Ni está “el horno para bollos” ni
los propios sindicalistas para meterse en “camisa de once
varas”. Era más que evidente y anunciábamos ayer que se
llegaría a un acuerdo tras la pantomima de las fulminaciones
sindicales ante las palabras del Portavoz Guillermo
Martínez. Porque los sensatos comprenden que las políticas
de ajuste son, más que necesarias, imprescindibles y muchos
de los propios empleados de las empresas municipales
prefieren mil veces apretarse el cinturón, cómo lo hacen en
el resto de España antes que ver a las empresas irse al
garete.
Algo que CCOO y UGT sabían de forma indubitada antes de
sentarse a la “presunta” negociación, pero había que
proseguir con el “paripé” y, como también anunciamos, salir
de la reunión con gesto solemne y dando explicaciones con un
doble objetivo:
1º.-Salir en los medios y chupar algo de espacio en prensa
para aumentar sus álbumes de recortes.
2º.-No quedar de puta pena ante la colectividad y mantener
la honrilla antes los afiliados.
Pero cómo son más previsibles que mandados a hacer de
encargo en los talleres de La Evidencia SL ya se conocían de
antemano todos los pasos de estos ugetistas y comisionistas
que dicen “haberse enterado ahora” de las dificultades por
las que pasan dos: Ceuta en particular y España en general.
¿Y cómo se han enterado “ahora” del tema del déficit, de las
políticas de ajuste y de que, de donde no hay no se puede
sacar?
Así que debe haber sido un trauma el enterarse ayer por la
tarde y por boca del Portavoz de lo calamitoso que está el
panorama, pero cómo tienen un talante dialogante asumen lo
evidente y prefieren hacer cargar sobre las respectivas
responsabilidades de los trabajadores de cada empresa la
postura definitiva sobre los recortes. Natural. ¿Cómo van a
arriesgarse los sindicatos, aún llamados “mayoritarios” a
meter la pata y desbaratar el invento sin contar con el
apoyo de la totalidad de los afectados? Dejar en la voluntad
unívoca de cada cual su postura definitiva que va encaminada
a garantizar un empleo estable que es el objetivo común y a
apretarse hasta que esto remonte que es también un fin
genérico en todo el país, es desde luego lo más prudente.
Lo que significa que tanto UGT cómo CCOO han delegado su
representatividad en la voluntad individual y no se atreven
a equivocarse pactando en nombre del “quien sabe quien” para
luego verse envueltos en un serio problema.
De hecho la estrategia de “figurar” y de “chupar micrófono”
ya se encontraba culminada, la sobreactuación llevada a
cabo, las amenazas contra el Portavoz emitidas y STOP. No se
va más lejos para no acabar como gatos escaldados. Ahora es
cuando habría que preguntarse, ¿y para qué sirven estos
sindicatos?
Paciencia infinita la del Portavoz para soportar tantos
absurdos y tanto teatro. Pero el escenario estaba, los
personajes se encontraban preparados y había que llevar a
cabo la actuación para evitar pateos en el gallinero. ¿Los
únicos “erre que erre”? Los de CSIF que insisten con su
postura en plan “mantenella y no enmendalla” postura al
menos coherente. Ellos se mantienen aparte o les mantienen
aparte porque los Gobiernos siempre han considerado “el
coco” a los folloneros oficiales y oficiosos que son las
CCOO y la UGT con sus respectivos liberados-agobiados, es
decir con un punto de ansiedad al no saber si la crisis no
va a mandar a tomar por el primer chakra el chollo de las
“liberaciones”· Así que sin querer plagiar al genial Fray
Luis repetimos “Decíamos ayer...” Que llegarían al
acuerdo.Evidente, más que evidente.
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