Es lo que viene sufriendo Ceuta,
en donde menos se espera, y especialmente en el equipamiento
de mantenimiento de la Ciudad.
Práctica, parece que habitual, viene siendo el robo de eq
uipamiento urbano, especialmente, metálico, o parte de él.
Aquí parece que no hacen ascos a nada y lo mismo tiran de
las tapas de las alcantarillas, que de las tapas de farolas
y todo cuanto está a su alcance.
No faltan quienes, para que sea más rentable a esos que se
apropian de lo ajeno, tira incluso de los farolillos. La
idea, una vez analizados los cientos de desperfectos, está
en adquirir material que lleve hierro, que lleve acero
inoxidable o que lleve aluminio.
Esto es lo que, según parece, más vale en estos momentos y,
también, parece que es lo que mejor se vende luego.
Llegados a esta situación, uno no sabe por donde se puede ir
poniendo freno a todos estos hurtos, entre los que tampoco
faltan los bolardos o parte de las barandillas que son otras
de las piezas muy valoradas para los “rateros”.
Y para que nadie se enfade, este tipo de hurtos, cada vez
más frecuentes, se dan en todas y cada una de las partes de
la ciudad.
No hay barriada preferida, así como tampoco hay lugar alguno
que sea intocable, ahora y desde hace ya muchos meses.
Los medios de comunicación de Ceuta, el nuestro
especialmente, desde hace más de un año, ha venido
comentando y denunciando que en la ciudad, en toda ella, se
venían produciendo robos de este tipo, sin que hubiera
ninguna fuerza que, en principio, saliera al paso de estos
“rateros”, para impedirles seguir con sus actuaciones.
Ahora ya, la situación se ha hecho más preocupante, con lo
que muchos vecinos se muestran indignados por estas
continuas sustracciones, que no logran que se paralicen.
Y, como no podía ser de otra forma, el destino de la
práctica totalidad de los objetos robados aquí en Ceuta,
especialmente los robos de estos equipamientos urbanos de
aluminio, de hierro y de acero inoxidable, tienen un destino
conocido y muy claro y cercano: Marruecos.
Por lo general, este tipo de materiales se introducen en
Marruecos en vespas o en otro tipo de vehículos con los que
pasan con cierta facilidad la frontera del Tarajal.
Y como, poco a poco, va aumentando este pillaje, hay
empresas de construcción que ya, hartos de tantos problemas,
han empezado a manifestar su descontento, por la falta de
“seguridad” en esto, ya que son frecuentes los robos de
vallas de las obras y todo lo que puede valer algo cuando lo
lleven a sus destinos.
Una empresa que se ve afectada, posiblemente más que otras,
por estas sustracciones, es la Empresa de Alumbrado, porque
se ven privados de las tapas de aluminio de todos aquellos
contadores que están “a la vista”.
En el mismo centro de la Ciudad, se han robado esos pequeños
farolillos que hay en las columnas de las pérgolas de la
Marina.
Queda clara una cosa, todo lo que tiene un mercado fácil
puede “volar” desde aquí y los encargados del orden parece
que no se acaban de enterar de que esto viene sucediendo a
diario, como a diario está pasando por la frontera, todo eso
robado para venderlo o cambiarlo en el país vecino. En otra
de las cosas que Ceuta se distingue, tengo ganas de poder
decir algún día que se empieza a distinguir por muchas cosas
positivas.
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