Unas 140 personas, entre niños, padres y abuelos,
disfrutaron durante la mañana de ayer de una intensa hora de
actividades en el patio de la Guardería ‘Nuestra Señora de
África’ gracias a la iniciativa de la asociación Sibila, que
preparó para ellos una nueva edición del Programa ‘Lazos
afectivos’, mediante la que se plantaron ’Semillas del
cariño’ intergeneracionales.
El patio de la Guardería Nuestra Señora de África era ayer,
alrededor de las 11 de la mañana, pura fiesta. En cada
rincón del mismo un cartel proponía una actividad distinta,
y en el centro, un buen número de abuelos y abuelas, cogían
de la mano a sus nietos para enseñarles a practicar juegos
tradicionales como el ‘pase misí’. Todos respondían a la
iniciativa de la asociación Sibila, que a lo largo de los
últimos meses está llevando a distintos centros educativos
su programa ‘Lazos afectivos’, una idea con la que busca
estrechar los lazos entre generaciones, fomentar el respeto
por los mayores, y acercarles a los nietos, un colectivo con
el que pasan mucho tiempo, aunque “nunca es demasiado”,
apuntaban los propios abuelos.
Así, por primera vez desde que se trasladó al local de Amor
Fraterno hace tres años, la guardería abrió sus puertas a
padres y abuelos para participar en una actividad
lúdico-formativa, resultando un éxito para los alrededor de
140 participantes, tal y como apuntó Luisa Moreno,
administrativa del centro. “A los abuelos les encanta
participar, iniciativas como esta son estupendas también
para fomentar las relaciones entre maestras y familias, es
muy positivo para la educación y el desarrollo de los
niños”, afirmó.
La viceconsejera de Educación, Rocío Salcedo, estuvo
presente en las actividades como representante de la Ciudad
Autónoma para conocer de primera mano el trabajo de Sibila.
La estrella de las actividades del día de ayer, y que daba
título a la iniciativa, fue la plantación de una pequeña
planta con semillas que regaron los niños junto a sus
abuelos. Eran ‘Semillas de cariño’, un símbolo de los lazos
afectivos intergeneracionales que se crean entre abuelos,
abuelas y niños, materializado en un pequeño macetero, un
poco de tierra, y un objetivo común: plasmar el cariño de
forma conjunta en el crecimiento de una flor.
|