Decido darme un garbeo por la
calle Jáudenes. Calle que cuenta con los mejores
establecimientos para copear. Establecimientos cuyos
propietarios tratan por todos los medios de ganarse la
confianza de los clientes. Como debe ser. A mí me encanta
frecuentarlos todos y charlar con cuantas personas me voy
encontrando en ese recorrido.
Las personas con las que me he ido encontrando hoy, sábado,
quieren saber si es cierto lo publicado en este periódico,
días atrás, sobre los millones que Viajes Trujillo facturó a
la Asociación Deportiva Ceuta cuando era presidente
Felipe Escane. Y les digo que sí.
Las personas con las que me he ido encontrando hoy, sábado,
en mi recorrido por los establecimientos de la calle
Jáudenes, quieren saber si es verdad que la FFC lleva ya
casi más de dos décadas con los libros de contabilidad en
total desuso. Convertidos en mamotretos cubiertos por
telarañas. Y les digo que sí.
Las personas con las que me ido encontrando hoy, sábado, no
han cesado de preguntarme por qué razón el Gobierno local
sigue subvencionando a un organismo que maneja esos dineros
sin rendir cuentas a nadie. Y les he dado las pistas
consiguientes.
Las personas con las que me he ido encontrando hoy, sábado,
me han hecho muchas y variadas preguntas relacionadas con la
FFC. Y a todas ellas les he contestado en la medida que mis
conocimientos acerca del asunto me han permitido.
En realidad, no hace falta ser muy listo para responder a
quienes desean enterarse de por qué las autoridades locales
han estado permitiendo que la FFC se haya convertido en algo
que huele tan mal. Huele a podrido. A sentina. Lo cual está
pidiendo a gritos que un equipo intervenga con capacidad y
voluntad de recuperar la higiene que corresponde a una
federación.
A quienes me han inquirido sobre cómo es posible sanear
semejante organización, les he dicho que no es tarea fácil.
Que se necesita un conjunto de personas decentes a cuyo
frente figure alguien sin ataduras. Alguien que viva por y
para el fútbol y sin que trate de aprovecharlo para el bien
de sus negocios.
La FFC, desde hace ya muchos años, ha estado sometida a las
directrices de unos cargos que han vivido de sus dineros. De
los dineros generados por la federación. Amparados, claro
está, por alcaldes y medios afines al presidente de la cosa.
De no ser así, díganme ustedes cómo es posible que no haya
habido, en treinta años, nada más que dos presidentes. ¿No
les parece que ello es ya motivo de sospecha? Sospechas
sobradas para gritar fuertemente: abran puertas, ventanas y
cajones, señores de la federación, para que sepamos si en
ella ha anidado la presunta corrupción. No creo que sea
mucho pedir. ¿Verdad?
Cierto es, les digo a las personas que me han venido
preguntando por un problema que se va enquistando cada vez
más, que alguien perteneciente al Gobierno local debería ser
el primero en pedirle al presidente, Antonio García Gaona,
que dé los paso consiguientes para que el escándalo que ha
generado la denuncia de lo facturado por Viajes Trujillo al
primer equipo de la ciudad, siendo presidente Escane, no sea
la cerilla que encienda la mecha que puede acabar en un
fuego difícil de sofocar. De no ser así, y ante cualquier
desencuentro, entre partes, habrá traca final.
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