Según informaciones recogidas de
distintos medios escritos, la primera jornada de huelga
conjunta de todos los niveles educativos, convocada hace
unos días, no sólo no cumplió los objetivos que se habían
fijado los convocantes sino, y esto es lo lamentable –que,
además, estuvo marcada por un episodio de violencia grave,
protagonizado por un grupo de “estudiantes” en Palma de
Mallorca. Sobre la una de la tarde, una treintena de ellos
asaltó el despacho del Consejero de Educación, Cultura y
Universidades, encontrándose en esos momentos, el
responsable fuera de las dependencias oficiales, atendiendo
sus obligaciones en el Parlamento balear.
Con respecto a este hecho, la Policía calcula que unos 60
jóvenes lograron acceder a la fuerza a la Consejería y, una
treintena de ellos ocuparon durante casi una hora las
dependencias del gabinete de su máximo responsable.
Durante todo el tiempo se vivieron escenas de enorme
tensión, hasta el punto de que la Jefe del Gabinete recibió
golpes y empujones -imágenes nítidas ofrecidas por las
distintas televisiones-. La Policía logró desalojarlos,
procediendo a sus identificaciones y no a sus detenciones.
Lamentablemente, hecho no incluido en el guión, aunque antes
la intervención de la Policía, los “asaltantes” ya habían
dejado claro sus objetivos, asegurando que no se irían de la
Consejería si el Gobierno balear no rectificaba los
recortes.
Es “vox populi” las causas que motivan la huelga general en
la enseñanza. Los Sindicatos y la Izquierda política,
quisieron demostrar con la huelga de la enseñanza, la
intensidad de la protesta ciudadana contra los recortes
–ajustes dice el Gobierno del PP-
Y confiaban en que su campaña, que centraba el paro como una
defensa ante el mayor ataque a la educación pública en la
democracia, surtiera efectos cerrando colegios, institutos y
universidades.
La valoración que se hace, en principio, no es nada
positiva. La huelga general apenas se notó en la enseñanza
Primaria; fue algo más seguida en Secundaria, mientras que
fue imposible medirla en el mundo universitario porque
muchos centros ya han finalizado las clases.
Conviene tener en cuenta lo que ocurrió en la huelga general
de Marzo: las manifestaciones de la tarde estuvieron algo
más concurridas. Y distintos medios informativos, piensan
que, a pesar de la dureza del ajuste-recorte, los ciudadanos
no se dejan arrastrar por consignas, y entienden que, hoy
por hoy, ese es el único camino para salir de la crisis,
aunque sería más aconsejable que el Sr. Ministro y sus
asesores, pensaran que Educación y Sanidad, en estos
momentos, como en otros, tendrían que ser intocables.
Bueno será tener en cuenta las manifestaciones del Sr.
Ministro, que se comprometió, después de la jornada de
huelga, a mantener una actitud de diálogo abierto y franco
con toda la Comunidad Educativa, sobre la reforma de la
enseñanza. Agradeció a la inmensa mayoría de los docentes,
“su sentido de la responsabilidad y sus obligaciones para
con los estudiantes” sobre todo con este final de curso, lo
que no significaba que quienes sí han hecho huelga sean unos
irresponsables, “porque la huelga es un derecho
constitucional y tiene todo mi respeto”.
La huelga no paralizó la enseñanza, “desde Infantil hasta la
Universidad”, como pretendían los Sindicatos que la
convocaron. El Ministerio cifró el seguimiento en un 22,7%.
Los Sindicatos convocantes elevaban la media de
participación de la huelga al 80%, en el caso de la
Universidades públicas, el 90%. (¿?).
Personas vinculadas al Ministerio piensan que la huelga no
tiene ningún sentido, ya que la enseñanza iba mal antes y
los Sindicatos no dijeron nada. Pero tiene valoraciones muy
positivas, ya que muestran su “agradecimiento a los
profesores porque entienden que la huelga ha fracasado”. Los
alumnos de Primaria y 1º Ciclo de la ESO han seguido con
normalidad sus clases (¿?). Claro que cada cual está en su
derecho de manifestar las discrepancias, pero lo que no es
razonable, ante la necesidad impuesta de ajustes
presupuestarios, es manifestar y falsear datos, como han
actuado los Sindicatos (Para hacer un acercamiento muy
aproximado a la realidad, comentan los entendidos que habrá
que hallar la media aritmética, que en este caso será de un
50%).
Pero, ¿qué vendrá detrás de todo lo ocurrido? ¿Habrá otra
política educativa tras la jornada de huelga vivida? La
respuesta del Ministerio es la siguiente: “Contra los
ajustes impuestos por el presupuesto no se puede hacer nada.
Nosotros hemos salvado las partidas esenciales, como las
becas. Las Comunidades Autónomas son ahora las que tienen
competencias para ajustar sus recursos. Ahí hay campo de
maniobra”.
Por otra parte, llama la atención del Ministerio –siguen con
la misma canción- que la enseñanza fuera tan mal en los
gobiernos anteriores como ponen de manifiesto indicadores
internacionales y los Sindicatos no dijeron nada. Y ahora,
se lanzan a la calle. Y se muestran optimistas pese a todo
lo que está cayendo: “A pesar de los recortes, tenemos
margen para reformar y mejorar la educación”.
La huelga afectó a todas las Comunidades autónomas, excepto
al País Vasco, Baleares y la Rioja, en las que los
Sindicatos optaron por no convocar huelga en el sector,
aunque si movilizaciones de protesta.
Para los representantes de los Sindicatos convocantes de la
protesta, la jornada de ayer fue un éxito “rotundo” por lo
que reclaman al Ministerio “negociación, diálogo y acuerdos
frente a los recortes”. Y, concretamente, en Madrid, la
tarde de ese día, hubo una manifestación en el centro de la
Ciudad en la que a la cabeza se situaron dirigentes del PSOE
y de IU.
Tocar el tema de la huelga en Educación es un tema muy
delicado. Bien cierto que antes de llegar a esa situación se
han agotado todas las vías de diálogo. Pero, según mi
experiencia como docente, habría que pensar en los problemas
que lleva consigo. Uno de los más importantes es dejar sin
clase a los alumnos, en particular a los más pequeños. No me
prodigué mucho en este tipo de protesta, pero la vivida en
mi etapa en el curso 93-94 me sirvió de dura experiencia.
Quiero recordar que fue durante un tiempo de dieciocho días,
de forma intermitente, nuestros alumnos, dejaron de existir
a clase. ¡Claro que, después nos obligaron a recuperar esos
días, y, por supuesto, las consiguientes deducciones!
|