ¿Lucha de intereses con un resultado final
inesperado?
Tal vez la palabra clave sea “decepción”, más que lo que se
comenta en los mentideros oficiosos de que el Gobierno “ha
abandonado” al equipo, los habrá furiosos pensando que
siempre se podría haber buscado una alternativa menos lesiva
para los intereses de tantos, pero el sentir imperante es
más de desánimo que de declarada hostilidad. Porque aún
siendo conscientes de las dificultades de todo tipo que trae
aparejada la crisis, tampoco se estaba hablando de cifras
exageradas ni extemporáneas, sino de los suficiente cómo
para oxigenar y que los de hoy no tengan por qué arrastrar
con los errores de los de ayer.
Mucho se ha de escribir a partir de ahora sobre este asunto
y muchas serán las opiniones que vayan apareciendo que serán
“según” es decir “según” el grado de decepción.
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