Es lo primero que se me ocurre al
ver las fotos de los altercados del pasado lunes, en los que
hubo quince detenidos y dos policías heridos, por una
reyerta entre inmigrantes.
Llevamos más de 15 años aguantando, unas veces con
virulencia y otras con menos, las algaradas y los callejeos
de los inmigrantes.
Han pasado más de 15 años desde aquel gran conflicto que
recogió toda la prensa nacional y que tuvo como
protagonistas a una serie de inmigrantes de los que, por
aquella época, “se alojaban”, como podían, en el ángulo.
Ahora, los inmigrantes, aunque tengan sus problemas, están
acogidos, tienen comida, tienen cobijo y sólo una parte de
ellos aparecen, de vez en cuando, como verdaderos
camorristas.
En esta ocasión, los altercados eran entre ellos, por
buscarse “su propio lugar” para “su trabajo”, dominando un
área determinada de los aparcamientos, o tratando de
“ayudar” a los que salen con la compra, de alguno de los
establecimientos.
Aquí estaban perfectamente pergeñados dos grupos de unas
treinta personas, que generaron un tumulto de dimensiones
inmensas, por el control del “trabajo” en un establecimiento
de Día, en Bermudo Soriano.
El enfrentamiento entre ellos llevaba a no ser una simple
disputa callejera y la policía tuvo que intervenir y,
además, intervenir con seguridad.
El CNP detuvo a 11 personas por desórdenes y a 4 más por
atentado a agente de la autoridad.
¡¡Hasta ahí podíamos llegar!! Y es que, en situaciones de
este tipo, corren peligro las personas que, sin intervenir
en nada de lo que está pasando, pasan por allí o casualmente
están en esa zona.
La barriada Bermudo Soriano fue el lunes el escenario de uno
de los conflictos más fuertes que se han vivido en Ceuta,
desde hace mucho tiempo y los responsables del orden
bastante hicieron con abortar aquel alboroto y detener a los
que detuvieron.
Ahora falta ver cual será la reacción de los que están por
encima de los propios policías.
Vemos fotos en las que aparecen los comerciantes protegiendo
sus negocios, otras en las que se ven a ciertos inmigrantes
con peligrosos objetos arrojadizos y los vecinos, como es
natural, con una situación de miedo por las dimensiones de
los altercados.
Creo que ha llegado ya el momento de atajar estas
situaciones y lo idóneo sería ir desatascando, a marchas
forzadas, el CETI y tratar de que estos inmigrantes estén el
menor tiempo posible en Ceuta.
Puede parecer raro pero no lo es, Ceuta tiene derecho a
tener calma y tiene derecho, especialmente, a no verse
invadida por unas gentes que amparándose en nuestras leyes,
pero no en las de sus países, nos molestan, nos invaden, nos
cuestan mucho dinero y no nos aportan ninguna satisfacción.
Y lo que más lamento de todo esto es que un policía tuviera
que ir al hospital, por haber recibido una pedrada, y es muy
posible que a aquel que lanzó la piedra no le pase nada,
tras recorrer los diversos despachos de la Policía o de los
juzgados.
Esto hay que considerarlo algo lamentable y lo que no nos
cabe la menor duda es que, a partir de aquí, y desde ahora
mismo, habrá que hacer todo lo posible para que esto no
vuelva a suceder, o lo que es lo mismo, urge solucionar
esto, de una vez por todas, todo lo demás son pamplinas.
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