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OPINIÓN - JUEVES, 7 DE JUNIO DE 2012

 
OPINIÓN / ANALISIS

La esposa del recordado Karim Mohamed habla

Por Nuria de Madariaga


Si alguien espera encontrar en Nauel Odda, la viuda del recordado Karim Mohamed una postura de amarga resignación ante el asesinato de su joven esposo, esa persona estará muy equivocada. Porque si bien es cierto que Nauel desprende una inmensa tristeza igualmente inmensas son su fe en Dios y la fuerza que hace que la viuda, su familia y todos los amigos de Karim, estén firmemente decididos a que se haga justicia y paguen “todos” los culpables de ese despreciable crimen que conmocionó a la sociedad ceutí.

Así el relato de esas horas trágicas tiene un tono pausado y sus lágrimas no son de debilidad, sino de profunda añoranza del esposo, amigo y compañero, con el que siempre pensó en compartir una vida, hoy rota “Lo recuerdo cómo si hubiera pasado ayer... El día anterior, sábado nuestra hija cumplió 8 años y recibió dos tartas de regalo con dos números 8 por lo que su padre no dejaba de bromear llamándola vieja porque 8 x 8 es igual a 64.

Nauel sonríe con pena. ”Mi marido era muy cómplice con sus hijos y le gustaba compartir con ellos el máximo de tiempo posible. Ese día después de comer Karim salió, estábamos fatal de dinero, como todo el mundo a fin de mes y fue a pedirle a un amigo 20 euros para llevar a la niña y a su prima al cine. Estábamos viendo la televisión y escuché tiros, muchos tiros, salí a la azotea y vi que otros vecinos también salía, llamé a una de mis hermanas y al momento me contestó con una frase “Nauel, Nauel, le han dado a Karim...” Yo estaba con una ropa de estar por casas y en zapatillas y sólo sé que salí a la calle corriendo, sin saber adonde acudir, veía a gente en las aceras, algunos se tapaban la cara, me miraban pero nadie me hablaba, yo solo gritaba “¡Karim, Karim! ¿Donde está mi marido? ¿Qué le ha pasado a mi Karim?” Nadie me respondía pero un hombre me sujetó y paró a una furgoneta que pasaba diciendo “Llévala al hospital, llévala al hospital” y yo pensando en cómo iba, sin vestir y en que mi marido al verme llegar iba a pensar que adonde iba con esa pinta y llorando cómo las locas... Cuando llegué al hospital ya había familia y estaban amigos del barrio yo decía “¿Pero le han hecho algo, le han hecho algo?” Y sólo me decían “No es nada, no es nada, quédate sentada...” Y me abrazaban, pero oí las palabras malditas “Muerto” “Asesinado”. Yo no me lo creía porque mi marido nunca ha tenido enemigos, jamás, ni era más que un empleado mileurista ¿Quien puede querer hacerle daño a un padre de familia que no tiene un euro? Yo creo que los asesinos habían seleccionado a un hombre indefenso, a una presa fácil, porque todos saben que Karim era incapaz de hacerle daño ni a una mosca y menos aún era capaz de saber reaccionar cuando unos criminales le empiezan a dar tiros, saben reaccionar quienes están en esos ambientes violentos, pero mi marido no”.

Nos quedamos en silencio pasando las hojas del album de la boda, donde se ve a los novios, Karim y Nauel, resplandecientes de felicidad y llenos de proyectos de futuro, no me hace falta preguntarle nada porque la viuda lo va contando, pero introduzco una cuestión “Nauel ¿Y cuando llegó la Udyco?” Me mira y noto que le tiemblan los labios “Nunca. Aquí esa gente no ha estado jamás para hablar conmigo. Todos les esperábamos pero no llegaron jamás, ni ese día ni los siguientes, cuando todo el barrio hablaba y hablaba y yo quería hablar con ellos para pedriles el teléfono de mi marido, no porque fuera muy caro, le costó 37 euros en una oferta, pero llevaba todas las fotos de los niños, las fotos de la familia, luego, mucho más tarde me enteré de que habían dicho que ellos no tenían el móvil ¿Y entonces quien lo tiene? ¿O es que se creen que voy a pensar que las buenas personas que atendieron a mi marido desangrándose en la acera iban a aprovechar para robarle el teléfono? Esa gente ni me ofreció protección, ni tomaron precauciones para proteger a mis hijos, nada y el Delegado de Gobierno de entonces, nada. La única que acudió fue la Consejera Rabea con su esposo a transmitirme las condolencias de parte de Juan Vivas y eso no me extrañó porque Karim quería mucho al Presidente y el afecto era recíproco.

Pero ahí no se acabó el terror...” La viuda cierra el album y lo abraza y con ella los recuerdos de los días felices “Justo tres días después del asesinato de Karim salí con mi hermana para recoger su moto que estaba en la calle, también venían mis hijos, nosotras de luto blanco y cuando volvíamos con la moto para meterla en el garaje se abalanzó hacia nosotras un encapuchado con una pistola uno “ de ellos” salimos corriendo, conseguimos entrar en la casa y a mi hija pequeña le entró un ataque, convulsionaba gritando “Vienen, vienen los que han matado a papá!” Tuvimos que llamar a la ambulancia-me enseña el parte médico de asistencia a la pequeña- tardaron mucho en llegar y esta vez venían con dos policías de paisano que eran los primeros que pisaban mi casa desde el crimen, pero me digeron que era para “proteger a la ambulancia” ¿Y quienes se creen que vivimos en el Príncipe? ¿Kosovares?”

Trato de tranquilizar a la mujer “Nauel, ya se sabe que hay mucho mamarracho y mucho cagón sueltos, porque de todo tiene que haber en la viña del Señor y tampoco los de aquí están acostumbrados a bregar con colombianos ni con rusos malos” Pero la viuda arrastra un inmenso poso de amargura “Nos han tratado muy mal. Cuando la gente del barrio empezó a hablar y a hablar, porque todos hablaban y todos “sabían” dijeron que el tercero de los asesinos estaba en Marruecos y donde estaba y acudí de luto, con mi hermana y sin comer porque era Ramadan a la Comisaría a decir de lo que me estaba enterando, todo lo que contaba la gente y me recibieron con mal humor diciéndome que eso era “cosa de Interpol” ni una palabra de pésame, ni una explicación, nos echaron y yo les digo una cosa, que si mi marido era de una “mafia” que Dios me mande un castigo, porque eso es mentira ¿Qué maleante se muere con 20 euros prestados en el bolsillo y debiendo 8.000 euros en el banco? Mi único deseo es que esta investigación la haga la Guardia Civil que es “de otra manera” ahora van a reconstruir los hechos ¡A buenas horas! La suerte es que todo el caso lo dirige ahora el Juez nº 5 que es un gran profesional y también “de otra manera” y voy a pedir amparo para mí y para mis hijos y hermanos al nuevo Delegado de Gobierno, porque quienes nos amenazan de muerte están en libertad ¿Un deseo? ¡Justicia para la sangre de Karim!”
 

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