Hermanas pero con distintos apellidos. Hermanas y acusadas
ambas de tráfico de drogas, aunque sólo una de ellas era
culpable y así se declaró. Suad A.T. exculpó a Lamia T.A. de
transportar en su vehículo veinte kilogramos de hachís,
indicando ante la titular del Juzgado de lo Penal número 1
que había sido ella la que aprovechándose de la confianza de
su hermana había introducido la droga en el coche. La
Fiscalía también apreció las circunstancias concurrentes y
decidió pedir una pena menor para la culpable y la
absolución para la inocente. La juez también apreció
cooperación con la justicia.
Suad A.T. fue condenada ayer a una pena de prisión por
tráfico de drogas después de que exculpara a su hermana, con
la que trató de viajar a la península transportando un
cargamento de unos veinte kilogramos de hachís.
Comparecía ayer Suad junto con su hermana Lamia T.A. ante la
titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Ceuta para
responder ante la justicia por un delito contra la salud
pública. Son hermanas, pero con distintos apellidos, tal y
como se constató en la vista oral.
El día 30 de marzo, ambas fueron detenidas en el coche de
Lamia, en el que fueron descubiertos 20.008 gramos de
hachís, con un índice de tetrahidrocannabinol (THC,
principio activo del hachís) cifrado por los peritos en un
19,94%. El valor de la droga era de 27.811 euros, según se
estimó por parte judicial.
Ambas entraron en la sala de vistas de la segunda planta del
edificio Ceuta Center sin esposar, sin mirarse, sin hablarse
entre ellas y sentándose cada una en un banquillo, como si
fueran desconocidas. Lo habitual es que, en casos de tráfico
de drogas, las personas acusadas acepten la pena que se les
impone de conformidad, ya que obtienen beneficios. Sin
embargo, en este caso, Suad quería que exculpasen a su
hermana, inocente del delito, y cargar con la culpa.
Suad explicó que la droga no era suya, y que su cometido era
transportarla a la península, aprovechándose de la confianza
de su hermana, que habitualmente le prestaba el coche, un
Seat Toledo. Le iban a pagar 6.000 euros, por el transporte
de la sustancia estupefaciente.
Las cosas no pintaban bien para ninguna de las dos, ya que,
atendiendo a la circunstancia de que el juicio se iba a
celebrar sin conformidad en cuanto a la comisión del delito
contra la salud pública, la Fiscalía pedía penas
inusualmente altas.
En concreto, Lamia, que posteriormente sería declarada
inocente y absuelta, se enfrentaba a una pena de tres años y
seis meses de prisión, así como una multa de 107.794 euros,
conmutables por 180 días de cárcel. Lo normal en casos de
conformidad es que la multa sea ‘canjeada’ por tres días de
privación de libertad.
En el caso de Suad A.T., aún era peor, si se tiene en cuenta
que era reincidente en el tráfico de drogas. Se le pedían
inicialmente tres años y once meses de prisión, así como una
multa de 143.724 euros, conmutables por 180 días de cárcel.
Se pedía igualmente el decomiso del vehículo, propiedad de
Lamia, y que ambas pagaran además las cosas procesales al
cincuenta por ciento. Dadas las circunstancias, ambas
declinaron la conformidad y se prestaron a declarar ante la
jueza.
Suad dijo que ella tenía conocimiento de que el coche de su
hermana estaba cargado de droga, escondida, y que había
aceptado transportarla a la península por la cantidad de
dinero anteriormente citada, un millón de las antiguas
pesetas. Aprovechándose de la confianza que su hermana había
depositado en ella, cogió el coche, se hizo con la droga, la
escondió en el vehículo de tal forma que Lamia no sospechó
nada, y finalmente decidieron emprender juntas un viaje a la
península que no llegaría a producirse.
La declaración posterior de Lamia fue muy breve. Dijo que
ella desconocía todo lo que estaba ocurriendo, que le prestó
como era habitual el coche a su hermana, que posteriormente
la recogió junto a su casa y que se dirigieron al puerto
para adquirir los billetes y cruzar el Estrecho. La
detención fue realizada por la Guardia Civil. El
representante del Ministerio Fiscal, dadas las
circunstancias y el atenuante de cooperación con la
justicia, decidió rebajar la pena. Por un lado, solicitó
tres años y nueve meses de prisión para Suad, así como una
multa de 69.527,50 euros, conmutables por tres días de
prisión. Lamia quedaría absuelta.
Así lo entendió la juez, quien dictó sentencia en firme al
término del procedimiento, aunque no obstante advirtió a
Lamia que existían sospechas sobre ella, aun cuando no
pudiera probarse su culpabilidad. Dado que el vehículo le
pertenecía a ella y no a su hermana, que había confesado que
introdujo la droga en una zona de difícil acceso y bien
oculta, tampoco se produjo el decomiso del vehículo. De
hecho, al terminar la vista se hicieron gestiones para que
lo pudiera recuperar.
Por su parte, a Suad le espera la cárcel. No en vano, fue
condenada por el mismo juzgado de lo Penal el día 16 de
septiembre de 2010 a una pena de tres años y un día de
prisión así como al pago de 4.323 euros de multa por un
delito contra la salud pública. La mujer estuvo sollozando
quedamente durante toda la recta final de la vista. Las dos
hermanas no se miraron siquiera.
|