El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, dijo ayer desconocer
si los adjudicatarios de las VPO del Hacho han modificado
las fachadas, tal como publicaba este diario en su edición
de ayer. Primero debe “acreditarse el incumplimiento” para
en su caso “poner en marcha los mecanismos de corrección que
sean pertinentes”, afirmó el jefe del Gobierno local.
“La Ciudad tiene la obligación de cumplir con ley y si por
parte de estas personas, de estos inquilinos, no se ha
cumplido con la norma, cosa que yo en estos momentos
desconozco, se actuará en consecuencia”. Así se pronunció
ayer el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, a la pregunta
realizada por este medio, que en su edición de ayer
publicaba una información acerca del estado que, tres años
después de su entrega por parte de Emvicesa, presenta la
promoción de vivienda de protección pública (VPP), del
Hacho. Uno de los arquitectos autores del proyecto, que ha
recibido múltiples premios internacionales, calificaba la
situación de “chabolismo vertical”, pues muchos de los
adjudicatarios han modificado la fachada, y según señalaba
él mismo, también los interiores, con diferentes materiales
y formas.
El presidente de la Ciudad agregó respecto de este asunto
que “primero se requiere acreditar el incumplimiento y
después, una vez acreditado este, poner en marcha los
mecanismos de corrección que sean pertinentes”.
Por otra parte, y también a preguntas de EL PUEBLO, el jefe
del Ejecutivo local afirmó no tener “ni idea” de la compra
del edificio comercial de La Manzana del Revellín. Tal como
informó este diario en su edición del pasado domingo, el
inmueble ha sido adquirido al propietario de la parte
privada, la sociedad ‘Manzana del Rebellín’, por ‘Africana
de Contratas y Construcciones’ (ACC), que aún no ha decidido
el destino que dará al único edificio de uso comercial de
todo el complejo y que la propia Ciudad proyectó adquirir
hace cinco años para instalar allí el Mercado Central.
Vivas aseguró no tener “ni idea” de la transacción que
afecta al céntrico y emblemático complejo cultural “porque
el edificio se ha vendido por parte de un particular y no
conocemos -dijo- a qué se va a destinar, quién lo ha vendido
o quién lo ha comprado; no tenemos ni idea de eso”.
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