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OPINIÓN - JUEVES, 17 DE MAYO DE 2012

 
OPINIÓN

El problema de no hablar claro

Por Juan de Seoane


El presidente de la Ciudad y el portavoz del Gobierno, han salido al unísono en dos medios distintos para responder al presidente de la A.D. Ceuta tras sus declaraciones en el programa “Club Deportivo”: Juan Vivas en Radio Ceuta y Guillermo Martínez en RTVCE.

El tenor de ambas declaraciones es idéntico para justificar la actuación de la Ciudad Autónoma. Los argumentos esgrimidos, por uno y otro, similares y las contradicciones, también.

Guillermo Martínez con un discurso muy retórico afirma que la Ciudad no ha incumplido sus compromisos con el Ceuta que concedió 400.000 euros de subvención y otros 300.000 más para el Plan de Saneamiento. Después, habla de “un compromiso no escrito” de apoyo complementario, a través de RTVCE por los derechos de imagen, que contó con el informe negativo del Interventor.

Los compromisos “no escritos”, cuando hay personajes públicos que gestionan el dinero público y ostentan cargos de responsabilidad, deberían ser tan legítimos como los compromisos que se rubrican. En este contexto, no cabe el más mínimo desliz de picaresca, argucia o artificio para desmarcarse (ya que hablamos de fútbol), por lo que hay que responder cuando hay en juego grandes responsabilidades y cantidades de dinero importantes.

Además, los informes técnicos del Interventor, que no incidieron en precedentes convenios de idéntica naturaleza con el mismo carácter negativo de la denegación, harían presuponer que en otras etapas y con otros protagonistas, o se actuó con extrema ligereza o no hubo problema alguno en ser generosos en extremo y ahora muy cicateros. Y en estas contradicciones, nunca se puede obviar que haya falta de rigor como lo hay cuando Guillermo Martínez habla en sus delaraciones a RTVCE de “momento de bonanza económica” en otra época pasada con Escane en la presidencia y que las subvenciones “estaban acordes con esa alegría económica”.

No se trata de alegrías o tristezas, porque no se plantean emociones ni estados de ánimo. Estamos hablando de dinero público, de cómo se ha distribuido y se distribuye ahora, de cómo se hizo antes y cómo se hace ahora. Y quienes generaban las “alegrias” en otro tiempo, en éste no pueden quedarse en una actitud de justificar lo injustificable.

Tan contradictorio es Guillermo Martínez en su pretendida defensa de disfrazar un comportamiento que ni ha sido serio ni riguroso ni fiable, que manifiesta que la Ciudad intentó una gestión adicional incluyendo la dotación económica de 300.000 euros correspondientes al Plan de Saneamiento de 2013, para que una entidad bancaria lo pudiera anticipar, pero que no hay capacidad económica ahora para los equipos de fútbol. De manera que, pese a no haber “incumplido” sus compromisos, la Ciudad intenta suplir la negativa del Interventor con otra fórmula económica, lo que evidencia que, sabedores de su comportamiento, los responsables políticos han intentado paliar su falta de compromiso.

José Antonio Muñoz Serrano dijo el lunes que la Ciudad no había cumplido con la A.D. Ceuta y ahora aquélla, se ampara en un recurrente y no menos demagógico argumento de la situación económica actual y las prioridades de paro, para derivar sus contradicciones hacia una especie de malentendido que no es tal.

Lo cierto es que aquí, se ha pasado de buscar el ascenso a Segunda División A y situar a la A.D. Ceuta como el paradigma de la difusión turística de Ceuta a condenarlo al olvido, a tratar de mitigar las ilusiones de quienes ven en el equipo de su tierra una forma de igualarse al resto de ciudades españolas, como dice Juan Vivas (y no solo en los niveles de renta o de servicios básicos) y, en vez de mirarse en el espejo de la hermana ciudad de Melilla, nos olvidamos de todo y tratamos de hacer borrón y cuenta nuieva.

Desde luego, visto lo visto, en algo sí tiene razón Guillermo Martínez: de las alegrias económicas, hemos pasado a la tristeza de una falta de seriedad total.

La Ciudad ha dicho lo políticamente correcto, que no quiere decir que sea la verdad. No siempre lo conveniente es lo cierto, como tampoco siempre se defienden los mismos intereses y la A.D. Ceuta en los últimos años, ha sido un ejemplo vivo de cuanto decimos.

Dicen que la verdad sólo tiene un camino pero para algunos, también tiene muchas aristas y no pocas justificaciones.
 

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