LUNES 14.
Paso cerca de la cafetería ‘El Puente’ y llama mi atención
José Antonio Martell “Quico”. El cual está sentado a
una mesa en la terraza del establecimiento. Y acudo presto a
compartir con él un rato de charla. Lo primero que me cuenta
Quico es su último viaje con la selección de veteranos de
fútbol de Ceuta. Y a mí me toca, una vez más y con sumo
gusto, oírle relatar las peripecias del partido jugado, en
esta ocasión, frente a los veteranos de Cádiz. Partido
celebrado en Alcalá de los Gazules. Ni que decir tiene que
ganaron los veteranos de Ceuta y el premio que se regalaron
fue pasar la noche en la Feria de Jerez de la Frontera.
Luego, dado que se estaba celebrando el Día Internacional de
la Hipertensión, salió a relucir el nombre de la doctora
Nieves Martell: Presidenta de la Sociedad Española de
Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la
Hipertensión Arterial (SEH-LELHA). Nieves Martell es hermana
de Quico. Y hoy ha sido la mujer más solicitada en Internet.
Tampoco nos olvidamos, durante nuestra charla, de La
Shica; es decir, de Elsa Rovayo: cantante y
pedazo de artista que no cesa de trabajar y de triunfar en
escenarios nacionales e internacionales. A partir de ese
momento, la conversación tomó otros derroteros no
confesables.
Martes. 15
Dos de la tarde. Me paso por el Hotel Tryp para recoger un
una fotografía que me han dejado en la recepción y me
encuentro con Emilio Cariño. Quien está tomando el
aperitivo con alguien que me es presentado por él. Se trata
de Francisco Diego Martínez Sánchez. Minutos más
tarde, quedo enterado de que es matador de toros que
figuraba en los carteles como Curro Martínez.
Inmediatamente, caigo en la cuenta de que estoy ante un
torero al cual le tocó vivir un hecho luctuoso en Perú. Lo
ocurrido, me dice él, fue la muerte de mi compañero José
Reina Rincón. Cuyo cadáver apareció en la orilla de la
playa de Waikiki, perteneciente al distrito de Miraflores en
Lima. Trato de cambiar de conversación, aunque Curro
Martínez no tiene inconveniente alguno en contarme detalles
de aquel crimen… También me hace partícipe de que está
deseando montar una corrida de toros en Ceuta a beneficio de
la Agrupación de Hermandades y Cofradías de la ciudad. Un
espectáculo que no le costaría nada a la consejería de
Festejos. Aprovecho la ocasión para citarme con Curro
Martínez. A fin de que dentro de pocas fechas me cuente
cosas relacionadas con su profesión. Curro está retirado de
los ruedos. Decidió hacerlo en 2008. Pero sigue siendo
torero. Pues un matador de toros, aunque esté inactivo,
nunca deja de serlo.
Miércoles. 16
Almuerzo en Casa Alberto. Entre los comensales se halla
Emilio Cariño. Que fue quien me invitó el día anterior.
Ni que decir tiene que pasamos un par de horas la mar de
agradables. Agradables y muy beneficiosaas para poder seguir
superando el momento de incertidumbre que nos está tocando
vivir en todos los sentidos. Y es que todos tenemos
familiares y amigos que lo están pasando muy mal. Mientras
que los políticos siguen cometiendo los mismos desmanes de
siempre. Llegada la sobremesa, a mí se me ocurrió decir que
a ver si era posible no mencionar más a ningún político y
dedicarnos a referir anécdotas. Y fue entonces cuando la
risa comenzó a ser la protagonista de un almuerzo estupendo.
Por cierto, debo decir que me sorprendió gratamente la forma
de alternar que sacó a relucir el hijo de Cariño. Un chaval
educado, con cara de saber más que Lepe, pero comedido y con
un sentido enorme de la ironía. La presencia en la reunión
de Emilio Cariño, hijo, me hizo recordar tiempos pasados…
Jueves. 17
Tertulia en sitio de costumbre. Cuando llego a la cita, sus
componentes están enfrascados en una charla técnica acerca
de barcos deportivos y asuntos de navegación. Quien escribe
no sabe una papa de lo que se habla. Si bien mantengo presto
el oído para ver si me es posible robar algún detalle que
luego pueda yo lucirlo en otro lugar. Pero hoy quiero
aprovechar la ocasión para referirme a Diego Fernández.
Tertulio extraordinario. Diego se mide muy bien durante la
conversación; ya sea ésta de fútbol, de toros, de barcos, de
política o de cualquier otra cosa. Y, desde luego, sus
opiniones son casi siempre acertadas, muy en consonancia con
su forma de ser. También forma parte del corrillo Ralf
Bohl; alemán él, pero más ceutí ya que el que más.
Hombre de la mar, se ríe de mí, a mandíbula batiente, cada
vez que le cuento las peripecias de mi primer viaje en barco
a Melilla, allá en los años cincuenta. Se ríe, porque él,
experto en soportar bandazos de proa a popa y tumbos de
babor a estribor, cree que exagero cuando relato aquella
aventura. Una aventura en toda regla, cuyo remate supuso el
momento en el cual se navegaba por el cabo de Tres Forcas.
Desde entonces, viajar en barco supone para mí un
sacrificio.
Viernes. 18
Vengo leyendo, sin ningún tipo de asombro, quede claro, cómo
la Asociación Deportiva está siendo maltratada por parte del
Gobierno local. Y digo que sin ningún tipo de asombro porque
hace ya mucho tiempo, pero mucho, que advertía yo a quienes
correspondía de que no era bueno fiarse lo más mínimo de los
gobernantes. Entonces, en aquellos tiempos donde mis
pareceres producían dentera y hasta los había que corrían a
contarle a Juan Vivas cuanto yo decía, nadie ponía en
duda la palabra del presidente de la Ciudad. Juan Manuel
Doncel, por ejemplo, en los días de vino y rosas,
hablaba del primer equipo local con un aire de suficiencia
que resultaba ridículo. Se pavoneaba de ser no sé qué en el
club y los días de partido se sentaba en el palco cual si
fuera eslabón imprescindible entre la directiva ceutí y la
autoridad que más manda en la ciudad. Pero a mí nunca me
engañó. Ya que cuanto más presumía, cuanto más pecho sacaba,
más recordaba yo, a quienes debía, que no era conveniente
confiarse lo más mínimo. Aun a costa de sufrir las
inclemencias de las lenguas viperinas. Ahora, amén de
incumplimientos de promesas, que pueden desembocar en la
desaparición del equipo, estamos asistiendo a un hecho
lamentable: el trato discriminatorio que viene recibiendo el
club. Sí, el generado por el alquiler de la sede social del
club. Prueba evidente de que el primer equipo de la ciudad
está siendo tratado con saña.
Sábado. 19
José Juan Espartero López, secretario general de la
Delegación del Gobierno, a quien no tengo el gusto de
conocer, parece ser que no está a muy a gusto con el
comportamiento de los empleados públicos del organismo
gubernativo. Según se desprende de una nota que he recibido
y en la cual se denuncia así: “A la existencia de sedes sin
reloj de control o de otras donde éste no ha funcionado
puntualmente (sin que nadie lo haya comunicado o sin que los
SS.CC. hayan dado aún solución a la incidencia), se le une
también que algunas personas no fichan o, por ejemplo, que
fichan con una tarjeta equivocada. Esta situación dificulta
el análisis de los datos y, en algún caso, no los
proporciona; sin embargo, a pesar de ello, lo que se
desprende claramente del listado es que nadie en toda la
Delegación del Gobierno cumple el horario mínimo de 37,5
horas a la semana en cómputo anual…” Vamos, que las personas
que tienen un mayor grado de cumplimiento (incluyendo
tardes), según dice la nota firmada por el señor Espartero,
alcanzan algunas semanas algo más de 33 horas (casi 34) pero
muchas más sólo llegan a las 30 horas (el típico de 09:00 a
15:00) y otros inexplicablemente no alcanzan ni siquiera esa
cifra. Hay mucha variedad de casos. En román paladino: que
el secretario general de la Delegación del Gobierno se queja
en la susodicha nota informativa, que no tiene desperdicios,
de que los empleados públicos de la Delegación del Gobierno
se escaquean de sus obligaciones. Y, a continuación,
amenaza: De momento, no mencionaré los nombres de quienes
muestran menos deseos de cumplir con el horario fijado. La
nota, como digo, es una joya (!) de redacción e interés.
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