El ábaco, uno de los instrumentos más antiguos para realizar
cálculos, utilizado en diferentes culturas, es la
herramienta clave de una de las clases que este año ha
experimentado por primera vez en la Academia Kids College de
Ceuta su fundador, Raju Shivasdani. El empresario y docente
ceutí, está a punto de dar por concluido el primer año en el
que trabaja mano a mano con la empresa internacional ‘Abacusmaster’,
una compañía oriental que desarrolla un método de enseñanza
del ábaco japonés, y cuyo desarrollo le ha llevado a 26
países de todo el mundo. Interesado por el desarrollo y las
aplicaciones de este método, que conoció a través de un
familiar, Shivasdani hizo un cursillo de formación hace
ahora un año en Gran Bretaña para familiarizarse con el
programa. Y aunque ahora mismo solamente se imparte en
inglés, el ceutí apostó por intentarlo, dado que Kids
College trabaja fundamentalmente con niños que aprenden
inglés desde las edades más tempranas.
“Es una adaptación de un método antiguo combinado con las
nuevas tecnologías- explica Shivasdani en las dependencias
de la academia que dirige, unos minutos antes de la clase-
parte de mi formación la hice desde aquí a través de
Internet, usando facilidades como Skype”, cuenta.
Pero, ¿cómo funciona exactamente abacusmaster? La base es
muy sencilla, simplemente se enseña al niño a hacer cálculos
sencillos utilizando el ábaco, que trabaja los conceptos de
negativo y positivo. Según avanza Shivasdani, para
entenderlo solo hay que conocer unas pocas ‘reglas básicas”,
el resto “es cuestión de práctica”. Observando una sesión
con alumnos de primaria, es revelador ver que los niños se
toman las matemáticas como un juego, y compiten entre ellos
por tener cuanto antes las soluciones. Esto es a la vez una
ventaja y un pequeño inconveniente, tal y como explica el
director de la academia. Por un lado, fomenta la
concentración y agilidad mental de los niños, pero por otro,
si alguien no practica lo suficiente, o tiene alguna
necesidad especial, puede quedarse atrás en la clase, lo que
le resulta muy duro”.
“Este primer curso nos ha servido para detectar déficits de
atención en algún alumno”, explica el maestro, que todavía
no tiene demasiado claro “hasta dónde se puede llegar con
esto”. Según afirma, algunos de sus propios alumnos le han
superado ya en agilidad a la hora de utilizar el ábaco y
este hecho no deja de sorprenderle. “El método dice que la
meta solo se puede comprobar con cada niño”. Los padres de
alumnos del curso, unos 50 en total este año, han comentado
personalmente con la academia la mejora en la concentración
de sus hijos, aunque todavía no hay ningún estudio relevante
a nivel científico que certifique la relación de cursar esta
enseñanza y el rendimiento escolar, sea en matemáticas o en
otro área.
Aún así, tomando como ejemplo a una de las alumnas del curso
al azar, su tutora en un centro de la ciudad autonoma
explicaba que la niña, “buena alumna en general”, ha
evolucionado “mucho” este año, especialmente en caligrafía,
algo en lo que no despuntaba. “Como tiene que escribir las
respuestas del ábaco en casillas ahora es mucho más ordenada
con su letra”, explica. “Ella misma ha traído el ábaco a
clase y se lo ha explicado a sus compañeros en inglés”. Y es
que ahí radica otra de las curiosas ventajas de ‘abacusmaster’,
que al ser un concepto poco conocido en España, proporciona
a los alumnos del curso la oportunidad de ser ellos quienes
se lo enseñen a otros, como sus padres, algo para lo que no
tienen oportunidad habitualmente los pequeños.
Raju Shivasdani, gestor del curso y a partir de ahora,
representante de la entidad a nivel nacional, ha recibido ya
interés de centros de otras comunidades para familiarizarse
con las clases de ábaco. De momento, el maestro compagina
las clases con la práctica en casa, solo o con su hija, con
la que encontró la motivación para emprender esta nueva
opción formativa en la ciudad.
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