Veo en la edición de ayer, lunes 4
de junio, de nuestro periódico El Pueblo de Ceuta que las
viviendas protegidas del Hacho se han convertido en un
verdadero “chabolismo vertical”.
Y volvemos, una vez más, con lo que es Ceuta y con lo que se
hace en Ceuta y que es difícil que se haga en otras partes,
al menos con normalidad.
Los adjudicatarios de esos 86 pisos, una vez que entraron en
ellos, no han respetado su arquitectura, que ha recibido,
incluso, premios internacionales. Aquí ha valido todo, menos
dejar las cosas en su sitio.
Aquí no se respetó nada, con lo que los 14,3 millones de
euros que invirtió el Ministerio de la Vivienda, en el
proyecto, es dinero tirado, porque a estas horas, podemos
decir que, el proyecto está inacabado y deformado.
El proyecto fue primer premio del concurso Europan V, pero
muy poco ha servido esto para que los adjudicatarios de
estas 86 viviendas hayan ido haciendo lo que más les
apetecía y hayan ido convirtiendo ese proyecto en algo así
como una especie de chabolas, pero en sentido vertical.
Lo que se ha hecho, o se está haciendo, con estas viviendas
de protección sería impensable en cualquier país europeo del
estilo de Francia, Holanda y no digamos Alemania, donde un
ciudadano sería incapaz de tocar un solo ladrillo en una
vivienda que se hubiera pagado con dinero público.
Y es que, además, donde más reconocimiento ha tenido el
proyecto del Hacho ha sido en Alemania y allí, pongamos por
caso, sería impensable una modificación, por su cuenta, como
las que se vienen realizando por parte de los adjudicatarios
de esos 86 pisos.
El proyecto comprendía seis torres. Ya están construidas 4 y
faltan 2 de esa media docena que constituía el conjunto.
La promoción comenzó a construirse en el año 2004 y no se
terminó hasta el 2009, lo que está terminado.
A pesar de las dificultades del terreno para la
construcción, de una de las 2 torres que faltan por
construir están hecho los cimientos, con lo que falta ya una
mínima parte del proyecto y, sin estar terminado, ya está
transformado, por cuenta y riesgo de los adjudicatarios, con
lo que algún día tendremos el proyecto y su reforma, sin
haber sido estudiada tal reforma.
Hay que tener en cuenta que cada una de las torres
proyectadas está como clavada en las antiguas excavaciones
de una cantera y en ellas se ha tenido en cuenta la
necesidad de una protección de las casas frente a la
agresividad del viento de levante.
Todo estaba estudiado e ideado para que los pisos fueran un
modelo a imitar, pero quienes los han recibido, en lo
primero que pensaron fue en sus propias chapuzas, no sé si
para aumentar su capacidad o para darle una orientación
distinta a la que realmente tenía.
A finales de junio del año 2009, no hace ni 3 años, a 30 de
los habitantes, menores de 35 años se les entregaron esas
viviendas, y antes de que hayan pasado los 3 años, la
mayoría aparecen visiblemente modificadas en el exterior.
Por dentro cualquiera sabe lo que habrá.
Queda claro, la arquitectura no se ha respetado,
posiblemente porque los dueños no han sabido valorar esa
arquitectura, o porque les han movido otros intereses. ¿Y
ahora qué?¿Pueden esos adjudicatarios seguir disfrutando de
las viviendas que les entregaron?. Debiera ser que no.
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