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OPINIÓN - JUEVES, 24 DE MAYO DE 2012

 

OPINIÓN / EL OASIS

Los trapicheos de la FFC
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

La Federación de Fútbol de Ceuta ha tenido siempre fama de no llevar contabilidad, o llevarla tan mal, como para que sus libros de anotaciones fueran considerados como impresentables. Tan mala reputación le viene de lejos a un organismo que fue manejado por un presidente, a su manera, durante años, años y años.

Muchas fueron las veces que a mí me denunciaron de qué manera se pagaba en la federación: hasta firmando los receptores de los dineros en una servilleta. Los trapicheos en la federación han sido tantos cual distintos los modos de interpretarlos para beneficio propio. Es decir, para procurarse un bienestar económico el amo del cotarro.

Los trapicheos que se han venido llevando a cabo en la FFC, desde hace ya la tira de tiempo, eran sobradamente conocidos. Pero nadie se atrevió nunca a decir ni pío. Por miedo. Pues sabido era que denunciarlos equivalía a ser perseguido con saña por el periódico decano. Refugio acorazado de un hombre que hacía y deshacía a su antojo en la federación.

Cada vez que al entonces presidente de la federación se le pedía que dijera si las cuentas del organismo estaban asentadas en los libros correspondientes, como mandan los cánones de la cosa, bramaba contra quien se atreviera a poner en duda su manera de manejar los dineros. A mí, por ser insistente en la petición, se me dijo de todo. Debido a mi deseo de saber qué se hacía con las subvenciones municipales. Entre otros dineros.

Nada más tomar Antonio García Gaona posesión de la presidencia, lo primero que hice fue recordarle que a él le tocaba acabar con una época de oscuridad en todos los sentidos. Y que lo más apropiado era hacer una auditoría. García Gaona nunca accedió a sanear un organismo que estaba metido hasta el cuello en el ocultamiento de las entradas y salidas de dineros. Un desastre de administración económica.

García Gaona acabó por decirme, más o menos, en conversaciones privadas, que en vista de que él había querido como a un padre al anterior presidente se sentía obligado a hacer borrón y cuenta nueva. En realidad, Antonio era consciente, y lo sigue siendo, de que las cuentas de la federación no se podían airear por gozar de la condición de impresentables.

Pero hay más, mucho más… Me explico: hubo un tiempo donde yo mantuve buenas relaciones con alguien muy ligado al actual presidente de la FFC, y fui testigo de algo que si bien no me sorprendió sí me causó bochorno. Porque me percaté de un tejemaneje que me hizo entender las razones por las que nunca las cuentas de la FFC podrían ser presentadas en sociedad.

Permítanme, por razones obvias, que no aclare en que consistía el tejemaneje comercial, aunque sí diré la conclusión a la cual llegué por lo averiguado: semejantes trapicherías no podían hacerse sin el consentimiento de otras personas que estuvieran, en autoridad, por encima de GG y de un cargo de Turismo. Y acerté.

Acierto que ha vuelto a evidenciarse tras leer en las páginas de este periódico lo que Viajes Trujillo facturó a la AD Ceuta siendo Felipe Escane presidente. Una facturación millonaria (1.790.084 euros). No obstante, a la máxima autoridad del asunto no se le ocurrió decirle al presidente de la FFC que estaba infrigiendo normas. Y se le siguió subvencionando. Y, naturalmente, ya no cabe que salga el político de turno a contarnos el cuento del alfajor.
 

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