Ceuta.- Emilio Carreira, un histórico del partido Popular
ceutí, vuelve a la arena política, aunque para él, no de
primera fila, que es la de sus compañeros que están en el
Gobierno. Y lo hace como responsable de Comunicación de la
formación política liderada por Juan Vivas, de quien asegura
que su “gran éxito” es haber “transformado” la Ciudad en
momentos de “expansión económica”. En su opinión, el partido
está unido y no tiene problemas, pero es importante repetir
este mensaje,. como se ha hecho en el Congreso regional,
porque eso “genera y transmite confianza a la ciudadanía”.
En Vivas ve un líder que ni en este momento, “ni desde hace
mucho tiempo ni en el futuro, está sometido a cuestión”,
pues tiene el respaldo de las urnas.
Pregunta.- ¿Cuál va a ser su día a día de trabajo? ¿Va a
tener que ver su cargo en el partido también con la defensa
de la acción del Gobierno? La estructura organizativa del PP
está muy vinculada al Ejecutivo a través de sus principales
cargos...
Respuesta.- Bueno, en la Ejecutiva del PP hay muchas
personas, no solamente los vicesecretarios, y la inmensa
mayoría no están en el gobierno.
P.- Me refiero a lo que la secretaria general definió
como “estructura organizativa”, que forman el presidente,
ella misma y las vicesecretarías, cuatro ocupadas por
consejeros del Ejecutivo.
R.- ¿Por qué el presidente ha querido que prácticamente
todos los vicesecretarios menos yo formen parte del
Gobierno? Pues porque permite una coordinación perfecta
entre el partido y el gobierno. Y es verdad que Yolanda lo
explicó muy bien, que el partido es de sus militantes y es
un instrumento político al servicio de todos los ceutíes,
pero el Gobierno sí que es de todos, ahí ya no hay siglas,
las siglas se quedan en la sede de Ainara. Es lógico por
tanto que haya una coordinación perfecta entre partido y
gobierno.
P.- ¿Va a tener entonces mucho que ver o va a estar
relacionado el papel de ‘portavoz’ del PP con la defensa de
la acción del Gobierno?
R.- Los partidos son instrumentos de participación política
de los ciudadanos en los asuntos públicos, y de ellos nacen
las ideas, las propuestas que luego se someten a la
ciudadanía cuando hay elecciones. Pero cuando un partido
gana las elecciones se convierte en gobierno, y cuando esto
ocurre, tiene la función de defender y apoyar la posición
del gobierno. Por lo tanto, desde la Vicesercretaría de
Comunicación no va a haber contradicción con la acción del
gobierno, no puede haberla. De hecho se discute primero en
el partido cuando se hace un programa y después hay comités
ejecutivos donde se discuten las cuestiones de actualidad y
la posiciónd el partido y, por tanto, del Gobierno.
P.- ¿Se aportará entonces más coordinación?
R.- El Gobierno tiene su propio órgano de expresión, su
portavoz, aparte de los responsables de cada área y el
propio presidente. El partido tiene una función de soporte
básico, de generación de ideas, de propuestas, pero quien
las tiene que ejecutar es el gobierno, y esa responsabilidad
no me corresponde a mi, ni voy a ser el órgano de expresión
del gobierno, sólo del Partido Popular.
P.- Aunque puede ser un apoyo...
R.- Hombre es que el gobierno es verdad que tiene sus
órganos de expresión, pero luego enfrente, o al lado, hay
otros grupos políticos que con toda la legitimidad cada
cierto tiempo, cada vez más, opinan, expresan, critican,
avalar casi nunca, las actuaciones del gobierno. Bueno, pues
el Partido Popular sigue existiendo, y también tiene el
mismo derecho a opinar sobre lo que está ocurriendo e
incluso sobre lo que opinan otros partidos de lo que hace el
gobierno. Y claro, resulta que parecía como que el Gobierno
con su voz propia ya tiene suficiente, no que está
sustentado por un partido que también tiene órganos de
expresión y que en este caso están coordinados por la
secretaria general y la Vicesecretaría de Comunicación.
P.- ¿Podría decirse que se va a oír más esa voz,
entonces?
R.- Bueno, no se sí se nos va a oír más, tampoco se trata de
aburrir a la gente, todo el día machacando sobre un asunto.
Pero yo creo que sí que es muy importante a veces en este
escenario de confusión poner una voz distinta desde una
perspectiva distinta y por lo tanto intentar clarificar algo
más las cosas.
P.- ¿Cómo entiende en general la relación de los medios
de comunicación y la política y cómo la ve en el caso
concreto de Ceuta?
R.- Pues es verdad que los que nos dedicamos a la política
de una u otra manera... Y quiero aquí decir una cosa, que yo
no estoy en la política de primer nivel, en ella están mis
compañeros que están en el gobierno...; los que nos
dedicamos a la política sea en el nivel que sea, tenemos la
costumbre de decir que los medios de comunicación sois
esenciales, imprescindibles... Y también es verdad que sin
los medios los políticos tendríamos muchos problemas para
hacer llegar nuestro mensaje a los ciudadanos porque
requeriría utilizar los viejos métodos de comunicación. Hoy
tiene más influencia un debate televisado entre candidatos
que veinte mítines. Entonces, nuestra obligación no sólo es
utilizar a los medios para hacer llegar nuestros mensajes,
sino también saber apreciarlos y cuidarlos en lo que valen,
que es mucho.
P.- ¿Y en Ceuta, es una relación conflictiva, normal,
sana...?
R.- Creo que en Ceuta casi todo es sano, porque tenemos la
suerte de vivir en una ciudad donde nos podemos rozar
habitualmente y nos podemos decir las cosas a la cara todos
los días y enfadarnos y después tomarnos un café juntos. Por
lo tanto yo creo que la relación de los políticos en general
con los medios es bastante buena, porque además ya no se
trata de que me relacione con un medio de comunicación, sino
con personas a las que conozco y trato habitualmente y eso
acaba generando una complicidad y una química que creo que
es buena en estos casos.
P.- De vuelta al tema de la oposición, ¿cree que está
siendo contestada de forma adecuada desde el Partido
Popular...?
R.- A la oposición hay que tenerle respeto porque forma
parte del equilibrio político de nuestro sistema. Ahora
bien, creo que un gobierno no debe gobernar para la
oposición, sino para todos los ciudadanos. Y lo que pienso,
y creo que es bueno, es que el gobierno debe cumplir sus
compromisos, y que el de Ceuta lo está haciendo. A partir de
ahí, si uno cumple sus compromisos, no es que no te deban
importar las demás opiniones, pero como mínimo uno debe
tener la conciencia tranquila. Porque claro, si uno gana las
elecciones con una serie de compromisos, luego los pone en
práctica y a la oposición no les gustan o los critican, es
normal, pero resulta que la opinión pública, la mayoría en
este caso, a través del voto ha apoyado un programa
electoral y no otro. Lo que sería raro es que un gobierno
con el respaldo que tiene el de Ceuta, democrática y
legítimamente adquirido, aquí no se ha comprado la voluntad
de nadie, desde luego, nosotros no nos dedicamos a insultar
a nadie..., sería raro que al final pusiese en práctica el
programa de formaciones que tienen muy poco respaldo
electoral. Entonces yo les pido que no se enfaden, que no se
enfaden porque el Partido Popular siga con su línea, es lo
lógico.
P.- Como persona que lleva muchos años en política, algunos
opositores son viejos conocidos, por ejemplo, el otrora
líder del PSPC, ahora de Caballas.
R.- Pero yo a Aróstegui le conozco más de mi época, cuando
yo estaba en eso que llamamos la primera línea, le conozco
más como secretario general de Comisiones Obreras que como
dirigente político, no porque no lo fuera de su partido, que
sí lo era, pero no tenía presencia en la Asamblea, por lo
tanto he tenido pocas oportunidades de debatir con él en
este sentido. A Mohamed Alí sin embargo sí lo he tenido más
próximo.
P.- Los plenos se han convertido en esta legislatura en
largas sesiones, casi interminables, en muchos casos en
auténticas diatribas de la oposición, más concretamente de
Caballas, ¿cómo se responde a eso?
R.- Creo que el Gobierno tiene que responder con hechos. La
política de los años 30, donde se daba mucha importancia a
los grandes oradores, y por tanto se producían debates
interminables que podían seducir a determinado público,
puede que en aquel momento tuvieran sentido porque estaba
todavía por definir cuál iba ser el modelo y la posición de
España y muchas otras cosas. Pero hoy en día esta política
del debate continuo, de las diatribas interminables, de las
filípicas... conduce a poco, primero porque tampoco aclaran
nada y segundo porque los ciudadanos lo que quieren son
respuestas a sus problemas, y lo que se puede debatir en
cinco horas, dos personas inteligentes lo resuelven en cinco
minutos, luego lo costoso será ponerlo en práctica; pero yo
creo que hay mucha gente que quiere chupar mucha cámara.
P.- Respecto al Congreso del que ha salido este nuevo
Comité Ejecutivo, llamaba la atención la insistencia en el
mensaje de unidad. Alguien puede decir que excusatio non
petita..., se ha dicho incluso que no van a conseguir
dividirles. ¿Qué es lo que hay detrás de ese mensaje?
R.- Hombre... siempre hay personas con malas intenciones,
esas existen siempre [sonríe]..., y que los adversarios
políticos del Partido Popular disfrutarían muchísimo y
aplaudirían y estarían encantadísimos de que estuviéramos a
leña..., hay algunos que incluso sueñan con eso. El problema
es eso, que sólo es un sueño y que no tienen ninguna
capacidad de conseguirlo. El Partido Popular lleva muchos
años ya siendo un partido sólido, estabilizado. Y además, se
han producido discrepancias, entre dirigentes, en muchas
ocasiones, históricamente dentro de nuestra formación, pero
de esas discrepancias ha salido más fuerza. Es que creo
además que tampoco las discrepancias son en principio ningún
problema.
P.- ¿Es necesario entonces insistir en ese mensaje?
R.- Es que también es verdad que hay un dicho que dice que
lo que mucho repite la mente se lo acaba creyendo el
corazón, y dílo, dílo, dílo que algo queda. ¿Por qué se
insiste tanto en que España es un país solvente y que no
necesita rescate? Primero porque es verdad, pero segundo
porque hay siempre alguien que anda diciendo tonterías, y
bueno, pues a base de tanto repetir puede que alguien se lo
crea y cause desasosiego, desazón... Creo que el Partido
Popular, y esto que voy a decir puede parecer muy solemne,
es el instrumento que más estabilidad da a esta ciudad con
diferencia y que está por encima de sí mismo, es decir, es
más importante la estabilidad del partido por lo que
representa para la ciudad que por lo que representa para sí
mismo. Yo no jugaría nunca, desde mi posición política, en
la que esté, a desestabilizar por ejemplo a un partido como
el socialista, o a intentar recrearme en problemas que haya
tenido, que los ha tenido y los sigue teniendo. Ahí tenemos
que ser respetuosos porque forma parte también ese partido
de la estabilidad que ha de tener el país, porque de vez en
cuando tiene responsabilidades de gobierno. Creo que hay que
insistir en que el Partido Popular no tiene problemas porque
no los tiene y porque además eso genera y transmite
confianza a la ciudadanía.
P.- También es cierto que en la época de Gordillo se
transmitía el mismo mensaje, cuando había una división
larvada entre sus partidarios y los de Vivas. ¿Cree que esas
diferencias están salvadas, o se han sustituido por otras o
no hay?
R.- Vamos a ver..., en el Partido Popular no somos robots,
ni clones, nosotros no somos la descendencia de un ser
inicial y todos clonados... Somos personas que compartimos
ideas, en líneas generales, pero que luego en otros aspectos
de la vida somos absolutamente distintos. Eso es lo normal.
No se puede pretender que una organización humana sea
uniforme...
P.- ... ni es bueno...
R.- ...ni sería bueno y además es que desde el partido
Popular no se pretende. ¿Que ha habido momentos de
discrepancias y de división de opiniones respecto a quién
tiene que dirigir, cómo y qué políticas hay que considerar
prioritarias? Sí, ¿y que esas discusiones en alguna ocasión
han salido a la luz pública?, pues también, pero siempre se
han resuelto desde la razón y desde una posición en la que
el partido ha salido fortalecido. Y este es un momento para
el Partido Popular no voy a decir que dulce, porque no voy a
hablar de eso con la que tenemos encima, este no es el
momento de la dulzura, es el momento de la responsabilidad,
no es un momento dulce para nadie y no lo puede ser para el
PP, por mucho que estemos en todos los gobiernos de todos
los sitios, pero sí es un momento de responsabilidad y no de
personalismos, da igual quién tenga en un momento una
responsabilidad u otra, se trata de resolver la cuestión,
que es difícil.
P.- ¿Quiere decir que es compatible que haya disensiones
con que se vote en bloque al candidato, como ha ocurrido,
una vez resueltas estas internamente?
R.- Hombre es que Juan Vivas creo que en este momento, ni
desde hace mucho tiempo ni en el futuro, no está sometido a
cuestión, y no porque lo diga yo, es que en democracia sólo
hay una manera de medir el apoyo que una persona tiene y son
las urnas. Cuando oigo a la gente, algunos incluso
dirigentes políticos decir es que la calle piensa... ¿Y
usted cómo sabe que lo piensa? Juan no está cuestionado ni
por los ciudadanos de Ceuta, porque si no es que estaríamos
todos locos, porque en las urnas barre, ni lo está en el
partido y la prueba está en ese 99% de votos. No está
cuestionado porque la gente valora lo que hacen unos y
otros, y eso es algo a lo que hay que tener mucho respeto y
es algo a lo que yo se lo he tenido siempre mucho respeto,
incluso cuando el Partido Popular ha perdido elecciones. Y
no se me ha ocurrido nunca decir que los ciudadanos están
locos, que son tontos o ignorantes, ni cuando ganó el GIL.
P.- Teófila Martínez habló en el Congreso de la necesidad
de no perder la perspectiva de la calle y las citas
congresuales son muy de encerrarse en sí mismos...
R.- En un congreso esencialmente se elige a quien va a
dirigir el partido. El resto de cuestiones que se tratan,
sin dejar de ser importantes, están en un segundo plano.
Como bien ha dicho, son eso, actos de catarsis interna en
los que nos juntamos, hablamos y debatimos las ponencias o
ideas sobre las que dirigir las políticas. Eso se hace
porque lo exige la democracia interna de un partido porque
si no esta dirección duraría qué... quince, veinte, cuarenta
años... Los militantes pueden perder la confianza en la
dirección y tienen derecho cada cierto tiempo a renovarla o
no. Perder la calle es algo que no ocurre, hay una cosa a la
que siempre me he resistido, y es que hay algunos que se
consideran los dueños de la calle y consideran que otros
estamos en unas cuevas remotas y no nos enteramos de nada.
¿Y si tú eres el dueño de la calle y yo estoy en una cueva
por qué me votan a mi y a tí no? En eso lecciones las justas
nos pueden dar a nosotros, y si de algo puede presumir el
presidente es de eso, de que se sabe ganar la confianza de
la gente en la calle.
P.- ¿Qué virtudes ve en Vivas para que siga liderando el
partido?
R.- Pues virtudes muy sencillas, Juan Vivas es una persona
normal, que en política es raro, de una vida normal, un
ciudadano como puede ser cualquiera, en él se puede ver
reflejado cualquiera, es una persona educada, prudente, sabe
oír, no se le ha subido el cargo a ningún sitio, que esto
también es raro. Y luego como gestor pues creo que más
hablan los gestos que las palabras, últimamente se le está
criticando mucho que la gestión tiene como contrapartida una
deuda tanto financiera como comercial, pero es que yo no
conozco a nadie, ni al presidente de los Estados Unidos, ni
a Merkel por mucho que ahora lidere un discurso férreo de
austeridad y si no que le pregunte cómo salió Alemania de la
reunificación sino con endeudamiento y con el apoyo del
resto de socios de la unión, no conozco a nadie que sea
capaz de transformar la ciudad en poco más de diez años de
otra manera. Sí he conocido a otros que han dispuesto de
tantos recursos como ha podido tener el presidente Vivas y
sin embargo la ciudad ha seguido tan antigua, por decirlo de
alguna manera, como antes.
P.- Quizá en el equilibrio esté la virtud...
R.- Es verdad que se ha utilizado una época de expansión
económica para hacer lo que Ceuta necesitaba, con atrasos
crónicos que venían de más de cincuenta años. Aquí ha habido
en estos años cosas que han sido hitos históricos y saltos
cualitativos con los que los ceutíes no podían ni soñar.
También podría haber optado Felipe González por haber
esperado a tener dinero suficiente para tener autovías,
autopistas, trenes de alta velocidad, y todas esas cosas de
las que hoy los españoles nos sentimos tan orgullosos. Pero
España partía de una situación de atraso respecto a otros
países que no se merecían los españoles. Se aprovechó un
momento expansivo, en que podía endeudarse, para hacer todo
eso porque si no la convergencia con otros países hubiera
tardado 40 años y hoy estaríamos hechos un asco. Y en Ceuta
pasaban responsables políticos, que yo he visto muchos, y la
ciudad seguía siendo la más vieja, la más sucia, la más
apagada de España, la más deprimente, hasta que alguien
llegó y dijo vamos a poner esto en marcha, porque teníamos
la posibilidad de endeudarnos, vamos a hacerlo porque si
seguimos esperando nos vamos a quedar atrás en el carro de
la modernidad y Ceuta se queda al margen. Creo que ese es el
gran éxito de Juan Vivas.
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