El robo de equipamiento urbano metálico o parte de él
continúa siendo una práctica habitual. Desde alcantarillas y
husillos, pasando por tapas de farolas o ‘farolillos’, los
cacos roban todo tipo de material que lleve hierro, acero
inoxidable o aluminio. Los bolardos o las barandillas
también son objetos ‘preciados’ para los ladrones, que
actúan en todas las partes de la ciudad.
El robo de equipamiento urbano metálico o de parte de él
continúa siendo una práctica habitual en la ciudad. Empresas
de construcción manifiestan su malestar por el constante
robo de vallas de obra. Mientras, el saneamiento se ve
afectado por los constantes hurtos de husillos, rejillas y
tapas de alcantarilla, que pueden provocar “alguna caída
inesperada”, tal y como han manifestado los vecinos en
alguna ocasión.
Los bolardos que se encuentran en diferentes calles de la
ciudad también han tenido que ser repuestos en varias
ocasiones, ya sea por golpes con vehículos para arrancarlos
y llevárselos. Todo este equipamiento es de hierro, pero en
estos últimos meses el acero inoxidable y el aluminio se han
vuelto ‘indispensables’ en la lista de robos de los cacos.
Así, la Empresa de Alumbrado también se ve afectada por esta
situación, ya que, según informan fuentes cercanas, se roban
incluso las tapas de aluminio de los contadores que están “a
la vista”.
En el paseo de la Marina Española se ven claros ejemplos de
este tipo de hurtos puesto que la mayoría de las farolas se
encuentran sin la tapa correspondiente de seguridad, algo
que “es fácil de arrancar”. “Se dejan todos los cables al
descubierto”, explican algunos residentes.
En pleno centro de Ceuta también se han robado los pequeños
‘farolillos’ que están en las columnas de las pérgolas de la
Marina. Pero estas prácticas no solo se registran en pleno
centro de la ciudad, sino también en barriadas y en otra
importante avenida, Juan de Borbón Conde de Barcelona, donde
vecinos explican que “todo el mundo sabe quiénes son, aquí
no hay chatarrerías, mientras no haya ‘palo el burro no
aprende’”. Además, se preguntan: “si nos están robando miles
de millones, ¿cómo no nos van a robar las tapas de
alcantarilla?”.
En las obras de ampliación del puerto se han realizado
pequeños puntos de soldadura para evitar que las
alcantarillas y husillos se arranquen con las manos.
Este diario ya informó el pasado 2 de febrero de 2011 de que
el ‘modus operandi’ para robar este tipo de material era
ponerse con un vehículo encima y simular una avería. En las
obras, además, no sólo desaparecen vallas, sino que se
sustrae cualquier material. En definitiva, un elevado coste
que “pagan todos los ciudadanos”.
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