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OPINIÓN - JUEVES, 17 DE MAYO DE 2012

 
OPINIÓN / COLABORACION

Declaración de la conferencia Confederal
de Formación de la Unión Sindical Obrera

Por Unión Sindical Obrera


Reunidos en Madrid, en la sede Confederal de USO los días 1 y 2 de marzo, los responsables de formación de la Confederación, Uniones y Federaciones, consideramos un deber hacer una declaración dirigida al gobierno de España, al de las Comunidades Autónomas y a la sociedad en su conjunto respecto al sistema de formación para el empleo.

Desde la Unión Sindical Obrera, tercera fuerza sindical en representación en nuestro país, entendemos la Formación para el Empleo como un derecho de los trabajadores y no de las organizaciones sindicales ni patronales. Nos debe hacer reflexionar el hecho de que la Formación para el Empleo se financia fundamentalmente con las cuotas de los trabajadores, de su trabajo, con independencia de su afiliación a los sindicatos, sean mayoritarios o no. Deben de priorizarse, por lo tanto, los intereses de éstos, en términos de calidad y eficacia. Afiliados y representantes de los trabajadores de USO, y de otras organizaciones sindicales, se ven obligados en muchos casos a hacer formación con “los sindicatos más representativos”, aunque en sus empresas o sectores no tengan ni un solo afiliado o sus siglas no tengan representación sindical alguna.

Desde USO llevamos muchos años batallando jurídicamente nuestro derecho a solicitar planes de formación intersectoriales y sectoriales, tanto a nivel autonómico como estatal. No podemos dejar a los trabajadores en manos de “los más representativos” y de lo que ellos practican como Formación para el Empleo, aunque no estemos de acuerdo con el sistema en su conjunto. Después de muchas sentencias favorables y a pesar del sectarismo interesado de algunas organizaciones, en muchas Comunidades Autónomas ya nos están permitiendo participar de la Formación para el Empleo en igualdad de condiciones, así como en la convocatoria del programa específico de ámbito estatal de cualificación y mejora de la empleabilidad de jóvenes menores de treinta años. En la línea de esas Sentencias, creemos que la formación no es materia de las encuadradas dentro de lo que se denomina representación institucional, como algunos insistentemente defienden, y valoramos que en algunas convocatorias autonómicas desaparezca el término “más representativas”, reconociendo el derecho de USO a la obtención de la condición de solicitante.

En convocatorias estatales pasadas de planes intersectoriales, hemos sufrido durante años una injustificable discriminación a la hora de poder acceder, pues a los sindicatos se les exige la condición de la mayor representatividad, mientras que para la ejecución de planes de formación dirigidos a colectivos de personas trabajadoras y socios de la economía social, se requería a los solicitantes tener únicamente “suficiente implantación en el ámbito estatal”, al igual que para los dirigidos al colectivo de trabajadores autónomos, que podían ser solicitantes las asociaciones profesionales de trabajadores autónomos de carácter intersectorial “representativas” en el ámbito estatal, así como otras organizaciones a las que no se les exige lo mismo.

En el caso de los planes sectoriales, a todos los que no contamos con la denominación de “más representativos” también se nos exige tener esa condición en ese determinado sector, mientras que si CCOO y UGT no tienen representación alguna en ese sector pueden ser igualmente ser solicitantes, lo que no parece tener lógica alguna si para el resto de las solicitudes se toma como argumento supremo el de la representatividad. El dinero de los trabajadores para la Formación para el Empleo no puede seguir siendo un coto privado de las patronales, CCOO y UGT, y debe volver a las manos de todos los trabajadores.

Desde USO también creemos que hay que eliminar o modificar alguna de las funciones y competencias que tiene la Comisión Permanente del Patronato de la Fundación Tripartita, así como los criterios de valoración de las solicitudes, ya que no se garantiza la necesaria imparcialidad, objetividad, seguridad jurídica y transparencia tanto en la instrucción del procedimiento como en el sistema de valoración. No parece tener mucho sentido que el solicitante sea, además, el que redacta la norma, el que valora, el que evalúa, el que concede y el que ejecuta.

A nuestro modo de ver, no se respetan los principios de publicidad, transparencia, concurrencia competitiva, objetividad, igualdad y no discriminación en el procedimiento de adjudicación de las subvenciones, principios establecidos en la Ley General de Subvenciones, ya que las valoraciones no siguen criterios estrictamente objetivos y no se conocen las valoraciones concretas de todos los interesados, lo que exige un ejercicio de fe ciega por parte de los solicitantes que no han obtenido subvención.

La Fundación Tripartita debe reconsiderarse en su totalidad, pues no la consideramos necesaria si gestionase la administración directamente, además supone unos costos elevadísimos que se podrían destinar a los objetivos de la Formación para el Empleo, que no olvidemos, son los de favorecer la formación a lo largo de la vida de los trabajadores desempleados y ocupados, mejorando su capacitación profesional y desarrollo personal, y proporcionar a los trabajadores los conocimientos y las prácticas adecuados a las competencias profesionales requeridas en el mercado de trabajo y a las necesidades de las empresas, y no el de la subsistencia del propio sistema con estructuras exageradamente y costosamente agrandadas y de muy discutible utilidad.

Desde USO demandamos enérgicamente que las subvenciones para la formación de los trabajadores no sirvan de manera alguna para financiar estructuras sindicales ni patronales, ni para comprar favoritismos o paz social. Consideramos que éstos pueden ser los principales obstáculos del actual sistema, y que son, además, indirectamente motivo de ineficacia y mediocridad de los resultados formativos que deberían éticamente perseguirse. La Formación para el Empleo ha sufrido una silenciada privatización a lo largo de estos años en manos de UGT, CCOO y las patronales: en la práctica totalidad de acciones formativas actúan únicamente de intermediarios comisionistas, subcontratando la ejecución a empresas privadas, multiplicando con este sistema los costes hasta por seis, que si fuera la administración quien directamente la gestionara. Los sindicatos deberíamos estar en la programación y en la evaluación de esa formación pero, ¿cual es el motivo de que también queramos estar en la ejecución y de que esos fondos pasen por las cuentas corrientes de los sindicatos y posteriormente al de empresas privadas?... ¿eso aporta calidad, efectividad, o es garantía de transpariencia...? Desde USO estamos convencidos de que no.

Los sindicatos debemos vivir de las cuotas de nuestros afiliados y no de otros ingresos que nos asignen por la puerta de atrás un determinado gobierno o sus leyes correspondientes del dinero de todos los trabajadores. Si se trata de la financiación de los sindicatos por lo menos hágase directamente una ley, con luz y taquígrafo, con su correspondiente publicación en el BOE, sin pervertir el destino de otros fondos que no están pevistos para otros fines.

Tras la publicación del Real Decreto Ley 3/2012 de medidas urgentes para la reforma laboral, y leer la preocupante redacción de los temas referentes a formación, en especial la Disposición Final Séptima; y en la medida en que el IV Acuerdo Nacional de Formación está prorrogado seguramente entre otros motivos por las sentencias obtenidas por USO, y desde el convencimiento de que urge en la coyuntura actual la modificación del Real Decreto 395/2007, el Gobierno debe ponerse manos a la obra, tiene una oportunidad única para mejorar y dirigir de una vez la Formación para el Empleo a buen puerto. Los desempleados y trabajadores de este país lo necesitan hoy más que nunca. A las patronales, a CCOO y UGT, al Gobierno de España y a los Gobiernos Autonómicos les pedimos y exigimos que dejen ya de jugar con estos fondos y que los destinen honesta y eficazmente a su noble fin.
 

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