De acuerdo a la medicina natural, la menopausia no es una
enfermedad y como tal hay que tratar este período. Sería
impensable adelantar la menstruación de una niña mediante
hormonas; y así también sería antinatural el objetivo de
prolongar los niveles estrogénicos en la mujer de más de 50
años.
Toda medida tomada en ese sentido altera el complejo
“ecosistema” del organismo femenino, afectando su organismo.
No se puede hacer una represa en un río, sin alterar el
curso del río arriba o río abajo.
La terapia hormonal de reemplazo tiene por finalidad tratar
los síntomas que acompañan la menopausia: los bochornos, la
sequedad vaginal y reducir las consecuencias asociadas a la
disminución de los niveles de estrógeno, es decir, la
osteoporosis y la enfermedad cardiovascular.
Estudios serios han demostrado que la mujer que recibe
estrógenos tiene 5 veces más riesgo de desarrollar un cáncer
uterino. Y mujeres de entre 60 y 67 años tienen un, 87 por
ciento, de mayor riesgo de desarrollar cáncer de mamas, que
puede reducirse al combinarse estrógenos con progesterona.
Sin embargo, esta combinación también tiene sus efectos
colaterales indeseados: flujo vaginal, hemorragias, edemas,
aumento de peso, náuseas, mastodinias y cefaleas. Es
posible, además, que se reactive una endometriosis.
Otros tratamientos
Hay, felizmente, maneras de reducir los problemas asociados
a la menopausia sin necesidad de recurrir al reemplazo
hormonal, dejando esta eventualidad para casos muy
seleccionados. La dieta y el cambio de estilo de vida son de
extraordinaria ayuda para la Menopausia.
Y a ello se suma el aporte que puede brindar la terapia de
suplemento natural, la fitoterapia y la medicina homeopática
(homeopatía), que sin alterar el ecosistema natural del
organismo, ayudan a restablecer el equilibrio armónico que
necesita el ser humano.
Lo que aconseja la homeopatía para la Menopausia
Existen diferentes medicamentos homeopáticos a los cuales es
posible recurrir con éxito, con la finalidad de atenuar o
hacer desaparecer las alteraciones producidas por la
menopausia, y con la ventaja de la inexistencia de efectos
colaterales indeseados.
El extracto de Cimicifuga (Ginemaxim, en las farmacias
especializadas) es, de lejos, la mejor alternativa natural a
la terapia de reemplazo hormonal en mujeres con menopausia y
en mujeres jóvenes sometidas a histerectomías. Además, se
debe complementar con diferentes remedios específicos para
cada achaque:
Para los bochornos en la menopausia
Belladona: bochornos con cara roja, congestiva, piel seca.
Vienen y se van repentinamente y pueden ser tan intensos que
la piel irradia calor. Se acompañan de agitación,
intranquilidad, pesadillas, cefaleas e intolerancia al
tacto.
Sulfur: bochorno generalizado, incluyendo los pies, que le
obligan a sacarse los calcetines o medias. Empeora en
ambientes calurosos o sofocantes.
Lachesis: los bochornos son más frecuentes en la noche, con
transpiración. La cabeza se siente caliente, no así el resto
del cuerpo. Cualquier presión sobre el cuello es
insoportable. Fuerte estado emocional o procesos mentales
activos concurrentes. Los síntomas se agravan con el calor,
y a menudo, se calman o atenúan con el baño frío o
metiéndose en agua helada. Tendencia a experimentar dolores
de cabeza, especialmente en el extremo alto y palpitaciones
cardíacas.
Sepia: calor y frío alternantes, con sudoración y marcada
depresión. Fácilmente exhausta con cualquier esfuerzo,
aunque sea débil. Bochornos en dirección ascendente, con
mareos al caminar, apática, letárgica y depresiva. Mejoran
con el ejercicio; empeora con las exigencias emocionales. No
confundir con la sepia de comer, estamos hablando de
preparados homeopáticos.
Fósforo: bochornos en la cabeza con marcada ansiedad;
aparecen después de comer o beber. Mejora con la compañía,
estando tranquila. Empeora estando sola, en las tardes.
La Homeopatía para la sequedad vaginal en la menopausia
Brionia: paredes vaginales secas y delgadas, con dolor,
ardor, sensación de herida con el movimiento y durante la
excitación. Muy sensible al tacto. Constipación e
irritabilidad.
Sepia: aversión al sexo. Inconformidad que empeora con el
prolapso uterino y vesical. Muy depresiva. Mejora con el
ejercicio, al aire libre. Empeora con las exigencias
emocionales, el tacto, permaneciendo sentada.
Lypocodium: irritación vaginal con bochornos y ansiedad. La
tensión y la ansiedad llevan a problemas digestivos,
incluyendo sensación de ardor, indigestión, meteorismo y
diarreas. Mala circulación, piel seca, especialmente el
cuero cabelludo.
Staphysagria: molestias vaginales tipo picaduras o sensación
de costura, a veces después de histerectomía o cirugía.
Empeora con stress emocional.
Recomendaciones alimenticias específicas
En primera fase, cuando las reglas son irregulares,
incorporar aceite de borraja o aceite de onagra ( 2 ó 3
perlas en desayuno y comida), acompañadas de vitamina C. Así
mismo tomar alimentos ricos en hierro, como las algas tipo
espirulina, como el espagueti de mar o el wakame, (1cm de
alga en caldos, guisos, sopas, ensalada…), si no encuentra
algas, sustitúyalas por verde de alfalfa y como jarabe
complementario “floradix” (es hierro asimilable que no daña
el aparato digestivo).
En general, como base de los cuidados destinados a mitigar
los efectos:
• Alimentos ricos en fitoestrógenos e isoflavonas, como la
soja y los derivados del tamari, miso y semillas o aceite de
lino, con ellos mejoran los sofocos.
• En caso de retener líquidos las infusiones de cola de
caballo son un excelente diurético natural.
• Para prevenir la osteoporosis: ejercicio, verduras de
hojas verdes (ricas en magnesio y vitamina D, favorecen la
asimilación de calcio), cola de caballo (tostar y moler,
guardar en frascos de cristal), y sésamo (tostar y moler,
guardar en frascos de cristal). Infusiones de ortiga,
centeno, canela y poca sal.
• Manzana y pera como frutas diarias, por contener boro, que
facilita la absorción de calcio.
• Toma el sol siempre que puedas, la vitamina D contribuye
en el metabolismo del calcio
• Malas noticias, las solanáceas, como patata, pimiento,
berenjena, retiran el calcio de la circulación sanguínea,
deben evitarlas.
A continuación mencionaré vitaminas y minerales que deben
incorporar a su dieta:
Vitamina E: acción en genitales, circulación, corazón,
sistema nervioso, piel, Indicada en el picor e inflamación
de los genitales. En cereales integrales, germen de los
cereales, aceites vegetales, aceites vegetales prensados en
frío, parte verde de los vegetales, polen, cacahuete.
Vitamina D: imprescindible par la salud de los huesos, se
toma con media hora de sol al día y se encuentra ya
sintetizada en los pescados grasos como la caballa, el
salmón y el aceite de hígado de bacalao.
Calcio: en lácteos, berros, almendras, sésamo, tomarlo unido
a la vitamina C
Hierro: Interviene en la oxigenación de la sangre, anemias.
En melaza, perejil, espinacas, huevos, albaricoques,
remolacha, granos integrales, frutos secos, tomarlo con
cobre que está las frutas frescas y las verduras frescas.
Magnesio: mineral imprescindible para la absorción del
calcio, regenerador celular, equilibrante psíquico y
nervioso, regula los sofocos, drenador hepático, combate el
envejecimiento. En soja, nueces, albaricoques, almendras,
granos enteros o integrales, sal marina, huevos, cacao,
limón.
Fósforo: interviene en la formación de tejidos óseos,
hormonas, absorción del calcio, sistema nervioso,
intelectual, sexual. En cereales, germen de trigo, ajo,
apio, zanahoria, sésamo, almendras, nueces, uvas y pescado.
Siempre les advierto del riesgo de auto medicarse, pero en
este caso lo hago, si cabe, con mayor énfasis, especialmente
con los preparados homeópatas como el Sulfur, Lachesis,
Sepia, etc…
Todos ellos, aunque pueden encontrarlos en farmacias
naturales o herbolarios deben ser preparados, y vigilados
por profesionales del sector, ya que un exceso en la
posología puede provocar efectos indeseados, no es que sean
peligrosos en sí, es que, como con todo, su uso
irresponsable es contraproducente.
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