Hay una canción, famosa por
cierto, que dice “veinte años no son nada…”. Y debe ser
verdad lo de la canción, porque veinte años después de haber
estado en el Gobierno, Rubalcaba, ha dado con la tecla para
salir de la crisis que estamos atravesando, presentando una
moción en todos los ayuntamiento de España para que la
iglesia pague el Impuesto de Bienes Inmuebles de todas las
propiedades que posea no destinadas al culto.
O sea que en veinte años, estando formando parte del
Gobierno, no ha tenido tiempo de llevar a cabo semejante
asunto. Es cierto lo de la canción “veinte años no so nada”.
Lo que si es tiempo, más que suficiente, es llevar cinco
meses en el Gobierno, para tomar esa decisión que, sin duda
alguna, nos llevará a salir de la crisis.¡¡Eureka!!.
Mire usted, por donde estoy de acuerdo con Rubalcaba, la
iglesia debe pagar el Impuesto de Bienes Inmuebles. Lo mismo
que deben hacer las sedes de los partidos políticos, la de
los sindicatos, los edificios oficiales, las Federaciones
Deportivas, la señora duquesa de Alba con el palacio de
Liria y los hoteles Palace y Ritz.
Casi todos ellos además, con el agravante que reciben
subvenciones del Estado, sin que tengan necesidad de pagar
el Impuesto de Bienes Inmuebles, como pagamos el resto de
los mortales, incluidas las pensiones no contributiva a la
que no les queda ni para comer cinco días del mes.
Por eso estoy de acuerdo en que la iglesia pague ese
impuesto. Más trabajo me cuesta el tener que apoyar que
paguen ese impuesto los hoteles Palace y Ritz. Lugares donde
los más necesitados pueden tomarse un café o comer por nada
y menos, cada día, con los menús que ofrecen dichos
establecimientos hoteleros para los más necesitados. A ver
qué necesitado, no tiene setenta euros de nada para
desayunar
Y ni te cuento, serrana del alma, hacerle pagar el
mencionado impuesto a la señora duquesa de Alba por el
palacio de Liria. De dónde va sacar la señora duquesa de
Alba el dinero necesario para pagar ese impuesto, con la
crisis que estamos atravesando y los gastos de la boda.
Esa propuesta de que la Iglesia pague el mencionado impuesto
con la que estoy de acuerdo, el señor Rubalcaba sabe que no
va a prosperar, porque obligaría a modifica la ley de
Haciendas Locales y la Ley de Mecenazgo y Fundaciones.
La propia interpretación de la normas llevaría a conflictos
legales, pues no es fácil distinguir entre lugares de culto,
edificios de interés cultural o centros destinados a labor
social.
Sería mucho más fácil, copiar de los socialistas franceses y
presentar una moción en el que se rebajaran el 30% de sus
salarios los políticos y al mismo tiempo presentar otra, por
la que se acaben las subvenciones a partidos políticos,
sindicatos y empresarios. Oiga, no cabe duda alguna que se
recaudarían muchos cientos de millones de euros que, eso sí,
nos ayudarían a salir de la crisis que estamos padeciendo.
Claro que en esto de presentar una moción para que los
políticos se rebajen, como ha hecho los franceses dando
ejemplo, el 30% de sus salarios, no me cabe duda alguna, que
la sabia de mí abuela diría” mucho te quiero perrito, pero
de pan poquito”.
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