En las últimas semanas se ha observado una nueva ruta de la
inmigración ilegal que se dirige a las islas de soberanía
española en el norte de África. Tanto Perejil como las
Chafarinas han sido destino de algunos de los inmigrantes
que se lanzan al mar con dirección a territorio español
desde Marruecos. Es un ejemplo más de la continua renovación
de los métodos y la adaptación para burlar las fronteras.
La pasada semana, la Delegación del Gobierno en Melilla
informaba del refuerzo de la vigilancia en las Islas
Chafarinas “ante una mayor presión migratoria”. Según
recogía la agencia Efe, la vigilancia de las Islas
Chafarinas, situadas a unas 27 millas náuticas de Melilla,
ha aumentado por la llegada de embarcaciones con inmigrantes
a bordo.
De hecho, y según fuentes de la Delegación, en las últimas
dos semanas habían arribado al archipiélago -en concreto a
la Isla del Congreso- tres embarcaciones con alrededor de
una treintena de inmigrantes.
La primera embarcación llegó a la zona el pasado 3 de mayo
con seis inmigrantes a bordo, que fueron trasladados en
helicóptero a Melilla. La última patera interceptada en las
Chafarinas transportaba el martes 15 a un total de 18
inmigrantes, entre ellos seis mujeres y dos menores, un niño
y una niña.
Por su parte, en Perejil también se ha notado una mayor
presión. Según indicaron fuentes de seguridad españolas,
hace cerca de un mes cuatro inmigrantes se refugiaron en la
isla al pinchárseles la balsa y fueron recogidos por la
Guardia Civil. Después de esto, las mafias consideraron que
podría tratarse de una nueva vía para llegar a España, y de
hecho, desde entonces las Fuerzas Auxliares marroquíes han
frenado al menos dos avalanchas de subsaharianos que
trataban de lanzarse a nado hacia el islote de soberanía
española, que se encuentra cerca de la costa.
Estos son sólo dos ejemplos más de cómo las mafias dedicadas
al tráfico de seres humanos se afanan en la búsqueda de
nuevos modos y rutas con las que burlar los controles
fronterizos. Una de las vías detectadas este año, de la que
este diario informó por primera vez el pasado 21 de marzo,
es de hecho la que parte de la playa de Wad Marsa, situada
cerca de Perejil y en un punto equidistante entre la
localidad marroquí de Beliones y el Puerto de Tanger-Med. La
mayor viglancia de la Marina Real junto a Ceuta está detrás
de estos cambios.
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