La Agencia Europea de Fronteras (Frontex) alerta en su
‘Informe anual de Riesgo 2012’, fechado el pasado mes de
abril, de la “creciente” presión de la inmigración
clandestina que soportó en 2011 la zona del Mediterráneo
Occidental, que incluye las fronteras terrestres de Ceuta y
Melilla y el litoral andaluz. Según refleja este documento,
las dos ciudades autónomas y las costas andaluzas concentran
de hecho el 6% de la inmigración irregular de toda la Unión
Europea. En el informe se subrayan los últimos métodos
empleados, tanto las pequeñas embarcaciones “hinchables”
como las llegadas a nado en el caso concreto de Ceuta.
La Agencia Europea de Fronteras (Frontex) alerta en su
‘Informe anual de Riesgo 2012’, de la “creciente” presión de
la inmigración clandestina que soportaron en 2011 las
fronteras terrestres de España con Marruecos. Según refleja
este documento, Ceuta, Melilla y las costas andaluzas
concentran de hecho el 6% de la inmigración irregular de
toda la Unión Europea.
El informe de este organismo europeo (Annual Risk Analysis
en su título original en inglés) consta de 60 páginas, está
fechado el pasado mes de abril y recoge datos concretos y
analiza los nuevos métodos de la inmigración clandestina en
las dos ciudades autónomas. Entre ellos, y bajo un epígrafe
titulado ‘La ruta del Mediterráneo Occidental (el mar, Ceuta
y Melilla’), Frontex destaca el dato de que esta presión
“creciente” dio lugar a 8.500 “detecciones” en esta zona,
que incluye el litoral andaluz a lo largo del año 2011, lo
que representa, apunta el 6% del total de la Unión Europea.
De esta inmigración ilegal, una gran mayoría corresponde,
señala también el documento, a inmigrantes procedientes del
Norte de África y de países subsaharianos. Los contingentes
más numerosos son los que representan los migrantes de
“nacionalidad desconocida”, seguidos de otros “locales”, en
referencia a la región africana, que proceden de Argelia y
Marruecos. Asimismo se detecta un incremento de la llegada
de inmigrantes que afirmaban proceder de Costa de Marfil,
Guinea, Nigeria y Congo.
Respecto a la metodología empleada por los inmigrantes
también recoge el informe de Frontex el hecho de que han
empleado pequeñas embarcaciones “hinchables”, a menudo sin
motor, con las que intentan “alcanzar España a través el
Estrecho de Gibraltar”.También especifica que estos
“pequeños e inestables” botes llevan por lo general a dos o
tres personas en el caso de los inmigrantes marroquíes,
mientras que cuando se trata de subsaharianos han sido
detectados casos en los que transportaban a más de 10.
“En el caso de Ceuta, por sus características geográficas,
los inmigrantes entran incluso a nado”, especifica el
informe, que se hace eco de esta particular casuítica que se
dio el pasado año a través del espigón fronterizo del
Tarajal. la última gran avalancha de inmigrantes que
lograron alcanzar Ceuta a nado por la frontera se produjo el
22 de diciembre, cuando consiguieron su propósito 57 de los
cerca de 80 subsaharianos que se calcula se lanzaron al agua
desde la costa marroquí.
Datos de 2011
El informe se refiere sobre todo a datos de 2011, cuando las
entradas se incrementaron de forma espectacular respecto a
años anteriores. Tal como publicó este diario el pasado 22
de enero de fuentes oficiales, en 2009 llegaron a Ceuta 339
inmigrantes clandestinos, mientras que en el año 2010 fueron
561 y en 2011 cruzaron la frontera 1.402. En los primeros
meses de 2012 sin embargo, el mayor control de las fronteras
por parte de Marruecos, ha frenado las avalanchas de
inmigrantes, al menos hasta este mes. A fecha del pasado día
18 han sido 108 los extranjeros acogidos en el Centro de
Estancia Temporal (CETI), en un ‘goteo’ en el que sólo
pequeños grupos e individuos aislados son detectados en
Ceuta o rescatados en el mar ya en aguas ceutíes.
Frontex reconoce que los esfuerzos realizados por España
desde 2008 han dado sus frutos pero advierte también de que
los acuerdos de colaboración y repatriación con los países
subsaharianos son fundamentales porque de no darse estos,
las oleadas de inmigrantes pueden “reanudarse rápidamente a
pesar del aumento de la vigilancia”.
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