La Ciudad Autónoma estudia en estos momentos plantear a la
Unión Europea la necesidad de recibir una partida económica
específica para dedicarla a los Menores Extranjeros No
Acompañados (MENA) que atiende en la actualidad. Tanto la
vicepresidenta primera de la Asamblea y responsable del área
de Menores desde hace aproximadamente un mes, Adela Nieto,
como la jefa del área, Antonia Palomo, manifestaron ayer su
intención de inciar esta nueva búsqueda de capital más allá
de las fronteras nacionales ya que, si bien se trabaja de
forma “muy profesional”, hace falta “mucha más inversión”
para darles la cobertura necesaria.
Los responsables del área de Menores de la Ciudad Autónoma
esperan pacientemente que el Gobierno central agilice los
trámites para la concesión de la partida de un millón
cuatrocientos mil euros comprometidos para la atención a
Menores Extranjeros No Acompañados (MENA). La anterior
responsable del ejecutivo local en este área, Susana Román,
obtuvo el compromiso de esta inversión por parte del Estado
el pasado mes de febrero, pero los meses pasan y todavía no
hay novedades al respecto. Así, mientras llega la inyección
económica, la nueva gestora de Menores desde hace alrededor
de un mes, Adela Nieto, trabaja con los técnicos del área en
el desarrollo de un estudio de estrategia que permita
formular ya no al Estado, sino a las autoridades pertinentes
en la Unión Europea, el apoyo económico para un área que en
los últimos ocho años ha tenido que hacerse cargo de 6.000
Menores extranjeros no acompañados.
“Esto es un problema de la frontera sur de Europa”,
racionaba ayer sobre esta idea la jefa del Área de Menores,
Antonia Palomo, recordando que, pese a que los MENA son la
parcela “más mediática” de todas dentro del área, en ella se
atienden muchísimas más demandas que van desde la protección
hasta la reforma y por otro lado la adopción.
“Se hace un trabajo muy profesional”, afirmó Adela Nieto
sobre su nueva competencia, con la que se ha podido
familiarizar tras visitar personalmente los centros y
conocer a los trabajadores.
Al Albergue, en 2013
Adela Nieto mantuvo hace unas semanas su primer encuentro
con los representantes vecinales de las zonas que rodean al
albergue de Hadú como responsable del área de Menores, una
asamblea que consideró “positiva” y que tiene previsto
volver a mantener el próximo lunes.
“Llegamos a un acuerdo con ellos para decirles que sería
necesario un periodo de al menos cinco años para buscar un
nuevo espacio para ubicar los MENA, construirlo y equiparlo,
siempre teniendo en cuenta que los tiempos son relativos y
estimamos ese como el tiempo adecuado. Ellos estuvieron de
acuerdo”, manifiesta Nieto, que pone sobre la mesa el primer
trimestre de 2013 como el momento en el que se espera poder
llevar a cabo el traslado definitivo de los MENA al centro
de San José. Si las previsiones no cambian, se enviaría allí
una media de 150 menores.
“Ahora tenemos 140 menores no acompañados. Es una cifra
oscilante, pero no creemos que se vaya a reducir”, afirma
Nieto, consciente del flujo de entrada de estos niños, en su
mayoría marroquíes, a través de la frontera.
MENA no conflictivos
Adela Nieto rompe una lanza en defensa de la imagen de estos
niños, un colectivo en general estigmatizado pero al que la
Ciudad Autónoma le debe, como Derecho Fundamental, una
máxima de “protección”. Tal y como explica Nieto, según la
memoria del Área de Menores de 2011, la delincuencia juvenil
de los MENA se sitúa en un 11,04%, un dato que demuestra que
“no son conflictivos”. La jefa del área de Menores, Antonia
Palomo, corrobora esta idea con los datos de la memoria en
los que se da cuenta que estos delitos “son en general
faltas, como peleas entre ellos o el robo de una camiseta de
9 euros”. Así las cosas, durante todo el 2011 no hubo ningún
MENA que tuviera que pasar por el centro de reforma,
explican.
Esto no quita para saber que, como sucede con el total la
población “hay muchos tipos de MENA. “Unos acogidos y otros
que está en la calle. Hay algunos con los que nos cuesta
mucho que se incorporen al sistema, que es lo que a veces
crea alarmismo social”, explica Palomo, intentando evitar
este sentimiento de desconfianza entre la ciudadanía.
La jefa del área habla de la paciencia y dedicación con la
que su equipo trabaja para integrar a este tipo de MENA que
pueden presentan algunas dificultades más, pero que en
definitiva ni representan al total de los acogidos, ni están
exentos de que la ciudad les preste, tal y como dice la
legislación nacional e internacional, así como los propios
Derechos Fundamentales protegidos por la Constitución
precisamente eso, “protección”.
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