El puerto deportivo de Ceuta casi ha multiplicado su
capacidad en los últimos seis años, los que lleva al cargo
de su gestión Mahersa. Pero la crisis no ha impedido que los
440 puntos de amarre con los que cuenta estén ocupados y
además haya lista de espera para alquilar los atraques cuyos
precios oscilan entre los 300 y los 1.500 euros para barcos
que van desde los 4,30 metros de eslora a los doce. Ante la
situación, desde Mahersa se plantean acometer una
ampliación, pero antes tiene que dar su visto bueno la
Autoridad Portuaria y la Ciudad, de la que critican no haber
recibido “ninguna apoyo” durante este tiempo.
El mercado de los atraques en España es caro y escaso. En la
mayoría de puertos existen dos modalidades para hacerse con
un punto de amarre: pagar una concesión por varios años o
alquilar una plaza que se paga de forma mensual. En la
ciudad, sólo existe esta segunda. Las 440 plazas del puerto
base de Marina Hércules se alquilan por meses y además
existen 43 puntos de amarre para ‘transeúntes’ o lo que es
lo mismo, barcos que están de paso y quieren atracar sólo
unos días. Los precios, según comenta su responsable,
Aurelio Puya, son de los más baratos del país e incluso de
su entorno, ya que tal y como apunta, Marruecos no es
competencia. “Nuestros precios están por debajo de los de
Marina Smir”, apunta.
No obstante, el ceutí es un puerto medio que aspira a
crecer. Su capacidad casi se ha multiplicado por dos durante
los últimos seis años, en los que el número de atraques ha
pasado de 285 a 440. El objetivo de Mahersa, la responsable
de Marina Hércules, es que este número siga creciendo hasta
alcanzar los 1.000 atraques. Para ello se necesitaría una
ampliación del puerto deportivo, una decisión que Puya
reconoce que está en manos de la Autoridad Portuaria y la
Administración de Ceuta. De llegar a un acuerdo, habría que
ver si la inversión partiría de las arcas públicas o si por
el contrario llegaría de la financiación privada.
Lista de espera
“Lo que está claro -constata el responsable de Marina
Hércules- es que el puerto tiene todas sus plazas ocupadas,
las que se ven vacías son las reservadas a traseúntes e
incluso tenemos una lista de espera de aproximadamente 25
barcos”. “Pero Ceuta no está pidiendo una ampliación
pequeña, sino un atraque de 1.000 barcos que podría estar
lleno en cuatro o cinco años”, pronostica Puya.
Sobre si la crisis ha hecho mella en el mundo de la náutica,
Puya explica que una de las consecuencias es que aumenta el
número de impagados, “cosa que es normal”. Aún así, señala
que Marina Hércules sigue con unos precios de atraques
rebajados a instancia de la Autoridad Portuaria, que los
fija y con los que asegura están sufriendo pérdidas. “Cuanto
antes, la Autoridad tiene que restablecer la situación
porque nosotros hemos pedido una compensación por lo que
estamos dejando de ingresar”, señala.
Barcos desde 4,30 metros de eslora y hasta los 24 metros,
con un calado máximo de 4,5 metros. Todos tienen cabida en
este puerto que pretende llegar a tener capacidad para
albergar buques que superen los 30 metros de longitud.
Un edificio fantasma
Desde el Gobierno se ha hecho hincapié en la necesidad de
poner en valor el puesto deportivo para atraer a amantes de
la cultura náutica, donde se mueve mucho dinero. Sin
embargo, para Puya esta es una apuesta hecha “con la boca
chica”. “Nosotros no hemos recibido ninguna ayuda, en una
ciudad como Ceuta donde todo funciona con subvención”,
lamenta el responsable de Marina Hércules que recuerda como
incluso la Ciudad no le ha otorgado la licencia para
construir el edificio de 2.700 metros cuadrados cuyo
proyecto se exigía para obtener la concesión. “Hasta la
fecha nos han rechazado todos los permisos”, critica Puya.
Y es que, para el responsable de las instalaciones, lo que
necesita el puerto es “un empujón” por parte de la
Administración para fomentar su crecimiento y su expansión,
así como para atraer a los barcos de la península.
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