¿Piensan que los españoles podemos
considerarnos un pueblo manipulable? A la vista está. Y lo
patético es la discutible capacidad de reflexión de una
parte de la ciudadanía, que no es mayoritaria, pero que
permanece obcecada con los mensajes de la izquierda. Pura
estrategia defensiva. Mientras se calienten los ánimos
diciendo “no” a todas las medidas de austeridad, el personal
se olvidará de pedir las cuentas exactas del despilfarro
socialista, algo que debe tener a Rubalcaba absolutamente
pletórico y muy aliviado.
Pero ¿Donde está el dinero herencia de la etapa de Aznar?
Pueden preguntar en los mastodónticos e inútiles aeropuertos
de provincias, centenares de millones de euros dilapidados
por el capricho del zapaterismo y actualmente algunos de
ellos clausurados e inservibles. O echar las cuentas al
Gobierno catalán con sus “embajadas” internacionales y
comenzar de paso a “tirar” de las jugosas subvenciones
concedidas a diestra y a siniestra por los gobiernos
nacionalistas. Por cierto ¿El Fiscal General del Estado
existe? por algún lado debe andar. Y mientras la izquierda
trata de sublevar las calles oponiéndose por sistema a las
medidas que nos están librando de una intervención “ la
griega” porque entonces nos íbamos a enterar de lo que son
recortes en sueldos, en ayudas, en pensiones y en todas las
ventajas que consiguieron en su aznarista día que nos
refiriéramos al “estado del bienestar”. ¿Recortes en la
enseñanza? Algunos y necesarios, ahora que la postura digna,
cuando de lo que se trata es de reflotar la Nación es el
aguante a la hora de apretarse el cinturón y tirar hasta que
pase la mala época. O por el contrario seguir como las
cigarras, mucho cantar, mucho gratis total, mucho
endeudamiento, mucho déficit y acabar cómo los portugueses o
cómo los griegos. Es el tiempo de las hormigas, de ajustarse
y trabajar el que tenga esa suerte y de echar las cuentas
exactas de lo que ha costado en euros la etapa socialista.
Los asesores y el arriolismo están fallando a la hora de la
respuesta y aparecen cómo mucho algunos coletazos de
“buenismo” cómo el de no identificar a los ilegales por
parte de la Policía y de tener que hacerlo derrochar
protocolo. Eso es y que el Ministro del Interior se lleve a
los ilegales a su casa y les alimente, porque los
“paganinis” españoles están exhaustos, no pueden más, desean
que se repatríen con garantías y demás a los extranjeros que
se encuentran ilegalmente en España y sin ninguna
perspectiva ya que ni hay trabajo ni ya somos receptores de
inmigrantes, sino país de jóvenes emigrantes. Y con el
agobio que sufre la población va el Ministro del Interior y
se descuelga con una pamplina “buenista” típica de las
maniobras de despiste zapateriles y el pueblo español bufa y
las oenegés que se ganan el sueldo asistiendos a “los
pobrecitos inmigrantes” bufan menos, porque mientras existan
“pobrecitos” ellos tendrán subvenciones. ¿Y no se iban a
cortar las subvenciones a las oenegés y a echar cuentas de
aquí a ocho años para atrás de cómo se han gastado los
dineros? Si hay recortes hay recortes y si se recorta la
enseñanza mejor que hacer huelgas y montar parafernalias
tomarlo con entereza y con dignidad. ¿Recuerdan cómo
reaccionaron los japoneses tras el tsunami y el desastre de
la central nuclear? Ni una algarada, ni un lamento, ni tan
siquiera pedir ayuda internacional porque su dignidad se lo
impedía. Y si para resurgir de las cenizas hay que montar
ikebanas habrá que hacerlo, cualquier cosa antes que una
intervención de la UE
|