El incidente de la noche del miércoles entre pescadores de
Algeciras, la Guardia Civil y las patrulleras de la Policía
de Gibraltar se ha saldado con la disculpa por parte del
gobierno gibraltareño, que ha alegado que creía que los
pesqueros eran “ceutíes”. El ministro principal, Fabián
Picardo, prohibió que pescadores españoles pudieran entrar
en aguas inglesas, aunque había llegado a un pequeño acuerdo
con los algecireños.
El incidente registrado en la noche del miércoles entre
pescadores de Algeciras, la Guardia Civil y las patrulleras
de la Policía de Gibraltar y la Armada Británica se ha
saldado con una disculpa por parte del gobierno
gibraltareño, en la que alegaba que creían que los pesqueros
eran “ceutíes”, ya que estos no disponen de permiso para
poder faenar en aguas gibraltareñas. El motivo de este
conflicto fue la decisión tomada en las pasadas semanas por
parte del ministro principal de Gibraltar, Fabián Picardo,
que prohibió que pescadores españoles pudieran entrar en
aguas inglesas.
Sin embargo la cofradía más afectada por el conflicto, la
algecireña, que tiene 53 barcos que suelen faenar en las
aguas próximas a Gibraltar, firmó el pasado martes un
“memorandum de entendimiento”, según recoge la Agencia Efe.
En el documento, los pescadores de La Línea se comprometían
a pescar en las aguas en conflicto únicamente con palangre
-una red con anzuelos que no daña el fondo marino-, en tanto
se pone en marcha una comisión de expertos ténicos para
estudiar qué artes son compatibles con la legislación
medioambiental local de Gibraltar de 1991. Por su parte, el
propio ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, explicó
la situación durante una visita que realizó ayer a Calatayud
y advirtió, según recogen diferentes medios de comunicación
nacionales, que el Estado español “no va a aceptar ni
intimidaciones ni humillaciones”.
Los medios de comunicación nacionales han recogido la
noticia y también se hacen eco de estas palabras de
Fernández Díaz, quien lamentó el incidente. Por su parte, el
Gobierno de Gibraltar condenó el suceso que considera
“obviamente” un “desafío cuidadosamente premeditado” a su
“indiscutible soberanía”. Con estas declaraciones el
Ejecutivo gibraltareño da por sentado que el país considera
bajo su dominio unas aguas que España asegura que son de su
dominio porque no se cedieron en virtud del Tratado de
Utrech de 1973.
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