El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 ha
abierto diligencias previas en torno a un supuesto caso de
imprudencia grave continuada con resultado de lesiones
graves contra dos doctoras y una ATS del Ingesa. Una mujer
que recibió la administración de un inyectable en el centro
de salud de la avenida Otero denunció mala praxis tanto en
la administración de la inyección como posteriormente por
parte de las dos doctoras que la atendieron, una vez que
informó de los resultados del tratamiento. La mujer presenta
actualmente una gran herida en el glúteo y tendrá que ser
operada.
El Juzgado de Primera instancia e Instrucción número 5 ha
abierto diligencias previas contra dos mujeres médicos y una
ATS del Ingesa por un motivo de imprudencia grave
continuada, lo que se entiende como una negligencia médica,
así como mala praxis profesional con resultado de lesiones
graves sobre una empresaria ceutí, de estado civil casada.
S.M.M. denunció a dos doctoras, F.L.G. y E.P.P., así como a
la ATS en servicio de asistencia el pasado 31 de marzo de
este año en el centro de salud de la avenida Otero, así como
al Instituto de Gestión Sanitaria de Ceuta (Ingesa), como
responsable civil subsidiario.
El asunto deviene de una inyección en el glúteo derecho que
le fue administrada dicho día a la mujer denunciante. Ya
dijo en el mismo momento en el que le fue administrada la
dosis que experimentó un dolor muy agudo cuando la ATS le
puso el inyectable y que así se lo manifestó en el momento.
También puso en conocimiento de la profesional que le dolía
mucho la pierna y el glúteo, “sin que le diera importancia
alguna”.
Las dos doctoras que posteriormente la asistieron, según el
testimonio de la denunciante, no actuaron debidamente. No
fue hasta que acudió a un centro hospitalario de Estepona
cuando se vieron exactamente la gravedad de las lesiones que
sufría. Fue intervenida quirúrgicamente, un añadió que el
facultativo que la atendió le puso de relieve que si hubiera
tardado sólo una semana más en acudir, hubiera sufrido
gangrena que le habría afectado incluso hasta el riñón
derecho. Ante el empeoramiento que venía sufriendo en su
estado físico, la denunciante decidió acudir al hospital de
Estepona, donde se le examinó y se emitió un informe,
también aportado ante la justicia, en el que se señala que
la mujer presentaba “necrosis cutánea extensa de 124
centímetros de diámetro en glúteo derecho, rodeado de
reacción inflamatoria con fondo exudativo y fibrina”. Tuvo
que ser operada para un desbridamiento quirúrgico y exéresis
de gran escara necrótica, quedando un “amplio efecto
cutáneo”. Por el momento, la denunciante se encuentra a la
espera de otra intervención quirúrgica en Estepona.
De modo particular, está recibiendo curas diarias por parte
de un profesional. Son curas extremadamente dolorosas, tanto
que incluso ha llegado a la pérdida del conocimiento durante
las intervenciones.
El testimonio gráfico exclusivo que acompaña a esta
información da cuenta del estado de la gravísima lesión que
sufre la mujer, un mes y medio después de recibir la
inyección.
La familia de la afectada ha puesto de manifiesto que por
parte del Instituto de Gestión Sanitaria (Ingesa) “nadie se
ha puesto en contacto con ella para siquiera interesarse por
su estado de salud”.
La mujer está a la espera de que la próxima semana sea
llamada a ratificar la denuncia y comience a ser examinada
por los médicos forenses del juzgado, de cara a que emitan
los informes pertinentes en torno al caso.
Su cirujano particular ya le ha anunciado que aún le quedan
varias operaciones para poder recuperar cierta normalidad en
su estado de salud.
La necrosis se define como la muerte patológica de un
conjunto de células o de cualquier tejido del organismo,
debida a un agente nocivo que ha provocado una lesión tan
grave que no se puede reparar o curar; por ejemplo, el
aporte insuficiente de sangre al tejido o isquemia, o un
traumatismo. Una vez que se ha producido y desarrollado la
necrosis, es irreversible.
Cuando hay áreas extensas de muerte tisular debido a la
falta de suministro de sangre y presentan infección
bacteriana asociada y descomposición, la condición se
denomina gangrena. La necrosis cutánea (NC) clínicamente
suele presentarse como una decoloración azul violácea o
negra, con pérdida de sensibilidad que puede ocurrir después
de dolor intenso en el área y secreción maloliente. Suele
estar cubierta por una escara necrótica o esfacelo
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