La Consejería de Cultura y los organizadores de la Feria del
Libro parten con ventaja ,desde el momento en que, el
público de Ceuta, es muy entusiasta y parece encantarle
participar en los eventos culturales y lúdicos y la Feria lo
es. Pero el lugar “no es”. Por mucho que hayan atiborrado el
programa, que está excepcionalmente bien diseñado, de actos
de todo tipo a cual más atractivo sobre todo para el público
infantil, el lugar no puede estar peor escogido. En primer
lugar podría definirse cómo “las tripas de la manzana del
Revellín, prodigio arquitectónico y tal Pascual, pero se
trata de un semisótano. Amplísimo, podríamos decir que
espectacular en su diseño con un doble techo muy elaborado
que lo hace parecer diseñado para los enanitos porque
resulta muy bajo. Y para acceder a la Feria hay que ir
preguntando y bajando tramos y más tramos de escaleras, lo
que no supone dificultades para los niños que bajan a
saltos, pero sí para las personas mayores y para las mamás
con carritos. De hecho ayer tarde parecía el lugar de Ceuta
con más mamás con carritos por metro cuadrado y vi tan sólo
un ascensor para tantísima gente.
Les cuento: se lega y se empieza a bajar y a bajar y luego
para la derecha y allí la gran sala de techo bajo con una
chica actuando y contando algo a los pequeños que aplaudían
entusiasmado, nada más entrar la barra de un bar con ofertas
gastronómicas muy tentadoras, pero demasiada gente y apenas
sitio donde sentarse. Tenían montado un teatro y saliendo
del techo bajo algo más de amplitud y seis stands de
libreros, lo que significa que la feria en sí resulta
simbólica y las mesas expositoras bastante pequeñas para
exponer las buenísimas obras que se ofrecen. Todo en general
novedoso, porque he estado en muchas ferias, incluso de
ciudades pequeñas como Marbella y en la del Retiro de Madrid
y en la de las Ramblas, pero nunca en mi vida he presenicado
una feria en un semisótano, majestuoso de dimensiones tal
vez y capaz de dejar boquiabierto a más de un arquitecto por
las proporciones, pero la verdad, la Feria del Libro que no
es al aire libro, con la gente sorteando los puestos y
parándose en las zonas ajardinadas, resulta “rara”. Un poco
agobiante y un mucho calurosa aunque siempre es mejor pasar
calor que meter a tope el aire acondicionado y que los niños
se resfríen o les duela la garganta. Con los aires, ya se
sabe y además estamos quienes siempre desconfiamos del
servicio de mantenimiento y nos interrogamos acerca de si
los filtros se limpian e higienizan cada seis meses para
evitar neumonías y legionellas, mejor pasar calor que
jugarse la vida con filtros llenos de inmundicia.Este año
hay lo que hay y se ha hecho lo mejor que se ha podido, eso
al menos decía la siempre positiva Minu de la librería
Krispis que exhibe espectaculares novedades editoriales,
siempre en su línea y, por cierto, fue la primera que trajo
a Ceuta la colección “Dummies” que para mí son los libros
divulgativos más divertidos del mundo , vi “Finanzas para
Dummies” y “C Facebook para Dummies” pero no la “Cocina para
Dummies que es con el libro que han aprendido mis hijos a
cocinar ni la “Economía para Dummies” que es una pasada,
aunque a mí Minu me ha hecho traer muchos Dummies. ¿Y quien
no es el fondo un Dummie? Yo lo soy a tope. En general mucho
best seller y muchas ausencias significativas que cuando el
año que viene se monte la feria en condiciones seguro que
volverán a instalar sus chiringuitos intelectuales.¿Mi
resumen? El lugar caluroso, agobiante, oscuro y sin los
suficientes asientos para la gente, algo similar debió ser
el bunker subterráneo de alto standig de Hitler en sus
últimos días, pero el montaje del escenario muy bueno, la
diversión garantizada para los más pequeños y todo el
programa de todas las jornadas muy atractivo y al tiempo
didáctico. Daría la enhorabuena al genial Siza por su
espacio singular y a los organizadores por su buen hacer.
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