Cuanto tiempo llevamos oyendo, leyendo e incluso predicando
el artículo 14 de la Constitución Española que establece el
Principio de Igualdad ante la Ley. Se recuerda para aquellos
que todavía no lo tengan claro y dice: Los españoles son
iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer discriminación
alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión,
opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal
o social
Realmente es un tema ya reiterativo y así será hasta tanto
en cuanto no contemos con una sociedad donde la Paridad sea
la seña de identidad, donde los hombres y mujeres se
desarrollen y vivan en igualdad de condiciones, donde
prevalezca la persona, independientemente de sexo.
Desafortunadamente las desigualdades existen, pero no es
menos cierto que desde algunos ámbitos sociales, medios de
comunicación y desde las Administraciones Públicas;
especialmente aquellas que tienen responsabilidades en el
área de la mujer, han impulsados medidas para evitar estos
hechos y concienciar a la sociedad en general que tanto los
hombres como las mujeres, son parte integrante de la misma
en Igualdad de derechos.
El modelo de sociedad y el papel de la mujer en la misma, ha
ido cambiando y evolucionando notablemente. Hace unas
décadas las mujeres se dedicaban especialmente al trabajo
del hogar, estaban totalmente definidos los roles: el hombre
era el que llevaba los ingresos económicos al hogar y la
mujer la encargada de atender a los hijos, así como el
cuidado de la casa, y si algunos se salían de estos roles,
incluso estaban mal visto por la propia sociedad.
Hoy día, la mujer acude a la Universidad en el mismo e
incluso más porcentaje que el hombre, pero a la hora de
trabajar en el ámbito público todavía tienen desventaja con
respecto al hombre, por diversos motivos: En muchos casos la
mujer todavía tiene marcado socialmente el rol de
responsabilidad sobre el cuidado del hogar y los hijos, en
desigualdad con respecto al hombre; socialmente parece que
es más importante el trabajo del hombre que el de la mujer,
y si alguno de los dos tienen que dejar de trabajar para
conciliar la vida familiar y laboral, probablemente se
sacrifique la mujer. Por todo ello se han puesto en marcha
una serie de medidas, acciones positivas a favor de la
integración de la mujer en el ámbito laboral y ofrecerles al
hombre la posibilidad de ocuparse en igualdad de los hijos y
el hogar, facilitando así la conciliación de la vida
familiar y laboral, tanto para la mujer como para el hombre(
Ley 39/1999, de 5 de noviembre, para promover la
conciliación de la vida familiar y laboral de las personas
trabajadoras) Estas acciones positivas están favoreciendo la
incorporación de la mujer al trabajo fuera del hogar.
A la mujer se le han impuesto socialmente unos
estereotípicos y por ende unas características en relación
con el trabajo que le ha perjudicado notablemente a la hora
de su empleabilidad, como ejemplos: que son excesivamente
emotivas, no disponen del tiempo suficiente para dedicar a
la empresa, embarazos, carecen de capacidad de liderazgo,
que las que triunfan no se relacionan con las demás etc.
Todo ello hace que a la mujer se le considere en la empresa
de manera distinta al hombre.
La familia tiene un papel muy importante en la educación de
los hijos, no se deben marcar diferencias a la hora de
encomendar tareas a los hijos, independientemente del sexo.
Los padres deben tener muy claro que las responsabilidades
del hogar y las tareas domésticas son de todos y no cargar a
las niñas en exclusiva de estas responsabilidades, ya que
con estas actitudes lo único que se consigue es mantener los
estereotipos de una sociedad machista.
Es fundamental que en los colegios se trabaje en valores con
niños y niñas desde edades muy tempranas, especialmente
sobre el respeto y la igualdad. Tanto la familia como la
escuela son esenciales para educar, trasmitir y poner en
valor en la sociedad los principios de igualdad del ser
humano, independientemente del sexo, con ello y sumando
otras medidas de acciones positivas, conseguiremos una
sociedad donde todos y todas vivamos en igualdad de
condiciones.
La igualdad entre hombres y mujeres es uno de los principios
fundamentales de las sociedades democráticas y unos de los
objetivos de la Unión Europea en materia de igualdad entre
hombre y mujeres y consiste en garantizar la igualdad de
oportunidades y luchar contra la discriminación basada en el
sexo.
La participación de las mujeres en el mercado laboral se
debe considerar como elemento fundamental para el
crecimiento sostenible de la nación, contribuyendo a la
cohesión social de la misma. Hay mucho camino que andar y
obstáculos que salvar hasta llegar a vivir una sociedad en
igualdad; vemos como todavía el número de las mujeres en
cargos de mandos o puestos de responsabilidad es reducido.
Por regla general el salario de la mujer en la empresa
privada, es inferior que el del hombre desempeñando el mismo
trabajo, siendo las posibilidades de promoción también
inferiores. Como ejemplo podemos decir que las mujeres están
más expuestas a padecer situaciones de pobreza, estimándose
un número importante de familias mono parentales cuya cabeza
de familia es la mujer, así como mujeres mayores de 65 años.
Otros datos a tener en cuenta es que 58,9% de mujeres de la
Unión Europea, son licenciados universitarios, sin embargo
su nivel de educación no resulta representativo de su
situación en el mercado laboral, ya que existen limitaciones
en cuanto a su desarrollo profesional, remuneración etc. El
porcentaje de mujeres que desempeñan funciones de liderazgo
en la Unión Europa es del 30%, aunque esta cifra es más baja
en algunos estados miembros.
Conseguir la evolución hacía una paridad real depende de
varios factores, se deben suprimir obstáculos que limiten el
empleo y la evolución profesional de las mujeres; para ello
hay que conciliar la vida laboral y familiar, haciendo
hincapié en la distribución de los trabajos y
responsabilidades en el hogar. De igual manera hay que
eliminar estereotipos sexistas, mediante acciones de
sensibilización; aumentar el número de mujeres en puestos de
representación etc.
Las diferencias de salarios entre hombre y mujeres no es una
realidad que solo se de en España, este fenómeno ocurre en
el resto de la Unión Europea. Estas diferencias no obedecen
a factores objetivos, las mujeres en todos los estados
miembros obtienen mejores resultados escolares que los
hombres y son mayoría entre los titulados superiores,
resultando incomprensible que no obtengan condiciones más
favorables en el mundo laboral, y no se les valore como un
potencial productivo en igualdad al hombre.
Ante esta situación la eliminación de la diferencia de
retribución entre hombres y mujeres es uno de los temas
centrales a tratar en la Unión Europea, afectando a todos
los estados miembros. Se ha planteado un enfoque que sirva a
todos los estados miembros, marcando unas pautas a seguir
para la integración de la perspectiva de género a través de
acciones positivas, en este caso en el ámbito laboral, tales
como:
- Aplicar la legislación vigente
- Acciones de sensibilización
- Promover la igualdad salarial entre los empresarios.
- Fomentar el intercambio de buenas prácticas implicando a
los interlocutores sociales etc.
Las administraciones Públicas tienen la responsabilidad de
impulsar y poner en marcha los mecanismos pertinentes para
crear una sociedad cuya base sea la igualdad y velar porque
se lleven a efectos las pautas marcadas en conseguir la
igualdad entre ambos sexo. Las políticas de igualdad de
oportunidades tienen como finalidad eliminar estas
desigualdades, para ello se llevaran a cabo medidas de
acción positivas, que contrarresten los roles que se les
tenían destinados a la mujer tanto en el ámbito social y
doméstico. En el ámbito laboral hay que seguir exigiendo la
igualdad entre hombres y mujeres, valorando la capacidad,
esfuerzo, etc. De igual manera se reivindica el mismo sueldo
por el mismo trabajo, indiferentemente del sexo. Hablaremos
de igualdad cuando no se tengan que tomar estas medidas de
acción positivas a favor de la mujer, mientras tanto se
seguirá luchando por la Igualdad en todos los ámbitos de la
sociedad.
En relación al mundo laboral la implantación de políticas de
Igualdad en las empresas más que recomendables, sería de
obligado cumplimiento por varios motivos: en primer lugar
porque la legislación vigente en nuestro país y en todos los
países miembros de la Unión Europea reconocen la igualdad de
derechos entre hombres y mujeres, en segundo lugar se debe
dar la igualdad de trato en el acceso al empleo y favorecer
la promoción profesional de la mujer.
La realidad actual es complicada, España está sumida en una
grave crisis económica y por ende, este hecho afecta a
numerosos personas que están abocadas a vivir situaciones de
desempleo; este fenómeno afecta notablemente más a las
mujeres. Actualmente en nuestro país la tasa de paro es
aproximadamente del 24.44% ambos sexo y del 24.86% de
mujeres. En relación a Ceuta la tasa de paro es de 35.51%
ambos sexos, siendo la de las mujeres del 43.06% (estos
datos están recogidos de la encuesta de población activa, 1º
trimestre 2012).
Los poderes Públicos en el ámbito de sus competencias tienen
el deber de velar porque todos los principios, acciones
positivas y legislación vigente se lleven a efectos de
manera satisfactoria a favor de la mujer.
Sobre este tema habría mucho que hablar y más aún seguir con
las acciones positivas a favor de la incorporación en
igualdad de la mujer en el mundo laboral con respecto al
hombre y con los mismos derechos. La sociedad en su conjunto
tiene la responsabilidad de conseguir la no discriminación
de las personas por razón de sexo, mientras no sea así, no
se podrá hablar de una sociedad justa e igualitaria.
* Miembro Consejo Sectorial de la Mujer
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