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política - VIERNES, 25 DE MAYO DE 2012


Emilio carreira. f. raso.

emilio carreira / Vicesecretario de Comunicación del PP
 

«El Partido Popular es el instrumento que más estabilidad da a la ciudad con diferencia»

El vicesecretario de Comunicación del PP ceutí afirma que el “gran éxito” del presidente de la formación y de la Ciudad, Juan Vivas, es haber “transformado” la ciudad en diez años y cuando podía endeudarse

CEUTA
T. Cerspo

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Ceuta.- Emilio Carreira, un histórico del partido Popular ceutí, vuelve a la arena política, aunque para él, no de primera fila, que es la de sus compañeros que están en el Gobierno. Y lo hace como responsable de Comunicación de la formación política liderada por Juan Vivas, de quien asegura que su “gran éxito” es haber “transformado” la Ciudad en momentos de “expansión económica”. En su opinión, el partido está unido y no tiene problemas, pero es importante repetir este mensaje,. como se ha hecho en el Congreso regional, porque eso “genera y transmite confianza a la ciudadanía”. En Vivas ve un líder que ni en este momento, “ni desde hace mucho tiempo ni en el futuro, está sometido a cuestión”, pues tiene el respaldo de las urnas.

Pregunta.- ¿Cuál va a ser su día a día de trabajo? ¿Va a tener que ver su cargo en el partido también con la defensa de la acción del Gobierno? La estructura organizativa del PP está muy vinculada al Ejecutivo a través de sus principales cargos...

Respuesta.- Bueno, en la Ejecutiva del PP hay muchas personas, no solamente los vicesecretarios, y la inmensa mayoría no están en el gobierno.

P.- Me refiero a lo que la secretaria general definió como “estructura organizativa”, que forman el presidente, ella misma y las vicesecretarías, cuatro ocupadas por consejeros del Ejecutivo.

R.- ¿Por qué el presidente ha querido que prácticamente todos los vicesecretarios menos yo formen parte del Gobierno? Pues porque permite una coordinación perfecta entre el partido y el gobierno. Y es verdad que Yolanda lo explicó muy bien, que el partido es de sus militantes y es un instrumento político al servicio de todos los ceutíes, pero el Gobierno sí que es de todos, ahí ya no hay siglas, las siglas se quedan en la sede de Ainara. Es lógico por tanto que haya una coordinación perfecta entre partido y gobierno.

P.- ¿Va a tener entonces mucho que ver o va a estar relacionado el papel de ‘portavoz’ del PP con la defensa de la acción del Gobierno?

R.- Los partidos son instrumentos de participación política de los ciudadanos en los asuntos públicos, y de ellos nacen las ideas, las propuestas que luego se someten a la ciudadanía cuando hay elecciones. Pero cuando un partido gana las elecciones se convierte en gobierno, y cuando esto ocurre, tiene la función de defender y apoyar la posición del gobierno. Por lo tanto, desde la Vicesercretaría de Comunicación no va a haber contradicción con la acción del gobierno, no puede haberla. De hecho se discute primero en el partido cuando se hace un programa y después hay comités ejecutivos donde se discuten las cuestiones de actualidad y la posiciónd el partido y, por tanto, del Gobierno.

P.- ¿Se aportará entonces más coordinación?

R.- El Gobierno tiene su propio órgano de expresión, su portavoz, aparte de los responsables de cada área y el propio presidente. El partido tiene una función de soporte básico, de generación de ideas, de propuestas, pero quien las tiene que ejecutar es el gobierno, y esa responsabilidad no me corresponde a mi, ni voy a ser el órgano de expresión del gobierno, sólo del Partido Popular.

P.- Aunque puede ser un apoyo...

R.- Hombre es que el gobierno es verdad que tiene sus órganos de expresión, pero luego enfrente, o al lado, hay otros grupos políticos que con toda la legitimidad cada cierto tiempo, cada vez más, opinan, expresan, critican, avalar casi nunca, las actuaciones del gobierno. Bueno, pues el Partido Popular sigue existiendo, y también tiene el mismo derecho a opinar sobre lo que está ocurriendo e incluso sobre lo que opinan otros partidos de lo que hace el gobierno. Y claro, resulta que parecía como que el Gobierno con su voz propia ya tiene suficiente, no que está sustentado por un partido que también tiene órganos de expresión y que en este caso están coordinados por la secretaria general y la Vicesecretaría de Comunicación.

P.- ¿Podría decirse que se va a oír más esa voz, entonces?

R.- Bueno, no se sí se nos va a oír más, tampoco se trata de aburrir a la gente, todo el día machacando sobre un asunto. Pero yo creo que sí que es muy importante a veces en este escenario de confusión poner una voz distinta desde una perspectiva distinta y por lo tanto intentar clarificar algo más las cosas.

P.- ¿Cómo entiende en general la relación de los medios de comunicación y la política y cómo la ve en el caso concreto de Ceuta?

R.- Pues es verdad que los que nos dedicamos a la política de una u otra manera... Y quiero aquí decir una cosa, que yo no estoy en la política de primer nivel, en ella están mis compañeros que están en el gobierno...; los que nos dedicamos a la política sea en el nivel que sea, tenemos la costumbre de decir que los medios de comunicación sois esenciales, imprescindibles... Y también es verdad que sin los medios los políticos tendríamos muchos problemas para hacer llegar nuestro mensaje a los ciudadanos porque requeriría utilizar los viejos métodos de comunicación. Hoy tiene más influencia un debate televisado entre candidatos que veinte mítines. Entonces, nuestra obligación no sólo es utilizar a los medios para hacer llegar nuestros mensajes, sino también saber apreciarlos y cuidarlos en lo que valen, que es mucho.

P.- ¿Y en Ceuta, es una relación conflictiva, normal, sana...?

R.- Creo que en Ceuta casi todo es sano, porque tenemos la suerte de vivir en una ciudad donde nos podemos rozar habitualmente y nos podemos decir las cosas a la cara todos los días y enfadarnos y después tomarnos un café juntos. Por lo tanto yo creo que la relación de los políticos en general con los medios es bastante buena, porque además ya no se trata de que me relacione con un medio de comunicación, sino con personas a las que conozco y trato habitualmente y eso acaba generando una complicidad y una química que creo que es buena en estos casos.

P.- De vuelta al tema de la oposición, ¿cree que está siendo contestada de forma adecuada desde el Partido Popular...?

R.- A la oposición hay que tenerle respeto porque forma parte del equilibrio político de nuestro sistema. Ahora bien, creo que un gobierno no debe gobernar para la oposición, sino para todos los ciudadanos. Y lo que pienso, y creo que es bueno, es que el gobierno debe cumplir sus compromisos, y que el de Ceuta lo está haciendo. A partir de ahí, si uno cumple sus compromisos, no es que no te deban importar las demás opiniones, pero como mínimo uno debe tener la conciencia tranquila. Porque claro, si uno gana las elecciones con una serie de compromisos, luego los pone en práctica y a la oposición no les gustan o los critican, es normal, pero resulta que la opinión pública, la mayoría en este caso, a través del voto ha apoyado un programa electoral y no otro. Lo que sería raro es que un gobierno con el respaldo que tiene el de Ceuta, democrática y legítimamente adquirido, aquí no se ha comprado la voluntad de nadie, desde luego, nosotros no nos dedicamos a insultar a nadie..., sería raro que al final pusiese en práctica el programa de formaciones que tienen muy poco respaldo electoral. Entonces yo les pido que no se enfaden, que no se enfaden porque el Partido Popular siga con su línea, es lo lógico.

P.- Como persona que lleva muchos años en política, algunos opositores son viejos conocidos, por ejemplo, el otrora líder del PSPC, ahora de Caballas.


R.- Pero yo a Aróstegui le conozco más de mi época, cuando yo estaba en eso que llamamos la primera línea, le conozco más como secretario general de Comisiones Obreras que como dirigente político, no porque no lo fuera de su partido, que sí lo era, pero no tenía presencia en la Asamblea, por lo tanto he tenido pocas oportunidades de debatir con él en este sentido. A Mohamed Alí sin embargo sí lo he tenido más próximo.

P.- Los plenos se han convertido en esta legislatura en largas sesiones, casi interminables, en muchos casos en auténticas diatribas de la oposición, más concretamente de Caballas, ¿cómo se responde a eso?

R.- Creo que el Gobierno tiene que responder con hechos. La política de los años 30, donde se daba mucha importancia a los grandes oradores, y por tanto se producían debates interminables que podían seducir a determinado público, puede que en aquel momento tuvieran sentido porque estaba todavía por definir cuál iba ser el modelo y la posición de España y muchas otras cosas. Pero hoy en día esta política del debate continuo, de las diatribas interminables, de las filípicas... conduce a poco, primero porque tampoco aclaran nada y segundo porque los ciudadanos lo que quieren son respuestas a sus problemas, y lo que se puede debatir en cinco horas, dos personas inteligentes lo resuelven en cinco minutos, luego lo costoso será ponerlo en práctica; pero yo creo que hay mucha gente que quiere chupar mucha cámara.

P.- Respecto al Congreso del que ha salido este nuevo Comité Ejecutivo, llamaba la atención la insistencia en el mensaje de unidad. Alguien puede decir que excusatio non petita..., se ha dicho incluso que no van a conseguir dividirles. ¿Qué es lo que hay detrás de ese mensaje?

R.- Hombre... siempre hay personas con malas intenciones, esas existen siempre [sonríe]..., y que los adversarios políticos del Partido Popular disfrutarían muchísimo y aplaudirían y estarían encantadísimos de que estuviéramos a leña..., hay algunos que incluso sueñan con eso. El problema es eso, que sólo es un sueño y que no tienen ninguna capacidad de conseguirlo. El Partido Popular lleva muchos años ya siendo un partido sólido, estabilizado. Y además, se han producido discrepancias, entre dirigentes, en muchas ocasiones, históricamente dentro de nuestra formación, pero de esas discrepancias ha salido más fuerza. Es que creo además que tampoco las discrepancias son en principio ningún problema.

P.- ¿Es necesario entonces insistir en ese mensaje?

R.- Es que también es verdad que hay un dicho que dice que lo que mucho repite la mente se lo acaba creyendo el corazón, y dílo, dílo, dílo que algo queda. ¿Por qué se insiste tanto en que España es un país solvente y que no necesita rescate? Primero porque es verdad, pero segundo porque hay siempre alguien que anda diciendo tonterías, y bueno, pues a base de tanto repetir puede que alguien se lo crea y cause desasosiego, desazón... Creo que el Partido Popular, y esto que voy a decir puede parecer muy solemne, es el instrumento que más estabilidad da a esta ciudad con diferencia y que está por encima de sí mismo, es decir, es más importante la estabilidad del partido por lo que representa para la ciudad que por lo que representa para sí mismo. Yo no jugaría nunca, desde mi posición política, en la que esté, a desestabilizar por ejemplo a un partido como el socialista, o a intentar recrearme en problemas que haya tenido, que los ha tenido y los sigue teniendo. Ahí tenemos que ser respetuosos porque forma parte también ese partido de la estabilidad que ha de tener el país, porque de vez en cuando tiene responsabilidades de gobierno. Creo que hay que insistir en que el Partido Popular no tiene problemas porque no los tiene y porque además eso genera y transmite confianza a la ciudadanía.

P.- También es cierto que en la época de Gordillo se transmitía el mismo mensaje, cuando había una división larvada entre sus partidarios y los de Vivas. ¿Cree que esas diferencias están salvadas, o se han sustituido por otras o no hay?

R.- Vamos a ver..., en el Partido Popular no somos robots, ni clones, nosotros no somos la descendencia de un ser inicial y todos clonados... Somos personas que compartimos ideas, en líneas generales, pero que luego en otros aspectos de la vida somos absolutamente distintos. Eso es lo normal. No se puede pretender que una organización humana sea uniforme...

P.- ... ni es bueno...

R.- ...ni sería bueno y además es que desde el partido Popular no se pretende. ¿Que ha habido momentos de discrepancias y de división de opiniones respecto a quién tiene que dirigir, cómo y qué políticas hay que considerar prioritarias? Sí, ¿y que esas discusiones en alguna ocasión han salido a la luz pública?, pues también, pero siempre se han resuelto desde la razón y desde una posición en la que el partido ha salido fortalecido. Y este es un momento para el Partido Popular no voy a decir que dulce, porque no voy a hablar de eso con la que tenemos encima, este no es el momento de la dulzura, es el momento de la responsabilidad, no es un momento dulce para nadie y no lo puede ser para el PP, por mucho que estemos en todos los gobiernos de todos los sitios, pero sí es un momento de responsabilidad y no de personalismos, da igual quién tenga en un momento una responsabilidad u otra, se trata de resolver la cuestión, que es difícil.

P.- ¿Quiere decir que es compatible que haya disensiones con que se vote en bloque al candidato, como ha ocurrido, una vez resueltas estas internamente?

R.- Hombre es que Juan Vivas creo que en este momento, ni desde hace mucho tiempo ni en el futuro, no está sometido a cuestión, y no porque lo diga yo, es que en democracia sólo hay una manera de medir el apoyo que una persona tiene y son las urnas. Cuando oigo a la gente, algunos incluso dirigentes políticos decir es que la calle piensa... ¿Y usted cómo sabe que lo piensa? Juan no está cuestionado ni por los ciudadanos de Ceuta, porque si no es que estaríamos todos locos, porque en las urnas barre, ni lo está en el partido y la prueba está en ese 99% de votos. No está cuestionado porque la gente valora lo que hacen unos y otros, y eso es algo a lo que hay que tener mucho respeto y es algo a lo que yo se lo he tenido siempre mucho respeto, incluso cuando el Partido Popular ha perdido elecciones. Y no se me ha ocurrido nunca decir que los ciudadanos están locos, que son tontos o ignorantes, ni cuando ganó el GIL.

P.- Teófila Martínez habló en el Congreso de la necesidad de no perder la perspectiva de la calle y las citas congresuales son muy de encerrarse en sí mismos...

R.- En un congreso esencialmente se elige a quien va a dirigir el partido. El resto de cuestiones que se tratan, sin dejar de ser importantes, están en un segundo plano. Como bien ha dicho, son eso, actos de catarsis interna en los que nos juntamos, hablamos y debatimos las ponencias o ideas sobre las que dirigir las políticas. Eso se hace porque lo exige la democracia interna de un partido porque si no esta dirección duraría qué... quince, veinte, cuarenta años... Los militantes pueden perder la confianza en la dirección y tienen derecho cada cierto tiempo a renovarla o no. Perder la calle es algo que no ocurre, hay una cosa a la que siempre me he resistido, y es que hay algunos que se consideran los dueños de la calle y consideran que otros estamos en unas cuevas remotas y no nos enteramos de nada. ¿Y si tú eres el dueño de la calle y yo estoy en una cueva por qué me votan a mi y a tí no? En eso lecciones las justas nos pueden dar a nosotros, y si de algo puede presumir el presidente es de eso, de que se sabe ganar la confianza de la gente en la calle.

P.- ¿Qué virtudes ve en Vivas para que siga liderando el partido?

R.- Pues virtudes muy sencillas, Juan Vivas es una persona normal, que en política es raro, de una vida normal, un ciudadano como puede ser cualquiera, en él se puede ver reflejado cualquiera, es una persona educada, prudente, sabe oír, no se le ha subido el cargo a ningún sitio, que esto también es raro. Y luego como gestor pues creo que más hablan los gestos que las palabras, últimamente se le está criticando mucho que la gestión tiene como contrapartida una deuda tanto financiera como comercial, pero es que yo no conozco a nadie, ni al presidente de los Estados Unidos, ni a Merkel por mucho que ahora lidere un discurso férreo de austeridad y si no que le pregunte cómo salió Alemania de la reunificación sino con endeudamiento y con el apoyo del resto de socios de la unión, no conozco a nadie que sea capaz de transformar la ciudad en poco más de diez años de otra manera. Sí he conocido a otros que han dispuesto de tantos recursos como ha podido tener el presidente Vivas y sin embargo la ciudad ha seguido tan antigua, por decirlo de alguna manera, como antes.

P.- Quizá en el equilibrio esté la virtud...

R.- Es verdad que se ha utilizado una época de expansión económica para hacer lo que Ceuta necesitaba, con atrasos crónicos que venían de más de cincuenta años. Aquí ha habido en estos años cosas que han sido hitos históricos y saltos cualitativos con los que los ceutíes no podían ni soñar. También podría haber optado Felipe González por haber esperado a tener dinero suficiente para tener autovías, autopistas, trenes de alta velocidad, y todas esas cosas de las que hoy los españoles nos sentimos tan orgullosos. Pero España partía de una situación de atraso respecto a otros países que no se merecían los españoles. Se aprovechó un momento expansivo, en que podía endeudarse, para hacer todo eso porque si no la convergencia con otros países hubiera tardado 40 años y hoy estaríamos hechos un asco. Y en Ceuta pasaban responsables políticos, que yo he visto muchos, y la ciudad seguía siendo la más vieja, la más sucia, la más apagada de España, la más deprimente, hasta que alguien llegó y dijo vamos a poner esto en marcha, porque teníamos la posibilidad de endeudarnos, vamos a hacerlo porque si seguimos esperando nos vamos a quedar atrás en el carro de la modernidad y Ceuta se queda al margen. Creo que ese es el gran éxito de Juan Vivas.
 

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