Días pasados, en el salón de actos
del IES “Siete Colinas”, como ocurriría en otros lugares y
otros centros, hemos vivido el final del curso 2011-2012,
donde los que han sido alumnos de segundo de Bachillerato
recibían las bandas, que cada vez se van haciendo más
típicas.
Ni que decir tiene que se trata de una fiesta que atrae a
padres e incluso a abuelos de los chavales que ya terminan
su Bachillerato, pero, tras la fiesta, y teniendo en cuenta
que a esto sucederán las pruebas de la Selectividad, la
pregunta que conviene hacerse es la de ¿Y ahora qué?.
Pues ahora nada especial, porque hay una parte muy numerosa
que con su título en el bolsillo lo que empieza a hacer es
lo que otros han venido haciendo ya:”buscar trabajo”, que no
es lo que más abunda, precisamente, en estos días.
Los otros, su parte correspondiente, se dedicarán a seguir
estudiando y, la mayor parte de ellos, unos años más tarde,
aunque con unos conocimientos superiores, en teoría, también
pueden engrosar las filas de los que no tienen donde ejercer
sus profesiones.
Es, pues, a donde también nos lleva el fin de curso, a la
situación en la que se encontraban otros que habían
terminado antes.
¿Es que no basta con unos conocimientos suficientes para
poder trabajar?. De momento, no, y digo, de momento, porque
la situación económica y el mundo del trabajo han llegado a
tal situación que antes que muchos de los que se supone que
están bien preparados, se suelen hacer un hueco en el mundo
“laboral” los que mejor padrinazgo han acumulado,
especialmente si el “tito padrino” es un político con algún
tipo de peso.
Volvemos a lo mismo, al papel de los políticos y eso que
tratábamos de hablar de los conocimientos que habían
adquirido los chavales, estudiando.
Llegados a este caso, para los más indocumentados, hacerse
con una buena amistad política te lleva a lograr casi todo,
y eso que los políticos, salvando raras, aunque honrosas
excepciones, no han sobresalido nunca por su formación
intelectual, ni por sus expedientes brillantes en el mundo
de los estudios.
Y no hace falta ser un lince para llegar a esta conclusión.
Si echamos la vista por encima de los parlamentarios a nivel
nacional, en el Congreso de los Diputados, se pueden contar
con los dedos de las dos manos las señorías que tienen una
base sólida, en sus correspondientes materias. Yo me
atrevería a decir que para llegar a algunos de estos escaños
les ha bastado con tener un poco de “tirón” en cuatro
pueblos grandes, en alguna barriada de una gran ciudad o
entre un gremio profesional, para ser aupado y una vez
dentro ya se las apañarán ellos, como sea, para no perder su
banquito.
Y he dicho a nivel nacional, por no hablar de los niveles
locales, donde cada día más vienen demostrando que ya es
mucho con saber por donde se entra a la santa casa madre. Lo
demás viene por sí solo.
Y por eso, ahora que ha terminado el curso, puede que alguno
de nuestros estudiantes, de los que ya no volverán al
instituto, encuentren su puesto de trabajo, con una
candidatura electoral. Particularmente, pienso que, algún
conocimiento tendrían para ello, incluso superior a otros
que ya están y estuvieron dentro.
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