Desde que el Partido Popular fuera
elegido de forma mayoritaria por una ciudadanía hastiada de
la gestión desarrollada en los últimos años por los
Gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez
Rubalcaba, estos no han cejado en sus críticas contra las
medidas elaboradas y aprobadas en los últimos meses por el
nuevo Ejecutivo de la nación.
Durante cuatro meses hemos asistido a una campaña mediática
de desprestigio desde todas las sedes socialistas del país
situando a los socialistas andaluces como el único “oasis”
lúcido frente a las políticas de ajustes protagonizadas por
el Partido Popular. Un argumentario que se diluyó como un
azucarillo desde el mismo instante en el que la formación
liderada por José Antonio Griñán anunciara la pasada semana
sus primeras medidas de ajustes tras alcanzar la Presidencia
de la Junta de Andalucía.
Pues bien, el Gobierno surgido de las mesas de negociación y
no de las urnas andaluzas, José Antonio Griñán PSOE) y Diego
Valderas (Izquierda Unida), un Gobierno íntegramente de
izquierdas, decidió en su primera reunión un ajuste
presupuestario de 2.500 millones de euros a través de un
conjunto de medidas que durante la campaña electoral
prometieron que jamás adoptarían: subida del IRPF en el
tramo correspondiente a la comunidad andaluza, subida del
impuesto de patrimonio, bajada de retribuciones de los
trabajadores públicos, reducción de pagas extraordinarias,
complementos y aumento de las horas lectivas para el
profesorado.
A pesar de todo ello, los lideres socialistas sostienen que
las medidas de ajustes mencionadas responden a exigencias
del Gobierno central obviando totalmente que el desfase en
las cuentas andaluzas son responsabilidad exclusiva de
quienes llevan años gobernando dicha autonomía. Los
españoles debemos ser plenamente conscientes que la decisión
de equilibrar las cuentas públicas es un compromiso asumido
por todos los estados miembros de la Unión Europea en
respuesta a la crítica situación económica aunque, sin
olvidar que esta crisis no afecta a todos por igual.
¿No habían afirmado los dirigentes socialistas que había
otra manera de afrontar los problemas?, ¿no habían asegurado
que Andalucía iba a ser un “oasis” lúcido contra las
decisiones de Madrid?, ¿incluían los programas electorales
del PSOE e IU ajustes presupuestarios? La respuesta es
sencilla ¡no!, pero para crecer primero hay que equilibrar
las cuentas públicas, hay que ajustar los presupuestos en
función de los ingresos y los gastos demostrando la
responsabilidad del buen gobernante y en esta cuestión no
existen diferencias ideologías tan solo capacidad de
gestión, una cualidad que no han atesorado los dirigentes
socialistas salientes.
|